Llevaba meses sin poder hablar con mis amigos futurólogos. Los
compromisos titiriteros, arduos estos últimos tiempos, con la magna exposición
Figuras del Desdoblamiento en el Arts Santa Mónica, me han impedido acudir a la
playa y sumarme a los agradables paseos que Bastides i Mercadal suelen hacer a
diario, mientras interrogan el futuro del mundo que ellos ven en el horizonte
marino, no sin antes haber repasado la actualidad en los periódicos.
La ocasión bien lo merece: unas elecciones en España cuyos
resultados han dejado en estado de choque al país entero.
Nos encontramos y tras los saludos, que fueron largos y
cariñosos como es habitual en ellos, entramos en materia.
- ¿Cómo habéis visto los resultados?
Contesta Mercadal, siempre el más hablador de los dos.
- Rumbau, lo hemos discutido con Bastides largamente y son
dos las palabras que acuden para definir
la situación: fraccionamiento y descompresión. Dos palabras que nosotros valoramos
en positivo, a diferencia de los que en estos últimos años han persistido en tensionar
las cuerdas del país. Fíjate que por primera vez se ha alzado una voz que
defiende la particularidad sin renunciar al conjunto, fastidiando a los
partidarios de la Unidad de España a ultranza y a los de la Independencia
exprés caiga quien caiga. Son resultados muy positivos, que encajan plenamente
con nuestras predicciones de una España fragmentada pero coordinada, llámala
FEAA (Federación Española de Autonomías Autodeterminadas) o llámala como
quieras. Es un primer paso hacia un planteamiento relajado de defensa de las
diferencias y de alianzas periféricas, que saca la insoportable presión de los
partidos unionistas y de los independentistas de Cataluña, crecidos ambos al
amparo de la tensión.
- Lo que dices parece muy veraz, ciertamente.
- Fíjate que incluso Ciudadanos, un partido que es el
reflejo en oposición de las prisas nacionalistas, en Cataluña se ha quedado
pequeño, deshinchado como sus principales oponentes. Descompresión es la
palabra. Las alianzas de Podemos han ofrecido una salida al nudo gordiano de la
situación política que parecía no tener solución, abriendo una vía de escape a
la que se han agarrado muchos jóvenes y algunas de las poblaciones más
preparadas y politizadas de las grandes ciudades del país. Han visto en la
multiplicidad territorial de Podemos una salida que aúna realismo, sensatez,
actitud tolerante y optimismo de futuro. Lo que más se parece a este famoso ‘Proyecto
de País’ que todo el mundo anda buscando.
- ¿Qué pasará entonces con los anhelos independentistas? No
me negaréis que representan a una buena parte de Cataluña.
- Desde mi punto de vista, se hallan en una situación muy
delicada: o cambian el rumbo y se adaptan a una realidad más compleja y
cambiante, relativizando algunos de sus absolutos y reenfocando sus estrategias
a largo plazo, o entrarán rápidamente en decadencia, abandonados por las
juventudes y el pragmatismo de la población, que gusta de fluir por vías claras
sin tensiones con el resto de país. Fíjate que sus frases, sus eslóganes, sus
símbolos, ya empiezan a sonar a viejo. Lo tienen muy crudo. Claro que siempre estarán
los intransigentes, pero corren el riesgo de quedarse en dramática minoría,
algo que para ellos sería insoportable, acostumbrados a las grandes
movilizaciones…
- De todas formas, Podemos no ha ganado, y lo que parece más
probable es algún tipo de acuerdo entre los socialistas y los del PP, con el
beneplácito de Ciutadans, o viceversa, del PP y Ciutadans con el apoyo
disimulado del PSOE.
- Es posible, y sería desde luego la mejor solución para las
corrientes periféricas de Podemos, que así tendrían tiempo para coordinarse y
asentar sus bases diferenciadas, hoy por hoy aún muy frágiles. En Cataluña, el
liderazgo de Ada Colau, que está sorprendiendo a todos, se ha convertido en un
evidente valor de futuro, a pesar de los peligros que representa para ella la
alcaldía de Barcelona, llena de trampas y de errores por cometer.
- ¿Y no os molesta que Podemos sea un partido anti-taurino?
Mis amigos son grandes aficionados a los toros que vieron la
prohibición del Parlament como una afrenta que la humilde afición barcelonesa
no se merecía.
- Desde luego, es algo que nos molesta, por supuesto, y
mucho. ¡Pero qué le vamos a hacer!, así avanza la historia, con errores, pasos
adelante y pasos atrás. Además, ¿a quién le puede importar la opinión de dos
viejos como nosotros? Claro que no somos los únicos, pero las mayorías siempre
han mandado en este mundo, para desdicha de las minorías…
Lejos de querer deprimirlos, regreso a la política para
preguntarles:
- ¿Estáis optimistas entonces?
Bastides, que había callado hasta ahora, cogió raudo la
palabra:
- En verdad, en verdad te digo, Rumbau, que estoy totalmente
de acuerdo con lo que dice Mercadal. No sólo de acuerdo, sino que voy todavía más
allá para decirte que vivimos un momento excepcional en el que el mosaico ibérico
empieza a definirse por lo que se espera de él: convertirse en el laboratorio europeo
de la multiplicidad liberada, cuando ésta busca su realización en la
competencia feroz, obligada asimismo a coordinarse para sobrevivir en el mundo
complejo de hoy en día. Sólo así se da espacio y cuerda a la verdadera solución
de los problemas –exclamó rotundo Bastides.
- ¿Y Cataluña cómo queda en todo eso?
- Políticamente, deberá pagar el pato. Pensar que es posible
escaparse del Mosaico Ibérico a la primera de tres, dejando a las otras
periferias en la estacada, es demasiado iluso. Antes hay que pasar por muchos Rosarios
de la Aurora. Y lo mejor que puede hacer es ponerse a resguardo y ver cómo
espabilan en los otros rincones peninsulares, para buscar alianzas entre ellos.
Económicamente, en cambio, la paradoja es que a Cataluña cada día le va mejor,
pues parece que se está recuperando más rápido que el resto del país. Es
curioso este dato: el Procés, lejos de traer incertidumbre en los negocios,
parece que los arropa. Creo que se cumple aquí uno de los principios básicos de
los nuevos tiempos que se avecinan: lo importante es moverse, tener ideas y
tomar la iniciativa, sean cuales sean los temas y las obsesiones empuñadas. Y
Cataluña, en este sentido, no ha parado de moverse y de generar noticias,
fijaciones y portadas en los periódicos y las televisiones del mundo. Bueno
para el turismo, bueno para la inversión extranjera, y bueno para convertirse
en un excitante polo de atracción. Cuando comprendan este principio las otras
regiones peninsulares, ¡ya verás cómo se disparan las competencias, se pregonan
las diferencias y cómo la FEAA empieza a andar! ¿Acaso no es éste el mejor
estímulo para generar riqueza? Excitar la variedad para competir entre sí. Así
nació y creció Europa. Y nuestro país dispone de unos motores fantásticos para
poner en marcha este tipo de dinamismo. Pues si algo nos sobra, son las
singularidades de todo tipo, que el turismo no hace más que exaltar.
Mercadal, que escuchaba entusiasmado a Bastides, exclamó:
- Claro que sí, Bastides, lo que falta es simplemente que
las personas más avispadas comprendan esta nueva mecánica social de
posicionarse en el mundo, a través del desarrollo de cada vez más diferenciadas
peculiaridades, sacando punta al exotismo folclórico visible o subyacente, e inventando
nuevas tradiciones y ocurrencias, como hace Cataluña con sus tantas costumbres sacadas
de la manga. ¡Aumentar las diferencias para sacarles su rendimiento, he aquí el
camino por el que vamos a transitar!
Los contemplé maravillado del entusiasmo con el que veían el
futuro desplegarse ante ellos. Pensé que el país no daba para tanto y que lo
más probable sería verlo tropezar una y otra vez con la misma piedra,
cumpliendo con esta norma básica de los humanos. Continuamos paseando hasta el
Hotel Vela y, tras dar la vuelta, y no sin antes detenernos para contemplar la
magnífica panorámica de la playa vista en su mayor extensión, prosiguieron desgranando
sus fabulaciones, lanzadas ya en caída libre y sin red alguna que las retuviera.