Foto de familia. |
Algunos amigos me han preguntado si me he distanciado o
peleado con mis amigos de la playa, acostumbrados como estaban a seguir sus
charlas sobre el futuro y al ver que ya no publicaba nada sobre ellas. Tengo
que aclarar que somos tan amigos como siempre y que sigo paseando con ellos por
la playa de la Barceloneta, aunque no con la frecuencia que me gustaría, desde
luego. La razón de los largos silencios en este blog se debe a dos razones: la
primera, mis muchas obligaciones en los asuntos titiriteros, especialmente en
lo referente a las revistas Putxinel·li y Titeresante, que requieren mucha
atención, y la segunda es las labores de recopilación de nuevas cartas de Romà
Bastides en las que me he visto embarcado a petición suya, dirigidas a sus
conciudadanos y que esperamos sean publicadas en breve bajo forma de libro.
Buenas noticias, pues, para los que gustan de la diatribas futurólogas de
nuestros amigos. Una labor ya muy avanzada, que me permite un respiro para
atender así a los deseos de los lectores de este blog.
Precisamente acudí ayer por la tarde a la cita de la playa,
embebido como estaba por las tremendas noticias que llenan los periódicos estos
días, con la crisis imponente del Partido Socialista Obrero Español lanzado en su
espectacular harakiri a la vista de todo el mundo. Tras los saludos y los
correspondientes abrazos, les solté a bocajarro:
- Habéis visto lo del Partido Socialista? No lo encontráis
algo demencial?
Mercadal, que al ser un fiel lector de la Vanguardia conocía
muy bien el tema y estaba ansioso por hablar, contestó el primero:
- En realidad, Rumbau, todo este sarao nos ha cogido por
sorpresa, pues aunque estaba cantada la crisis de los socialistas, nunca
pensamos que llegarían a tirarse los trastos con semejante crudeza. Lo propio
habría sido disimular un poco, pero por lo visto han dejado pudrir la pendencia
entre los sectores enfrentados demasiado tiempo, llegando a este desenlace
dramático y chapucero. Un alarde de esa españolidad que muchos pensábamos
superada...
- Desde luego, es una crisis de caballo...
- Sí, pero para nosotros no deja de ser un paso lógico, en
cierta manera inevitable y hasta incluso te diría que positivo, en ese proceso hacia
la fragmentación en la que nos hallamos metidos, no sólo en España, sino en
toda Europa.
Hace tiempo que mis amigos predicen, en efecto, que nos
encontramos en una ola de fragmentación que va a repercutir en todos los
organismos unitarios, paso previo a una recomposición de los todos desde la
reivindicación de las partes, algo indispensable según ellos para alcanzar
cotas de civilización más avanzada, capaces de superar los escollos actuales de
gobernanza, derivados de la poca aceptación que tienen las partes en relación
al todo.
- Fíjate como el tema catalán ha sido en cierto modo la cuña
que ha roto lo que quedaba de este partido que en su día tuvo mucho poder y
llegó a cambiar el país. Tanto poder tuvo, que no sabe vivir sin él. La
pendencia catalana se ha metido en el corazón de lo que se llama España,
desbaratando su ser profundo, pues que una parte del país tan importante como
es Cataluña quiera irse del conjunto, desencaja completamente la imagen que se
tiene del país. Pensaron los socialistas que la mejor estrategia es la que
sigue el PP, es decir, ignorar el problema
y pensar que las cosas se van a solucionar con un poco de orden público
constitucional. Para ello jugaron a esa lógica de las líneas rojas que jamás de
los jamases hay que cruzar. Pero no se dan cuenta que el virus de la
fragmentación hoy ya no está solo en Cataluña, sino que se ha ido expandiendo
por el país entero. El auge de Podemos y sus allegados no es sólo porque
defienden a los pobres, sino sobre todo porque se han acoplado a las demandas
particularistas de las distintas regiones, de ahí su auge en comunidades como
la valenciana, la gallega, la vasca, la aragonesa e incluso la catalana.
- Cataluña? Pero si aquí están pensando en la independencia.
- Es muy interesante ver las prisas que llevan los
independentistas. Al principio pensábamos que era para salvar los muebles tras
los escándalos del pujolismo, pero la realidad es que corren para que no les
coja la oleada de fragmentación que se extiende por todo el país, la cual
despierta indudablemente los deseos de solidarizarse de la población para con
sus vecinos ibéricos. Y eso molesta mucho a los independentistas
recalcitrantes, desconectados como dicen estar de las realidades ajenas a las
suyas. Pero lo tienen difícil, por los orígenes hispanos de la mayoría de
catalanes, que no entienden esas prisas por desconectar. Lo que explica, por
otra parte, el éxito del partido de la alcalde de Barcelona, Ada Colau, que
busca establecer relaciones con el resto del país.
- ¡De cajón!, Mercadal -exclamó Bastides que escuchaba muy
atento, con asentimientos de cabeza.
- Pero bueno, eso no explica la crisis del PSOE...
- Nadie lo dice, pero el tema catalán es la letra pequeña
que se esconde bajo la grande, sin que nadie se atreva a hablar de ella. Fíjate
la reacción del PSC, los socialistas de Catalunya, que en boca de su secretario
general, el señor Iceta, ha cantado las cuarenta a sus colegas exigiendo que
había que pactar con los independentistas. Es el único, creo, que lo ha visto
claro: para evitar la desconexión y el triunfo de los independentistas, hay que
hacer todo lo posible para reconectarlos al país, asociándose a los esfuerzos
de la Colau, que está por la misma labor. Y el único partido que podría lograr
este aparente imposible es el PSOE, pues el PP, hoy por hoy, tiene todas sus
puertas cerradas a cal y canto. Y para
reconectarlos, qué mejor que pactar con ellos, del modo que sea, sin necesidad
de bajarse los pantalones, para gobernar en Madrid. Y asimismo, pactar con
Podemos, que también representa la conexión de las particularidades hispanas
entre sí. ¡Es de cajón, Rumbau!
- Entonces, quieres decir que Pedro Sánchez tiene la razón
en su empeño de formar gobierno...
- Sí, aunque llega tarde y dudo que le dejen, pues para
evitarlo han montado todo este sarao. Y sabes qué te digo, que si esta labor de
reconexión de las partes no la hacen los socialistas, acabará haciéndolo el PP,
cuando tenga el poder bien agarrado. Lo digo porque no sé si los de Podemos,
que en principio serían los más indicados, van a ser capaces de disponer de
suficiente visión estratégica, prisioneros como son de sus palabras y
discursos, siempre altisonantes y levantiscos. Aparte de que con lo que nos
está cayendo encima, no creo que lleguen a alcanzar el poder.
Bastides, callado todo el rato, quiso de pronto dar su
opinión:
- En verdad, en verdad os digo, que tienes toda la razón del
mundo, Mercadal. Y lo importante es que, pase lo que pase, ya sea de la mano de
unos o de otros, el camino hacia la fragmentación no hay quién lo pare. El todo
que es España no podrá soportar tantas sacudidas y derivará pronto hacia su
reorganización en ese todo de partes separadas que es su destino natural, y
aunque parezca que todo esté bajo control, y a pesar de las prisas de los
independentistas, que visto desde la distancia es un simple picor sociológico,
quién tiene prisa verdadera, de las que arrasan sin respetar a nadie, es el
Futuro, que nosotros vemos llegar desde el horizonte. Y cuando el futuro llegue
para quedarse, agarrémonos fuerte, ¡pues la sacudida será de aúpa!