1+2=3 - No a las banderas: alteridad, cruce y nuevas propiedades emergentes



Intersección de planos.
(extraído de Expresión Gráfica)

Intento resumir con este título la conversación que mantuve el otro día con mis amigos de la playa, Bastides y Mercadal, los adivinos de la Barceloneta. Un título quizás más panfletario que reflexivo, pero que sintetiza algunas de las idea maestras que surgieron anteayer, llegadas algunas ‘del futuro’, como se podrá comprobar, aprovechando estos días de sol primaveral que vivimos en Barcelona.
 
Les pregunté como siempre sobre la situación política, ahora que hemos empezado la campaña electoral. 

- ¿Habéis visto a qué niveles están llevando la política catalana? Lo de la pancarta de Torra ha sido para echarse a llorar. 

Fue Mercadal, como siempre, el más locuaz de los futurólogos, quien tomó la palabra:

- Ni que lo digas, Rumbau, pero encaja con la lógica de este gobierno, que ya sabemos que más que gobernar, lo que busca es desgobernar. Marear la perdiz es lo único que importa, distraer al personal para que no se les ocurra pensar ni que sea un minuto. No sea que el edificio de ilusiones e irrealidades se les caiga encima. 

- Lo increíble es que la gente les siga votando. 

- Manejan muy bien las riendas emocionales. Por lo visto, sienten indignación y esto les da derecho a esta especie de ‘alzamiento nacional’ en el que se han empeñado, que lo justifica todo. 

- ¿Pero acaso no ven que con su ‘alzamiento nacional’, como tú dices, están despertando el otro ‘alzamiento nacional’?

- Yo creo que lo buscan, para obtener legitimidad y confrontación.

- ¡Pero esto es perverso! 

- Es la lógica del nacionalismo, que necesita un enemigo para hinchar las velas y asentar las razones. Con Sánchez se les desinflaron un poquito, las velas, y de ahí la reacción de los más radicales, empeñados en tensar la cuerda. ¿Cómo, sino, repasar el rosario de los agravios? Y si cosechan víctimas, aún mejor. Sólo así se aseguran tener controladas a sus huestes y que no se les escapen. El control de las emociones, Rumbau, y mantenerse en el poder. 

- Francamente, me cuesta pensar que no haya salida a esta polarización absurda de los nacionalismos y las banderas. 

- La hay pero a largo plazo. Ya sabes que nosotros hemos previsto una cronificación del asunto para unas dos o tres décadas, de modo que lo mejor es acostumbrarse e ir pensando en otras cosas. Con Bastides nos hemos adelantado ya a finales del siglo XXI, para mirar desde allí hacia atrás con una cierta distancia. 

- ¿Y qué habéis visto?

- Que tendrán que entrar nuevas ideas para salir del embrollo. Lo malo es que aún no han salido a la luz pública, pues constatamos que será la Escuela Aragonesa de Retórica, ya en los años 50 de este siglo, quien las ponga en circulación. Luego, los ‘Llampecs de Reus’, como nosotros los llamamos, crearán los logiciales adecuados para su aplicación práctica. 

Debo aclarar aquí que una de las predicciones más espectaculares de mis amigos es que a finales del siglo XXI, tras el colapso de las viejas administraciones inmersas en sus delirantes complejidades burocráticas, cada día más kafkianas, y no tras el despido masivo de todos los funcionarios de la Generalitat, nacerá un nuevo cuerpo de administradores en las escuelas de gestión de Reus y Alcañiz que serán llamados ‘Los Llampecs de Reus’. Su gran mérito será inventar procedimientos eficientes, sencillos y ultra rápidos para resolver los asuntos oficiales y administrar la complejidad de los polimonarquismos que entonces harán furor en toda la Península.

Regresando al tema de las ideas que deberán salir de la Escuela Aragonesa de Retórica, les digo: 

- Vaya, ¿y no podríais avanzar alguna cosa?

Bastides, hasta entonces callado en su habitual mutismo, se soltó con las siguientes palabras: 

- En verdad en verdad te digo, Rumbau, que algunas de las ideas no son tan nuevas, como la fórmula del 1+2=3, que hasta los niños entienden, y que aplicada a los temas de la convivencia social y política, acabará siendo revolucionaria. Tiene que ver con lo que tú siempre has llamado la Alteridad, es decir, con esa cuestión de las diferencias: significa que dos opuestos diferentes, como son el 1 y el 2, cuando se cruzan y se suman, producen un 3, que es algo nuevo y diferente de los dos primeros. Parece una obviedad o una estupidez, pero fíjate que lo diferente hasta ahora no suele sumarse ni cruzarse, sino oponerse y separarse, de modo que nunca el 3 tiene ocasión de salir. 

- ¡De cajón! –exclamó Mercadal, siempre muy admirado de los comentarios de su colega futurólogo. 

- ¿Y estas ideas qué tienen  que ver con los nacionalismos?

- Hombre, mucho, Rumbau. Fíjate que hoy vivimos una época de afirmaciones, enfrentamientos y separaciones generalizadas en todas partes, mira el Brexit, los Estados Unidos, Italia, Francia, Cataluña, la misma España…, países todos partidos por la mitad. Entre el uno y el dos, ni suma ni cruce, sino un abismo insalvable. En vez de saltar de lo simple a la sofisticación de lo complejo, prefieren enquistarse en la simplificación separadora.

- ¿Y cuándo calculas que pueda menguar esta tendencia?

- Yo veo que vamos para largo. Les va muy bien a los poderes que se oponen a cambiar las cosas y evitar el cambio climático y otros asuntos aún más graves. Todo dependerá de la velocidad de las crisis que están por llegar. A más rapidez, más catarsis transformadora, pues las nuevas generaciones reaccionarán tarde o temprano para garantizarse el futuro. 

- Entonces, resumiendo, tenemos Procés para rato…

- Desde luego. A no ser que las nuevas ideas de pronto se hagan diáfanas y todo el mundo las entienda. 

- Lo veo difícil, Bastides…

- Pero es la solución: que la diferencia, en vez de excluir y separar, excite el cruce, la intersección y la emergencia de lo nuevo. Simplemente es ponerse a lomos de la principal ley de este mundo, que no es más que esta: encuentros creativos y nuevas propiedades emergentes. ¡Lo dice la física! Al parecer, así se ha formado la complejidad de lo que existe. ¿Una paradoja? Por descontado, y de ahí su poderosa carga energética. Por eso decimos que ‘excita’. Son ideas nuevas, que una vez descubiertas, se imponen por su propio peso y entusiasman a todo el mundo, aunque habrá que esperar a que las Escuelas Aragonesas de Retórica las formulen con más aparato y conocimiento de causa. Entretanto, ya sabes, más Procés, más redundancia, y a esperar el día de mañana.

Los dejo un tanto pesimista. Sin embargo, la ocurrencia de su paradoja empieza a excitarme. ¿Será verdad que estas ideas acabarán imponiéndose en el mundo? 1+2=3… Tan fácil, y tan difícil…

No hay comentarios: