Ante las descomunales noticias llegadas de los Estados Unidos de América, decidí acercarme a la playa para charlar con mis amigos futurólogos. Los encontré como siempre paseando por la orilla del mar, allí donde las suaves olas del mar Mediterráneo rompen en la arena.
Tras los saludos, les abordé sin más preámbulos sobre la cuestión del día :
- ¿Qué os ha parecido lo de Obama ?
- ¡Fantástico, Rumbau! Ambos estamos aún emocionados tras ver las imágenes por televisión.
Me sorprendió aquel entusiasmo, cuando hace sólo unos meses comentaron con escepticismo sobre la importancia de que ganara Obama.
- ¡Pero si hace sólo unos meses os mostrabais indiferentes al tema ! –dije.
- Estábamos entonces lejos del suceso y, además, no conocíamos al personaje.
- O sea, que el personaje os ha impresionado.
- Sí, mucho. Me ha sorprendido su discurso, así como el entusiasmo arrebatador que ha despertado en la juventud americana y mundial. Oyéndole hablar, uno diría que estamos ante un nuevo tipo de político, más del futuro que del presente. Y esto no lo podíamos saber entonces, pues nunca le habíamos escuchado en directo.
- Sí, Mercadal, coincido plenamente con lo que dices –intervino Bastides muy serio–, estamos ante sucesos importantes en la aceleración del tiempo histórico en la que nos hallamos inmersos. Ya sabes nuestras ideas al respecto : los cambios que nosotros augurábamos para más adelante, se están produciendo uno tras otro en la actualidad. Lo de la crisis financiera es un ejemplo, crisis que como decíamos el otro día, no es más que la cúspide visible de las que hacen cola detrás, para ir saliendo a la queu-le-leu, como se dice en francés.
- Entonces, sois de los que pensáis que Obama puede cambiar el mundo… -les digo a modo de provocación.
- Hombre, a tanto no llegamos –contestó con una sonrisa Mercadal–, yo diría que simbólicamente ha abierto unas compuertas importantes : la irrupción del mestizaje como una corriente de futuro cargada de fuerza y de energía. Esto, que ya es mucho, tenía que suceder tarde o temprano, y ha sucedido temprano y en el pueblo mestizo por excelencia : el americano del norte. Lo que digo no es para quitarle mérito, todo lo contrario, pues para que surja lo nuevo, hay que obligar a lo viejo a retirarse, algo nada fácil, en un país controlado por los conglomerados financieros e industriales más poderosos y reaccionarios del mundo.
- Sus intenciones, expresadas en el magnífico discurso hecho la noche de la victoria –interpuso Bastides, que deseaba hablar tras oir las palabras de su amigo astrólogo–, son francamente buenas y sin duda abrirán unas perspectivas que simplemente hasta ahora estaban cerradas. Otra cosa es el ritmo con el que éstas podrán desarrollarse, dadas las circunstancias y los poderes fácticos. Dependerá mucho de cómo en el resto del mundo sean acogidas sus intenciones de reforma. Aquí es donde puede encontrar dificultades, pues podría darse el caso de que el mundo no estuviera aún a la altura de los propósitos esgrimidos, lo que provocaría su derrumbe por fagocitación o aplastamiento. Y no digamos los enemigos interiores con los que tendrá que batirse. Aunque yo no me atrevo a pronosticar nada en estos momentos : nos encontramos en la cúspide de una ola de transformación acelerada y desconozco cuando iniciará su reflujo. Ojalá dure y se mantenga en alto largo tiempo, ése es nuestro deseo, pues no deseamos otras cosa que ver cuánto antes lo que está por venir, pero no hay que descartar lo contrario, ya que todo lo que sube baja.
- El relevo generacional es evidente –dijo Mercadal–. Impresiona constatar cómo puede surgir de pronto una voz capaz de expresar con contundencia un sentir colectivo mayoritario, con una gran carga de juventud y deseos de cambio. Aquí importa mucho la calidad joven del país en cuestión : Estados Unidos sigue siendo un lugar abierto a lo nuevo, propio de una nación construída por los flujos migratorios, que prefiere clamar por el cambio frente a una crisis antes que sucumbir al miedo. En Europa, hasta ahora se ha reaccionado al revés, aunque no estaría mal que aquí también lo joven acabara imponiéndose, gracias sobretodo a la nueva emigración que nos llega.
- En España sucedió con Zapatero y su inesperada victoria, aunque creo que su efecto se ha marchitado con el tiempo… -añado.
- Cierto, pero fíjate que cada país tiene lo que se merece. Zapatero no es más que un reflejo de lo que es hoy España, y aún podemos estar contentos, pues nos ha salido un reflejo bastante afortunado, dado el paisaje que nos envuelve. Lástima que en vez de ser un político de largo aliento, lo sea más bien de gestos : algo que gusta al público, pero que no dura. Los gestos gustan y son efectivos, pero si detrás no hay unas ideas claras de futuro, mueren tal como nacen. De ahí que le cueste tanto a Zapatero mantenerse arriba, a pesar de la pésima oposición que le hace el PP. Es un hombre de reflejos rápidos, de regateo y de efectos súbitos, sirve para ganar elecciones e ir tirando, pero no genera entusiasmo continuado. Aunque tal vez eso sea imposible, pues hoy no hay entusiasmo que dure más de una semana, y lo mejor es quedarse en el gesto del día a día, en una táctica de salto de mata.
- ¿Crees que Obama, en este sentido, dispone de un discurso y de una política de más largo aliento ?
- Creo que sí. Y lo bueno es que sus ideas centrales son pocas, generales y hasta ingenuas, lo que permite vestirlas de diferentes formas y colores, dándoles continuidad mientras a la vez se entretiene al público.
- Lo que sí creo –dice Mercadal– es que su victoria ha descolocado a los políticos locales, sean de uno u otro signo. El lado cosmopolita y mestizo de lo que hemos visto estos días es una patada a toda la carcundia política del país, metidos en sus cenáculos de intereses partidistas y ombliguistas. Pero tampoco hay que exagerar. Aquí tenemos otros valores interesantes, sobretodo los relacionados en la insistencia obsesiva por las singularidades comarcales y regionales : eso permite comer y beber bien y diferente en cada sitio, y a la larga puede servir como modelo para las diferencias enfrentadas que hay en tantos países. Fíjate como nuestro sistema de las Autonomías sigue interesando, a pesar de los defectos que nosotros le achacamos. En eso ganamos a los americanos, que para gozar de un poco de exotismo comarcal de las diferencias, tienen que venir a Europa, dónde se regodean con los quesos, chorizos, potajes, vinos y panes con tomate.
- Unas diferencias que irán a más, aquí y allende los Pirineos –añade Bastides, inspirado por un tema que siempre le ha interesado–, pues la globalización sólo puede funcionar desde la atomización del poder y de las singularidades culturales, única manera de llegar a una entente de todos entre todos y del todo con las partes. O sea, muchos centros miniaturizados de poder bajo un gobierno global que acepte la multiplicidad de las diferencias.
- ¿Y tú crees que Obama va en esta dirección ? –le pregunto al futurólogo.
- Sí y no. Pero espero que a la larga se imponga el sí, a medida que los demás poderes imperiales vayan menguando o más bien aceptando la realidad de las cosas y las exigencias del planeta, que no tienen nada que ver con grandes poderes, siempre peligrosos e inadecuados para los equilibrios ecológicos. Sólo a través de un sistema global que acepte la multiplicidad compleja de los ecosistemas, eso que algunos llaman la biodiversidad tanto biológica como cultural, es posible garantizar la supervivencia de nuestro mundo. Esto es hoy en día una obviedad científica, según tengo entendido.
- En efecto, Bastides, has dado en el clavo –intervino Mercadal, entusiasmado como siempre con las palabras de su amigo el zapatero de
- ¿Crees que lo veremos, Mercadal ?
- Yo no, por supuesto, ni tampoco tú, pero tus hijos seguro que sí.
Se hizo un silencio prolongado. El entusiasmo de aquellos dos ancianos se me había contagiado.
- ¿Y no creéis que la aceleración de la que antes hablabais no podría también ocurrir en esta cuestión ?
Bastides miró hacia el horizonte, y en un tono serio y casi solemne con el que a veces suele soltar sus anticipaciones, dijo :
- Mira, Rumbau, yo no sé a qué velocidades viajamos hoy en el tiempo, pero por lo que voy viendo año tras año, estamos en un proceso de aceleración exponencial de las crisis y los sucesos. Fíjate que a cada cálculo anual que se hace respecto al deshielo de polos y glaciares, los plazos de van acortando en una progresión más que alarmante. Por decirlo con otras palabras, estamos rodeados por todas partes de umbrales críticos a punto de ser alcanzados, y una vez se alcanza uno, se acelera la consecución de los de al lado, y así sucesivamente, de modo que no sé qué decirte. Creo que está bien dar largas al asunto, para vivir tranquilo y no alarmar al personal, pero muy me temo que tanto tú como nosotros veremos estallar en nuestras narices algunas de las principales crisis que están por venir. De modo que a pesar de nuestras dudas y escepticismos, tal vez Obama sea una figura providencial a tener en cuenta. Y aunque no daría dos duros por él, podría ser que me equivoque y que nos llevemos una sorpresa. ¡Rumbau, vivimos en una época en la que no hay que descartar nada !
Nos callamos, impresionados por las palabras de Bastides.
Eché una ojeada a la playa, y vi a un público compuesto de emigrantes extranjeros, mayoritariamente niños y jóvenes. ¿Estaría el futuro Obama español o catalán entre los chavales y las chavalas que jugaban a pelota y se bañaban ? Por la actitud de mis dos amigos, vi que todos pensábamos los mismo, y que la respuesta a mi pregunta era vehementemente afirmativa. ¿Anticipaciones plausibles o proyección inconsciente de nuestros deseos ? Las dos cosas sin duda.
Me despedí de ellos y me fui a casa con la cabeza dándole vueltas a las palabras de Bastides.