viernes, junio 17, 2011

Reflexiones desde la playa


Playa de la Barceloneta
He podido acercarme hoy a la playa y charlar un rato con mis amigos futurólogos. El día era magnífico y daba gusto bañarse, con un sol y una temperatura ya muy de verano, pero sin el sofoco de los peores días de estío. Entre remojón y remojón, comentábamos los acontecimientos del día anterior en el Parque de la Ciudadela, dónde grupos de incontrolados zarandearon a algunos diputados del Parlamento catalán.

- ¿Habéis visto? La prensa hoy se ensaña con los manifestantes. Al parecer, todos esperaban con ansias esta deriva, que viene a dar la razón a cuántos desconfiaban del movimiento.

- Sí, ha sido un resbalón importante de los llamados “indignados”, una manifestación clara de lo difícil que lo tienen. ¿Qué son? ¿Agitadores, pensadores o revolucionarios? ¿Domingueros de la revolución? Fíjate que una de sus mayores debilidades es el mismo nombre: la palabra “indignado” hace referencia a “dignidad”, arrebatada en este caso, pero es también un estado emocional y las emociones tienen duraciones cortas. Y son difíciles de manejar, por no decir imposibles. Y manipulables. Es lógico que se les vaya de la mano, si la emoción es su principal impulso. Pero si sólo pusieran intelecto, entonces no irían muy lejos. ¿Cómo encontrar una solución a este dilema? Las autoridades han actuado en clave tauromàquica: darle al capote, dejar que embistan y soltar un ufano olé. En este sentido han actuado impecablemente. Si no lo remedian, los “indignados” van a ser toreados sin misericordia, atrapados por el capote que es la policía y el juego del gato y el ratón. En este sentido, la “indignación” puede volverse en su contra.

- Y sin embargo, muchos son los que han simpatizado con este movimiento, única respuesta popular al saqueo y expolio de bancos y de los llamados “mercados”.

- Fíjate, Rumbau, que aquí se impone por un lado la ley de lo efímero: la poca duración de las emergencias juveniles y espontáneas. Por otro lado, las turbulencias de lo complejo provocan constantemente nuevas olas que chocan con las de ayer y con las de anteayer, de modo que cualquier visión estratégica hoy debe tener en cuenta la turbulencia y el azar de estos avatares. Es decir, hay que pensar a largo plazo pero desde el corto plazo, que es tanto como querer juntar las motivaciones emocionales con las mentales. Creo que aquí hay un aprendizaje que si consiguen aprehenderlo, puede dar bellos frutos, aunque sea en futuros lejanos.

- Muy largo me lo fiáis.. –respondo sorprendido por sus sutilezas. Mercadal, que escuchaba atento, dice:

- Me ha gustado, Bastides, tu referencia a los toros. Este mediodía he visto a Felip Puig por la televisión, y me ha parecido en efecto un torero disfrutando de su faena. ¡Cómo alargaba los pases, al responder a los periodistas! Una lección de tauromaquia, ciertamente, y eso que su partido votó mayoritariamente en contra de las corridas.

Mis amigos son furibundos taurinos y reaccionaron con muy mal humor cuando suprimieron por ley la fiesta taurina el año pasado.

- Lo que pasa es que no toreaba ni un miura ni un simple novillo. En realidad, toreaba un vacío, que él mismo llamaba toro, pero sin que viéramos sus cuernos en ningún momento. Y sin embargo, esta “nada” que los políticos han pretendido ningunear podría llegar a convertirse en un monstruo que los acabe devorando.

- Caramba, Bastides, ¿a qué te refieres?

- La desafección ciudadana es una realidad. Estos jóvenes le han puesto un nombre, y esto siempre es positivo. Pero si los callan, entonces la desafección podría asomar con otro rostro. Y no sólo está el peligro populista. Las crisis que están por llegar serán todavía más gordas y crueles, y las respuestas a ellas no serán tan amables, juveniles y pacifistas. De modo, que más les valdría dar un poco de juego y guardar los capotes. Aunque no lo harán, pues ensañarse con los débiles da votos, aunque parezca lo contrario.

- A no ser que este movimiento de la “Democracia Real” tenga más fuelle del que podamos imaginar.

- Desde luego, todo es posible. Lo que sí es seguro es que el aprendizaje de estos días no habrá sido en vano. Ni para unos ni para los otros. Una opción es actuar según los criterios orientales de la estrategia militar, que saben combinar el todo con la nada, es decir, estar presentes estando invisibles. Creo que desaparecer ahora sería todavía más inquietante que intentar mantener el tirón de unas emociones que declinan. Una desaparición en el sentido “militar”, que es como piensan los orientales. Esa nada de la física cuántica, que está llena de todo.

- Bueno, pero antes tienen esta manifestación convocada para el domingo 19.

- Importante, sin duda. Un gran grito a nivel europeo que puede tener largas repercusiones. Un grito de potente longitud de onda. Luego, el silencio, para no interferir en el sonido. Así pensaría un chino con mentalidad occidental. Pero no hay manuales que valgan en nuestros días. Lo mío es un hablar por hablar. La realidad es mucho más misteriosa e imprevisible. Y las emergencias se venden bien, hoy en día…

- Cierto, todo el mundo parece estar esperando que pase algo…

- Sí, es la teoría del shoc, como lo han llamado. Los desastres como motores de cambio, excusas para acometer lo que en situación de normalidad nadie se atrevería. Lo malo es que los cambios siempre van a peor.

- Sí y no, Rumbau, nos olvidamos de lo que no vemos, lo cual es lógico, por supuesto. Y hay muchas cosas en positivo que no se ven si no miras de reojo, o a través del espejo. De ahí nuestro optimismo congénito, que nos impele a ver futuros lejanos mejores, a pesar de que los cercanos sean todos tan funestos.

Y mientras charlábamos de este modo, pensaba en cómo aquellos dos viejos que seguían la actualidad con tanta pasión, leyendo todos los días el periódico en sus horas muertas y viviendo los avatares de la juventud inquieta, podían ser tan optimistas a pesar de la negrura del paisaje. ¡Ejemplar vejez!

miércoles, junio 15, 2011

La dignidad en juego


Aprovecho que estoy en Barcelona para debatir con mis amigos de la playa los temas de actualidad, que son mucho y candentes. Hoy mismo los gobiernos europeus debaten sobre Grecia casi “a corazón abierto”, mientras en las calles, el movimiento de los “indignados” se refuerza y se concentra alrededor del Parque de la Ciudadela, con la intención de boicotear la sesión del Parlamento de Cataluña de mañana. Se nota la incomodidad de los políticos hacia esta ola de protestas, que no saben como encajar, o mejor dicho, como ocultar a la ciudadanía. Dice Bastides, muy sensible al tema de la calle:

Los mossos activando la protesta
- Mira, Rumbau, la gente sonríe cuando oye hablar de los “indignados” y lo comprendo, pues la palabra se las trae, pero creo que han dado en el clavo en algo esencial: situar el tema de la “dignidad” en el centro del debate político. Aquí sí que hay un enorme acierto, pues los atropellos de la actual crisis, que son los atropellos creados por bancos, financieros y políticos, inciden directamente en el corazón de los ciudadanos, es decir, en su dignidad. Desde este punto de vista, la denominación es intachable.

Mercadal afirma con la cabeza y añade:

- También han acertado en pulsar resortes emocionales profundos, como es apelar a la indignación ante el cinismo descarado de políticos y banqueros, es decir, denunciar su “indignidad”, y de paso, reivindicar la dignidad del derecho básico de supervivencia. Fíjate como los estados, con la excusa de la crisis, están vendiendo empresas, servicios básicos y propiedades de terrenos, que pasan de manos colectivas a manos privadas cada vez más minoritarias y distantes, con lo que están dejando sin base real de riqueza alguna y en quebranto a las personas de a pie. ¡Incluso los bosques quieren privatizar en Inglaterra! Luego serán los parques, los paseos, hasta acabar con las mismas calles y los alcantarillados. Un despojo planificado cuyas consecuencias son dejar sin defensas y en estado de absoluta debilidad y dependencia al ciudadano normal, es decir, a la gran mayoría de la población. ¿No es eso atentar íntimamente contra su supervivencia?

- Pero de alguna manera, siempre fue así. En la época de la monarquía, todo era del Rey o de los señores feudales, y sólo en los últimos siglos las nuevas clases burguesas se atrevieron a disputar la propiedad a los aristócratas.

- Cierto, pero fíjate que cuando la tierra era del Rey, pertenecía también al pueblo, pues en cierto modo éste encarnaba a la colectividad. Hoy, a los grandes multimillonarios nadie los conoce y desde luego, no representan a nadie más que a si mismos.

Bastides, muy circunspecto, dice:

- En verdad, en verdad os digo, que vamos directamente a un gobierno oligárquico descarado. El triunfo de las políticas de derechas en toda Europa así lo indica. Y los únicos que por el momento se han opuesto a esta tendencia aparentemente imparable son los chicos de la indignación.

- ¿Pero acaso creéis que estos movimientos básicamente juveniles y sin dirección clara podrán detener esta ola imparable de oligarquismo? –les pregunto. Bastides, que parece tener ideas propias al respecto, responde:

- El escepticismo es grande, desde luego, pero sorpresas aún más increíbles nos ha dado la Historia. Y no hay que olvidar que en estos momentos, el escepticismo es el arma principal de los partidos políticos, que ven asustados las orejas del lobo. Piensa, Rumbau, que vivimos una época imparable de cambios, los cuales se han subido a una espiral que se eleva en progresión geométrica no se sabe hacia dónde. Lo malo es que puede llevarnos al desastre, por supuesto, y los cálculos probabilísticos se inclinan por el pesimismo, pero tampoco las matemáticas son fiables aquí. ¿Qué sabemos sobre la capacidad de resistencia de los humanos? Muy poco. ¿Acaso no nos hemos rebelado siempre ante la esclavitud? Tiempo al tiempo, y dejemos que el sano instinto de supervivencia más unos gramos de optimismo emerjan en el momento propicio.

Dice Mercadal, siempre atento a las palabras de su amigo futurólogo:

- Dices bien, Bastides, y sólo me gustaría añadir que noto a faltar un énfasis en los impulsos interseccionistas que a estas alturas deberían ya estar en el centro de las discusiones. Lo digo pensando en estas grandes olas de cambio, cuya longitud de onda es larga pero con escasa fuerza cíclica y no sé si mucha constancia.

Debo aclarar aquí que mis dos amigos han postulado (en su libro “El Futur de Catalunya i la Colla de la Platja”, publicado en Arola Editores) un movimiento llamado Interseccionismo, que nacería más o menos a finales del siglo XXI, a raíz de ingentes crisis mundiales.

- El interseccionismo ya está entre nosotros, sólo que nadie lo ha formulado aún. En cuanto se establezca como algo normal y positivo, empezará a dar sus frutos. Pero por ahora, todavía la diferencia y el cruce de lo antagónico es visto como problema, de modo que hay que tener paciencia.

Entretanto, y mientras escribo estas líneas, parece ser que los diputados han conseguido entrar en la cámara catalana, pero entre abucheos y con algún zarpazo de los indignados. Cómo se ve, los ánimos están caldeados. Desde luego, han sabido meter el dedo en el ojo de los políticos, pues no hay nada que moleste más a éstos que verse acosados por los jóvenes, sobretodo si representan a una amplia mayoría y actúan sin violencia explícita. Ante el acoso, los políticos más cínicos se reforzarán en sus posiciones cínicas. Los que aún creen en la política, tal vez empiecen a pensar que alguna cosa habrá que cambiar. Atrapados entre la calle y la desfachatez de sus dueños (banqueros y oligarcas), lo tienen complicado.

Intentaré ver hoy también a mis amigos en la playa y seguir comentando la actualidad.

martes, junio 14, 2011

El Blog de Joseba Ayensa

Quiero mencionar aquí el blog de mi viejo amigo Joseba Ayensa, actor y poeta, editor que fue de la simpar revista "Hasta Siempre". La recuerdo muy bien porque la vendíamos en el Teatro Malic y nos publicitábamos en ella a modo de apoyo a tan simpática iniciativa.

Joseba Ayensa
Es Joseba una persona singular como las hay pocas, no sólo por su verbo poético sino porque es una de las pocas personas "honestas" -que no quiere decir "buenas"- que conozco. Su obra poética, repleta de perlas líricas y canallismos reconcentrados, es muy digna de ser leída, o vista, pues suele despacharse de vez en cuando con actuaciones, actos ad libitum, en el sentido de que cada uno puede definirlos cómo más le guste, y otras performances teatrales.

En una de las últimas entradas de su blog acaba de colgar un video de la obra "Catarsis" que representó en junio de 2002 en el Teatro Malic, dentro de la sección "La Alternativa de la Alternativa". Los interesados pueden verlo clicando aquí.

Quién quiera ver más sobre su trabajo actoral y recitativo, puede clicar en esta página, dónde están varios de sus videos.

viernes, junio 10, 2011

Época acelerada de cambios

Reloj del Ayuntamiento de Praga
Llevo días totalmente inmerso en mis asuntos titiriteros y la verdad es que he tenido algo abandonados a mis amigos de la playa. La razón son los constantes viajes de esta temporada a raíz de mi proyecto “Rutas de Polichinela. Títeres y Ciudades de Europa”, que me ha tenido de paseo meses enteros. Especialmente movida ha sido la última gira, que empezó en Granada, continuó por Estambul y acabó en el Líbano, dónde realicé una extensa gira por todo el país.

Una temporada, la presente, muy salteada de eventos políticos y sociales  de profundo calado y aún mayores consecuencias. Véanse sino las transformaciones habidas en el norte de África y los vientos que soplan en todo el mundo árabe. Una ola que parece de pronto irrumpir también en Europa y especialmente en España, con este alud de concentraciones en las plazas públicas de jóvenes al parecer “indignados”. Por todo ello me moría de ganas de regresar a mis habituales paseos por la playa y charlar con mis dos amigos futurólogos, Romà Bastides y Roger Mercadal, a los que imaginaba discutiendo los acontecimientos mientras se remojaban los pies en la orilla del mar.

Los encontré como siempre frente a los Baños de San Sebastián y nos saludamos efusivamente tras tanto tiempo de ausencia mía. Les conté algo sobre mis viajes y quedaron muy impresionados de algunas de las cosas relatadas. Pero lo que me interesaba era conocer sus opiniones sobre los hechos acontecidos en los últimos meses. Rápidamente entró en materia Mercadal, contento de poder explayarse en asuntos a los que daban tanta importancia.

- En verdad, Rumbau, que los últimos meses han sido increíbles. Jamás pensamos llegar a ver tantos cambios en tan pocos días. Doy gracias a Dios y a Cronos de habernos regalado este momento histórico, que confirma a su vez tantas predicciones nuestras. Pero lo importante aquí no es tener o no razón, sino que la simple observación de los aconteceres nos permite desarrollar con mayor profundidad algunos de nuestros análisis que se proyectan como nunca hacia el futuro.

- Los motores del tiempo se han disparado –interviene Bastides que llevaba la pipa encendida, algo absolutamente inusual en él, lo que indicaba que se encontraba en estado de pensamiento profundo–, ya lo decíamos la última vez que nos vimos y lo vuelvo a repetir hoy. La aceleración ha sido tremenda y no parece que vaya a decaer.

- Razones las hay y objetivas, al menos desde la perspectiva astrológica, que es la que yo más conozco –dice Mercadal, muy aficionado en efecto a la ciencia de los astros–. Fíjate, la entrada de Plutón en Capricornio lo ha puesto todo patas arriba. Pero no es necesario saber astrología para entender este momento. Los cambios están servidos desde hace tiempo y el mundo ha entrado en una fase al parecer irreversible.

- ¿A qué te refieres?...

- Bueno, yo no soy ningún académico y los sociólogos saben muy bien por dónde van los tiros. Pero parece evidente que la densidad y la proliferación de los nuevos sistemas de comunicación están transformando la sociedad. Los saberes también están cambiando y el pensamiento funciona ya de otra manera. Son momentos muy peligrosos, pues el vacío es abrumador y los desmoronamientos, tanto psíquicos y personales como sociales, descomunales.

- Tienes razón en lo que dices, constantemente me encuentro con personas que viven situaciones de vacío y de pérdida total de referentes.

Colgados del Tiempo
- No podía ser de otro modo. Nuestros vaticinios son claros: la cultura humana que nació en el Neolítico, con sus incipientes revoluciones urbanas y tecnológicas, está colapsando por todas partes. Se han cumplido todos sus objetivos, el planeta está urbanizado en casi su totalidad, y la tecnología a punto de dispararse en “singularidades” que excitan a unos y asustan a otros. Una mutación enorme está teniendo lugar, sin que hayamos cambiado ni en lo psíquico ni en lo personal. Lo que nos separa individualmente de un ciudadano romano es bien poco, pero el entorno que daba sostén y aplomo a su existencia ya no existe para nosotros. Flotamos hoy en una nada llena de todo, en un caos informe que nadie es capaz de ordenar porque simplemente es inordenable. Los acontecimientos se suceden según azares que desconocemos y la imprevisibilidad es ya una ley del día a día. Una realidad de la que unos pocos saben sacarle buena tajada. Los banqueros y los señores de las finanzas son los perfectos pescadores de esta agua revueltas. Ellos han inventado unos sistemas de gobernar este caos y nos hacen creer que son los únicos válidos. Pero hay aquí una enorme contradicción: si vivimos en el caos, un único sistema para gobernarlo jamás será realmemte operativo, sino una simple reducción del mismo bien adaptada a las necesidades de unos pocos.

¡Caramba con Mercadal! Su discurso, que me ha lanzado de un tirón, tiene una lógica aplastante. Su amigo Bastides, más modesto en sus razonamientos aunque más agudo en la capacidad visionaria, escuchaba atento sin soltar palabra.

- ¿Cómo crees entonces que hay que gobernar este caos?

- No lo sé, pero seguro que no hay una única manera. A realidades complejas, soluciones complejas. Que la complejidad sea caótica nos obliga a buscar soluciones complejas y cambiables, jamás rígidas ni únicas. Pero la sociedad no está aún preparada para la complejidad. Por eso todos votan a la derecha, que ofrece soluciones populistas, es decir, simplistas y estúpidamente reduccionistas. La izquierda, por su parte, no ha comprendido aún la dimensión de los cambios habidos, y se agarra a los mismos simplicismos de la derecha pero con edulcoraciones moralistas y pensamientos buenistas. Creo que tardaremos aún en disponer de políticas y de discursos capaces de enfrentarse a la complejidad con planteamientos de complejidad. Según nuestras previsiones, faltan unas décadas para el desarrollo de las herramientas necesarias, que tienen que ver con las matemáticas, por un lado, y con nuevas formulaciones artísticas de otro lado.

- ¿El arte? Pero si todos lo dan por acabado.

- El viejo arte, el que sirve para embellecer, adornar o entretener, aunque siga produciendo millones de cuadros y de obras como jamás se habían elaborado, éste, está rematadamente muerto. Pero yo me refiero a otras formas de arte que empiezan a surgir y del que aún sabemos muy poco, que se está situando a la misma altura que la ciencia, pero desde la otra orilla. Quiero decir, prácticas y disciplinas de creación comprometidas tan profundamente con el conocimiento como puede estarlo la ciencia, pero operando desde bases de racionalidad caótica y subjetiva, es decir, desde lo simbólico que ofrecen las geografías de la subjetividad.

- ¿Y por qué le das tanta importancia a la subjetividad? Si precisamente la ciencia se ha afirmado en el mundo a base de negar lo subjetivo.

- Pues porque constituye la dimensión oculta que requerimos para poder gobernar el caos con eficacia. La complejidad en la que vivimos sólo es abordable si nos enfrentamos a ella desde fuera y desde dentro. Fíjate que la ciencia ya empieza a bucear por esos caminos. La física cuántica y las matemáticas de la Teoría de Cuerdas están introduciendo, desde el lenguaje matemático, realidades inexistentes que sólo adquieren realidad cuando las fijamos con el pensamiento, es decir, desde la subjetividad del conocimiento. Las dimensiones plegadas y ocultas de la realidad sólo pueden desplegarse desde un abordaje subjetivo, interior, de esta misma realidad. La visión interior y la exterior, antes separadas y excluyentes, se están postulando como una dualidad de brutales contradicciones que debemos aceptar y entender. Algo impensable en la antigüedad. Esas paradojas constituyen la base de los nuevos sistemas de encajar la realidad. Fórmulas como “lo que separa, une”, “la diferencia es necesaria para la unión social y la convivencia”, etc, constituyen los nuevos mantras de lo que nos está llegando.

Impresionado por sus atrevidos planteamientos, me lanzo a uno de los temas del momento:

- ¿Y qué opinas de las ocupaciones de plazas y de los “indignados”?

- Bueno, bueno, de entrada me parece muy bien, muy saludable, quiero decir eso de pretender salir del sistema de los partidos actuales y de los esquemas políticos establecidos, condición indispensable para encontrar soluciones. El problema es generacional, me refiero a mi capacidad de entenderlo y de opinar sobre ello. El activismo juvenil es un acné que el cuerpo agradece y exige incluso, de ahí que pueda decirse que al cuerpo social que empuja para emerger le están saliendo granos en cada plaza de cada una de sus ciudades. El acné siempre es sinónimo de algo nuevo, como lo es la fiebre o el pus que sale de las infecciones. Pero debe ser vivido por el cuerpo social joven. Nosotros los viejos podemos imaginar sus efectos, sus dolores y sus euforias, pero es difícil vivirlos. De modo que mi posición es la del testigo que observa con respeto pero con la mirada del anciano escéptico. Son posiciones que considero saludables, pues ambas son complementarias en cierto modo. El problema del activismo de la calle es que la cercanía de las cosas impide ver el conjunto. Pero a su vez, sólo con la carne de cañón de los activismos jóvenes, lo nuevo rompe con el pasado y se abre al futuro. Las generaciones se sacrifican en el empeño, y mientras ellas rompen los hielos, nosotros miramos atónitos el acontecer mismo del Tiempo. Cómo te decía: la visión interior y la exterior son hoy el pan de cada día, necesarias e indispensables.

¡Demonios de futurólogos! Cada vez que charlo con ellos, me dejan en ascuas y con la cabeza hirviendo de ideas locas y atrevidas. ¡Y eso que Bastides, el más visionario de los dos, ha permanecido callado como un muerto! ¿En qué secuencias del futuro se encontraría?...