Mapa de la eurorregión Pirineos-Mediterráneo. Aragón dejó de estar en 2006. |
Cuesta pensar que existan, con un panorama político tan atascado como el que vivimos en Cataluña y en España. Pero cuando el otro día mis amigos de la playa me dieron nueve líneas de actuación indispensables, según ellos, para salir del callejón sin salida en el que nos encontramos, me di cuenta de que no estaban nada mal, y pensé que bien valía la pena resumirlas en este blog.
Son las siguientes, puestas en
boca de Roger Mercadal, el más locuaz de los dos futurólogos:
1- Lo importante, en lo que se
refiere a Cataluña, es huir de la manía de poner fronteras y entrar en una
nueva lógica de apertura y de colaboración exterior con los vecinos. Tirar
líneas de complicidad exterior y escapar a la obsesión nacionalista de un nuevo
estado, cuando con el español ya tenemos más que suficiente.
2- En este sentido, sería
interesante retomar aquella línea que propuso Pasqual Maragall de avanzar hacia
una euro-región capaz de integrar los antiguos territorios de la Corona de
Aragón, saltando por encima de las actuales fronteras estatales, y ampliarla
hacia otras localidades del sur de Francia. Sin duda este sería el mejor camino
para la afirmación catalana. Un proyecto estancado que para su desarrollo
necesitaría un entendimiento respetuoso y colaborativo con toda la franja
mediterránea, una apertura hacia el centro español, y la complicidad de
ciudades como Zaragoza y Valencia, que nunca deberían ser 'enemigas', sino
aliadas naturales de Cataluña. Una noción que no tiene nada que ver con los
postulados 'Països Catalans’ del fundamentalismo nacionalista, que nunca ha
gustado a nuestros vecinos, salvo algunas minorías, sino que se basa en el
respeto y la libre colaboración de las diferencias.
3- Por lo tanto, en vez de
pensar en poner fronteras en Valencia y Aragón, avanzar en la dirección
contraria: tejer lazos de colaboración con las regiones y las ciudades vecinas,
superar los inútiles y banales conflictos, y crear la verdadera Europa de las
personas y de las poblaciones locales. Y para ello, hay que empezar por
Cataluña y por España. Europa no necesita medidas separadoras que no dejan de
ser pulsiones retrógradas de la Historia, sino que busca y necesita con
urgencia la unión en red de las diferencias, siendo hoy en día el único ejemplo
en el mundo de unión de una pluralidad de Estados que ceden poder, eliminan
fronteras y buscan el cruce y la colaboración como estrategia de futuro. Huir
de las barreras de separación y levantar lazos de colaboración es lo que se
impone.
3- Es muy importante salvar la
lengua catalana del uso y abuso del que está siendo objeto por parte del
nacionalismo catalán, que con sus obsesiones redundantes ha roto ese pacto
implícito que se estableció después de la Dictadura entre castellano-hablantes
y catalano-hablantes, para proteger el catalán de la postración en la que cayó
durante el Franquismo. Se impone por tanto aplicar medidas de respeto a la
lengua castellana que es la maternal de la mitad de los catalanes, para evitar
un divorcio y una polarización que sólo puede ir en detrimento del catalán. Una
actitud de suicidio cultural, la del fundamentalismo nacionalista, en un mundo
que cada día vive más en el cruce lingüística de las comunicaciones y en la riqueza
de la multiplicidad.
4- Hay que huir también de la
lógica nacionalista que busca por necesidad psicológica un enemigo, pues sin
enemigo, no avanza ni cuaja la pulsión separadora. Invertir esta necesidad y
establecer relaciones de amistad con los pretendidamente enemigos.
5- Al huir de esta
simplificación dualista de la realidad, entre buenos y malos, entre los del sí
y los del no, entre España y Cataluña, optamos por una percepción más amplia,
rica y compleja del mundo. Hoy en día, el progreso ya no se mide en los grados
de dominio que tenemos sobre la materia y los territorios, y menos aún por el
control político de las masas, sino sobre todo en la capacidad de percibir la
realidad con unos grados superiores de apertura, de sutileza y de profundidad,
capaces de ver los diferentes niveles de relación y de pertenencia que tenemos
los humanos, desde las realidades más locales hasta los diferentes círculos de
amplitud que deben terminar llevándonos a una conciencia planetaria y hasta
diríamos solar, en cuanto pertenece nuestro planeta al Sistema solar, uno entre
los billones y billones de soles que contiene la Galaxia. Enrocarse en la
pulsión emocional separadora no hace más que retrogradarnos a las viejas etapas
tribales y gregarias de la Historia Humana.
6- Huir como del diablo de
cualquier idea de Referéndum, una peligrosa y suicida medida de reducción
binaria. No hay que razonar demasiado para comprobar los efectos nefastos de
este reduccionismo. El ejemplo del Brexit nos dice claramente cuáles son las consecuencias
de un referéndum: un país partido por la mitad, paralizado por esta deriva de
empobrecimiento reductivo entre los buenos y los malos, entre los del sí y los
del no, que sólo puede terminar en desastre, impotencia y enfrentamiento civil.
7- El verdadero progreso de las
sociedades y sus respuestas a las inevitables e inminentes crisis que están por
caer, globales y locales, no pueden proceder de la separación, del conflicto
gratuito, ni de caer en una dinámica reactiva de sí / no, de exclusión y de
fronteras. Hoy, las sociedades avanzadas debemos reaccionar a través de la
ósmosis espontánea y crítica entre los compuestos diferentes, de la apertura de
la mente que permite esta compenetración, del voluntarismo positivo que busca
la intersección creativa de los lenguajes y de las relaciones, y que fomenta la
emergencia de nuevas aperturas perceptivas de la realidad. La sutileza y el
matiz son los elementos claves que hay que promover y educar.
8- Si
algunos consideran que Europa es un laboratorio en el que la pluralidad
conflictiva de las diferencias aprende a tolerarse y a encontrar sus caminos de
convivencia, España es también, y quizás aún más, un precioso laboratorio, un
jardín en realidad, en el que la multiplicidad de culturas, lenguas, costumbres
y tradiciones, constituye su característica principal. La singularidad y la
variedad de estas diferencias, de una riqueza apabullante, que tienen todo el
derecho y la necesidad de competir entre ellas, no ganan sino que pierden con
políticas de separación, mientras que, por el contrario, se elevan y se excitan
en su pulsión creadora, cuando el espíritu que las rodea es el de la amistosa
colaboración competitiva. Esta es la verdadera labor de quienes vivimos y
participamos en este magnífico y único jardín ibérico: buscar el dinamismo
enriquecedor del juego de las diferencias con políticas y complicidades
estratégicas positivas que exciten las pulsiones creadoras.
9- Por último, se podría decir que la pulsión Independentista, entendida como un fenómeno de exaltación emocional de la diferencia catalana, ha sido suficientemente amortizada después de su punto álgido de ebullición. Los más recalcitrantes han podido desahogarse a lo largo de estos últimos años con creces, y podríamos considerar que ya es más que suficiente. Mantenerse en sus trece sólo conducirá a su decadencia y a la frustración, la propia y la opuesta. Toca ahora redirigir la atención y las energías hacia las nuevas vías que el futuro nos propone: apertura de mente, aceptación de nuestra alteridad (empezando por la española), complejidad perceptiva, educarnos en la sutileza, encajar críticamente la irrupción de la Inteligencia Artificial, buscar nuevos propósitos a la emergencia creativa catalana, cultivar el jardín ibérico, concordar complicidades entre ciudades y regiones, y tejer el tapiz europeo de la convivencia en la multiplicidad.
Los amigos de la playa
4 comentarios:
Muy oportuno su post. Aunque la verdad es que sus 9 puntos se los podría definir más como deseos que como propuestas realistas. Digamos que "el horno no está para bollos", sino más bien para "ostias", de las que van sin hache. Habría que aludir aquí a la compulsión peleadora que tenemos los españoles, catalanes incluidos, por la que cada tanto debemos echarnos al monte.Sin embargo, coincido con todos los puntos que indica y se le agradece su buena voluntad. Quizás algún lector irado se detenga a reflexionar y su esfuerzo no haya sido en vano.
Felicidades por el blog
Luís
APLAUDO SUS NUEVE PUNTOS. NO SON EN ASBOLUTO UNA UTOPÍA, SINO PROPOSICIONES DE UN REALISMO TOTAL Y ABSOLUTO. EMPECINARSE EN SEPARACIONES, DIVISIONES, EXCLUSIOONES Y ENFRENTAMIENTOS GRATUITOS ENTRE VECINOS NO SÓLO ES UN RETROCESO COMO SE DICE EN EL TEXTO, SINO UNA LOCURA CERRIL QUE ESCAPA A LA LÓGICA DE CUALQUIER EVOLUCIÓN SENSATA DEL MUNDO.LA ABSURDA TOZUDEZ NACIONALISTA DE LOS INDEPENDENTISTAS SÓLO CONDUCE AL DESASTRE Y A LA NADA. SON LAS NUBES NEGRAS DE LA HISTORIA. SE DESMORONAN POR SU PROPIO PESO.PURO SUICIDIO COLECTIVO.
SALUDOS CORDIALES DE LO CLARINET D'OLOT.
Gracias por sus comentarios,
creo que estos nueve puntos son esenciales para que nos movamos en la buena dirección y me asombra que mis amigos de la playa hayan sido capaces de exponerlos con tanta claridad. Y también sorprende que se defiendan posiciones separadoras desde posturas de izquierda. Aun que ya sabemos que esta división entre derechas e izquierdas ha quedadop algo obsoleta. En fin, gracias de nuevo por participar en este blog!
Toni Rumbau
Me gustan mucho los puntos que expone en este artículo. Ojalá le leyeran los que deberían leerle, cosa que dudo. Desde luego, sus amigos futurólogos dan en el clavo al proponer estas ideas de partida o de llegada. Aunque me pregunto si no son otra cosa que sus deseos más íntimos. De todos modos, aun si así fuera, tienen todo el derecho de hacerlo, incluso diría, su obligación. Cuando se tienen ideas claras en algunos temas importantes, pienso que es una obligación hacer el esfuerzo de explicarlas y darlas a conocer al público. Les felicito por ello.
Pablo
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