domingo, octubre 08, 2017

Visiones de Cataluña y el futuro imperfecto



Ya habrá adivinado el lector que soy de los que están preocupados por la situación catalana, asombrado de constatar cómo una tal cantidad de personas al parecer sensatas se están lanzando con tanta alegría hacia el abismo. Un abismo anunciado  de enfrentamiento que puede hundir la convivencia que gozamos desde hace años en Cataluña. Y cuando las cosas se ponen feas, suelo acudir a la playa para charlar un rato con mis amigos los futurólogos de la Barceloneta, Bastides y Mercadal, esos dos ancianos que combinan el paseo con la interrogación del futuro. 

-  Chicos, creo que estamos a punto de caer en un precipicio más que anunciado. 

-  Desde luego, todo apunta a que tienes razón, Rumbau -dice Bastides.- Ya hablamos el otro día del gusto que encuentran las personas por vivir la catarsis de los grandes rompimientos. Para nosotros, que lo vemos desde la perspectiva del futuro que contemplamos a lo lejos, no deja de ser un fenómeno recurrente de los pueblos y de las masas, que cada equis tiempo necesitan bañarse en dramas colectivos. Y Europa es una región del mundo muy propensa a estas compulsiones. Por lo visto, la lección de Yugoslavia no ha sido aún comprendida, y más recientemente, Ucraína nos ha mostrado lo fácil que es dar este saltito mortal que nos lleva al desastre. 

- Pero Cataluña es un país avanzado, Bastides, una de las zonas más ricas de Europa por no decir del mundo, goza de una buena salud económica, los europeos gustan vivir en ella y tiene tanto turismo que hasta le sobra. ¿Cómo explicas entonces este brote suicida?

Mercadal, que ya se encuentra mejor tras la larga gripe que lo ha mantenido alejado del futuro, intervino con ganas: 

- Ciertamente, eso es verdad, y quizás una de las razones de esta súbita pasión independentista sea que muchos catalanes se lo han creído, me refiero a eso que decías de ser una región única por su riqueza y bienestar. Es como una de esas reacciones que tienen los niños mimados, que se acaban creyendo únicos y maravillosos de tanto mirarse al espejo, y que por ello tienen derecho a cumplir con todos sus deseos. 

- Pero alguien les tendría que haber dicho que estaban entrando en zona peligrosa...

- Sabes qué pasa, cuando sucede un fenómeno de auto-exaltación de este tipo, todo el mundo se lo acaba creyendo más o menos y todos participamos de un cierto delirio de excepcionalidad. Incluso nosotros, Rumbau. Luego, añádele las circunstancias políticas de las corruptelas descubiertas que necesitan taparse, la lucha por el poder de determinados grupos sociales que buscan substituir a otros, los sueños de algunos emprendedores que se imaginan convertir Cataluña en algún tipo de Mónaco, Andorra o Luxemburgo del Mediterráneo, y el interés que tuvo el PP en alimentar el conflicto para vivir de él, y ya tenemos una cierta explicación. Por otra parte, los descontentos sociales sumados al eterno descontento catalanista radical, hasta hace poco minoritario, han dado no poco combustible a los motores del movimiento. 

- Pero vosotros que veis el futuro, ¿cómo encajáis esta crisis en vuestras visiones?

- Es uno de los arranques de los procesos de fragmentación que caracterizarán este siglo. La sociedad catalana, por todas las razones que antes hemos apuntado y por otras que no acabamos aún de pescar, es una sociedad altamente sensible a las corrientes de cambio que circulan por el mundo, y fíjate que ir a una fragmentación que da más poder a lo local, no es más que una consecuencia propia de la globalización, que está creando este contrapeso un poco en todo el mundo. Los conflictos de las partes con el todo son hoy la madre de todos los conflictos. 

- De acuerdo, Mercadal, pero esto no justifica el actual rompimiento.

- Fíjate como los nacionalistas catalanes, que siempre han soñado en ser un país independiente, se dieron cuenta de que si no espabilaban en su proyecto, pronto España entraría en una fase de descentralización de los poderes, tal como las nuevas realidades políticas del país parecen apuntar. Lo propio sería que los catalanistas se hubieran sumado a ellas, pero estas corrientes hispanas vienen por la izquierda, con unos grados aún de inmadurez considerables aunque sólidos en algunos casos, mira Valencia, unas corrientes pues que no gustan nada a los nacionalistas de aquí. Eso explica que hayan optado por las prisas y la línea recta. A ellos les importa un rábano que con esta decisión se hundan las perspectivas de las demás periferias peninsulares, al revés, una España avanzada en formato de mosaico sacaría brillo y fuerza a su pretensión independentista, que se vería diluida en el conjunto. De ahí el arranque súbito de sus prisas.

- Pero es curioso que los de Podemos, que teóricamente defienden esta España en mosaico, ahora apoyen a los independentistas...

- Intentan los podemitas subirse al carro de las movilizaciones de Cataluña, sin comprender que son proyectos antitéticos. Piensan que a mar revuelto, ganancia de pescadores. Es una alianza táctica en la que todos intentan sacar tajada. Pero los organizados aquí son los independentistas, pronto se darán cuenta de cómo se han dejado utilizar los de Colau y los podemitas.

- A no ser que todo salte por los aires, Mercadal. Entonces, es fácil pensar que nos encaminemos a una deriva autoritaria para hacer frente al desbarajuste general. La misma Europa querrá poner orden a uno de sus apartamentos de abajo. ¿Crees que en este contexto Cataluña podría alcanzar la independencia?

- Podría ser, y quizás ésta sea su estrategia oculta. Con una España en caos, que una región se afiance con un orden asegurado, aunque sea el independentista, sería algo incluso bien recibido en Europa. 

- Son escenarios terribles, Mercadal, pues una España en caos puede ser un infierno. Y una Cataluña independiente en un contexto caótico, no tendrá más remedio que configurarse como estado totalitario. 

- La historia siempre ha avanzado así, sin tener en cuenta el bienestar de las personas. Las ideas y los intereses se imponen fríamente, sin pedir permiso a nadie.. 

- ¡Pero entonces no hay que hablar de avance sino de retroceso!

- Sí, la historia suele moverse así, avanza sin avanzar, es decir, simplemente se mueve en la dirección del tiempo, y las variables no entienden de sentimientos ni de valores. Fíjate como en estos momentos los más interesados en el choque puro y duro son los gobiernos del PP y de Puigdemont. De este modo, ante el caos creado y la deriva autoritaria que se produciría, se neutralizarían los intentos periféricos de los podemitas y de la Colau. 

- Para cargarse la convivencia en Cataluña y en España. 

- A la derecha eso no le importa. Los intereses siempre están por encima de los valores. Y tan derecha es la que gobierna en Madrid como en Barcelona.

- Pero entonces, ¿cuándo vendrá el Mosaico Ibérico que tanto habéis pronosticado?

- Habría un retraso de algunas décadas, es posible. Pero a la larga, acabará imponiéndose el principio de la FEAA, ya sabes, la anunciada Federación Española de Autonomías Autodeterminadas, que será una nueva España muy parecida a la actual, quizás con otra bandera y con un sinfín de nuevas instituciones de coordinación peninsular.

- ¡Es terrible que para llegar adónde ya estamos, debamos liarnos a porrazos y entrar en una fase oscura de enfrentamientos tribales!

- Sí, se produciría lo que nosotros llamamos un "tour de piste", una vuelta de tuerca de la historia sobre sí misma, como quien se toma un respiro, algo agitado, eso sí, para reemprender el mismo camino que ya se llevaba, con la madurez aprendida de un "déjà vu" repetido una y otra vez.. 

- ¿Pero creéis que la convivencia se verá afectada?

Bastides, que llevaba un rato callado, tomó entonces la palabra.

- En verdad en verdad os digo, que la convivencia de los exaltados se verá muy afectada. Los que pierdan, se sentirán muy agraviados, y lo malo que es que en esta batalla no puede haber unos ganadores claros y verdaderos, de modo que los agraviados serán los dos bandos enfrentados, lo cual augura crispaciones y ambientes muy enrarecidos. Pero los que vivimos al margen de la excitación, como nosotros y toda esta gente que acude a diario a la playa para quemar sus emociones al sol, todos ellos seguiremos como si no hubiera pasado nada, sorprendidos de ver el furor de los contendientes, sus impostaciones sobreactuadas, sus dramas e incluso sus violencias desproporcionadas y gratuitas. Lo veremos como quien ve un espectáculo malo, de serie B de televisión, uno de estos culebrones de bajo presupuesto, de modo que intentaremos mirar lo menos posible y pasar de largo si podemos. Para nosotros, será una buena ocasión para enfocar nuestra óptica visionaria hacia el futuro que se nos echa encima...

Los dejé más preocupado que nunca, pues si a ellos la situación parece que les resbala, no puedo decir lo mismo en mi caso. Y siendo yo más joven que ellos, me asombra que se entusiasmen por el futuro, futuro del que bien poca cosa alcanzarán a ver...

viernes, octubre 06, 2017

El desgarro independentista en Cataluña y la polarización emocional



En estos días de tensión en Cataluña, con la amenaza sobre nuestra cabezas de una Declaración Unilateral de Independencia el próximo lunes, decidí que para establecer una distancia con los dramáticos augurios, lo mejor era ir a la playa para charlar con mi amigo Romà Bastides, el futurólogo de la Barceloneta. Lo encontré cuando venía del Hotel Vela, en dirección al Puerto Olímpico, paseando como siempre por la orilla del mar. 

- ¿Has visto cómo está el mono-tema, Bastides? Yo, francamente, cada día estoy más preocupado. 

- Y tienes razón de estarlo, Rumbau. Es curioso haber comprobado como las sociedades necesitan tensarse de vez en cuando, para situarse en posición de filo de la navaja y sentir la catarsis irresistible de lanzarse al abismo. Unos saltarán pensando que suben a las nubes del cielo independentista, los otros lo harán directamente al infierno de la represión, felices todos de cumplir con los papeles que les ha designado la pequeña historia humana de las pasiones. No saben que en el Gran Teatro del Mundo son simples figurantes de tercer orden, pura carnaza para contentar a los monstruos que cada tantos años necesitan cobrar sus peajes. 

- Pero aquí todos ocupamos este fatídico lugar de los figurantes, Bastides... 

- Sí y no. Por supuesto que en una situación de desbarajuste social todos formamos parte del sofrito histórico, aunque cada uno es libre de vivirlo a su manera. Piensa que la sal, el aceite y los tomates de este guiso son las emociones desatadas y enfrentadas. Por lo tanto, si quieres escapar de esta queimada catalana, la única manera es escapar de las emociones. 

- Estoy totalmente de acuerdo, pero ¿cómo hacerlo cuando el incendio es generalizado?

- Aquí tienes que aplicar tus teorías de la marioneta que tan bien conoces y que tantas veces me has explicado: distanciarse e interiorizar las polarizaciones. El peligro es cuando la polarización de vive socialmente, es decir, cuando se proyecta uno de los dos polos fuera y te quedas con el otro. El contenido del polo es lo de menos, pues aquí lo que cuenta es la tensión que se establece entre uno y el otro. Cuando ello ocurre, ya está todo a punto para que estalle la chispa y se prendan los fuegos. Ya se encargan para que ello suceda los pirómanos profesionales con sus cerillas y sus incendios provocados. 

- En esto tienes toda la razón del mundo, Bastides.

- Fíjate que si la polarización se traslada al interior, uno se lo puede pasar mal al principio, pues vive el desgarro del conflicto en su propia persona, pero tras los primeros instantes de desasosiego, y una vez se ha conseguido soportarlo, la contradicción interna de convierte en una rica y dinámica paradoja de la que hay que aprender a sacarle todo el jugo. 

-  Es verdad que lo que cuentas ocurre de alguna manera con el teatro de marionetas, con una diferencia: en vez de interiorizar la contradicción de las polaridades emocionales, el titiritero las exterioriza y las encarna en los muñecos y en la escena. Se libera pues de ellas y, a la vez, libera de las mismas al público. Situar la dinámica emocional de los polos en conflicto fuera de uno a través de los títeres es como poner sobre una mesa de disección las propias angustias, convertidas en objetos de madera que son y no son, para así verlas, distanciarse de ellas, analizarlas y entenderlas para quizás resolverlas. 

- Muy bien explicado, Rumbau. Y yo añadiría que para los que no somos titiriteros, a la interiorización de la paradoja de la oposición irresoluble le falta un paso todavía, que es el gesto creador de dar con algo nuevo que emerja de la paradoja. Y aquí, cada uno lo hace a su manera, como diría Sinatra con su famosa canción. Nosotros lo hacemos a través del futuro que vemos salir del horizonte del mar, cuando paseamos por la playa, al practicar la futurología. Tú lo haces con los títeres. El músico compone una partitura. El novelista escribe una novela. Y a quién le gusta cocinar, lo hace con un guiso gustoso. Pero fuera de estos procedimientos, no veo otros para resolver este tema, que yo sepa. 

- Creo que tienes toda la razón del mundo, Bastides. Pero tendrás que reconocer que estos procedimientos no son generalizables. 

- ¿Por qué no? Tendemos a pensar que la gente es tonta y yo cada día pienso lo contrario, al menos con la que me codeo a diario. Fíjate aquí en la playa, todas estas criaturas que vienen a pasar unas horas o la mañana entera a la playa, con su toalla y con la única compañía del sol. Uno diría que hay aquí banalidad, indiferencia e ignorancia. Y es todo lo contrario. Aquí se viene a vivir unas horas de vacío, con el sol achicharrando nuestros conflictos emocionales, que no proyectamos sobre nadie sino al mismo sol que nos quema, pues por algo es la hoguera original de todos los fuegos, de modo que con un poco de paciencia y de vacío, uno exterioriza sus emociones en nuestra estrella para que el sol las queme y así nos dejen en paz. Yo, a los que se dejan poseer por las emociones de estos días, les aconsejaría que fueran a la playa a tomar el sol y un baño, pues además de quemar sus furores, disfrutarán de un día al aire libre y del agua del mar, muy importante para la salud y las varices, Rumbau.

- Es una buena idea, aunque dudo que nadie te haga caso. 

- Lo sé, lo sé, pues cuando uno se deja achicharrar por las grandes emociones de la política y por los grandes momentos del "ahora o nunca", no hay quien los detenga de lanzarse de cabeza al fuego. Pero qué le vamos a hacer, Rumbau, si los humanos somos así. 

- ¿Pero cómo explicas esta necesidad tan irresistible que tiene la gente de polarizarse?

- No lo sé, pero algo tendrá que ver la caída de las grandes verdades colectivas. Hace apenas un siglo, todo el mundo vivía con la seguridad que daba el colchón social y metafísico de la religión, que sustentaba el edificio entero. Con la caída de este sostén, Occidente propuso primero los delirios del progreso, y tras las dos guerras mundiales, el bienestar y los encantos del consumo, que consiguen contentar o más bien atontar a todo el mundo. Pero fíjate que con la crisis y la deriva actual de nuestras sociedades hacia la precariedad de las clases medias y bajas, el colchón del bienestar también amenaza con irse abajo, si no entero sí buena parte de él. Y de algún modo hay que llenar este vacío. Lo ideal es partir del vacío que es el punto correcto e indispensable para vivir en libertad, con las polarizaciones dentro utilizadas como trampolines o como los nuevos generadores de energía y de vitalidad, como hemos dicho antes. Pero el mundo está lleno de emprendedores dedicados a lo ajeno, convencidos de sus verdades y que pretenden colonizarnos por dentro con sus sofisticadas técnicas de márketing, ya sea con sus productos plásticos de usar y tirar, ya sea con sus ideas colectivas que prometen solucionarlo todo. 

- Eso que llaman populismo...

- Supongo, aunque esta palabra no me gusta nada. Con Mercadal preferimos hablar de colonización mental. Y es que pasa una cosa, Rumbau, si uno no tiene una idea propia, otro te la da o te la impone. De ahí lo importante de disponer de un mínimo de vacío interior capaz de convertirse en un poco de espacio de libertad para desde ahí lanzarse al arrojo de tener ideas propias. 

- Ideas... Es verdad que no abundan. Y quizás esto explique que cuando surge una con fuerza, se implante en las mentes con facilidad. La independencia...

- Has dado en el clavo, Y de ahí que me atreva a pronosticar que cuando una idea encarna en una colectividad con tanta fuerza, la cosa se pone fea de verdad...

Me despedí alejándome pensativo de regreso al Club, dejando que las olas del mar me refrescaran los pies, la mente y el cuerpo entero.