miércoles, junio 19, 2019

La irrupción de la individualidad Valls


Pasaron las elecciones y una cierta calma retorna a la sociedad catalana. Relativa, desde luego, pues los resultados no han dejado las cosas sentenciadas, sino que todo sigue abierto y muy abierto.

Con ganas de ver un poco más allá de las apariencias, acudo a la playa para encontrarme con mis amigos futurólogos, a ver cómo encaran el momento.

Los encuentro, como siempre, caminando despacio por donde rompen las olas, el uno mirando a las bañistas que toman el sol, ya muy abundantes estos días de calor, el otro con la mirada fija en el horizonte marino, fisgando los anuncios del Futuro que recoge con la parsimonia de un recolector de caracoles.

- ¡Bueno, ya tenemos alcaldesa! -les digo para tocar uno de los temas candentes del día.

- Y me parece muy bien que sea Ada Colau, frágil en unos aspectos, pero sólida en otros -responde Mercadal, siempre atento a mis demandas y muy educado en sus opiniones.

- O sea que os ha gustado el gesto de Valls, de apostar por el mal menor.

- Sí, se ha ganado mi estima, desde luego. Hacía tiempo que no teníamos entre nosotros a una figura de este calibre, racionalista, independiente y capaz de aceptar las contradicciones de la vida.

- Y la reacción de Ciutadans, ¿qué te ha parecido?

- Nefasta, un suicidio, más bien. Algo inexplicable y muy interesante para nosotros, pues no pasa cada día ver cómo un partido se dispara a los pies por no decir en la sien. Lo que indica la importancia que tienen las individualidades hoy en día.

- ¿Qué quieres decir?

- Para empezar, fíjate que el error de Ciutadans y de su líder, Albert Rivera, es haber renunciado a Cataluña para conquistar Madrid. Y todo indica que acabará perdiendo ambas cosas. No ha entendido el arte político de las contradicciones del mundo complejo de hoy. Impedir que Inés Arrimadas se afirmara como alternativa en Cataluña fue el primer gran error. Llevarla a Madrid el segundo. Pero empeñarse en facilitar que Maragall fuera alcalde, es el súmmum del disparate.

- O sea que Valls ha obrado con rectitud para vosotros.

- ¿Cómo podía dejar Barcelona en manos del descerebrado Maragall, que rezuma odio vengativo por todos sus poros? Y los barceloneses qué, ¿que nos chinchen?… Pero mira lo que te digo: están surgiendo individualidades interesantes. Uno es Valls. Lo ha demostrado estos días. El otro podría ser Colau si aprendiera de los errores y abriera su mente a visiones más pluralistas e inteligentes. Aunque desconfío de sus capacidades en este sentido. Lo veremos en estos próximos cuatro años.

- ¿Qué insinúas con eso de las individualidades?

- Algo muy importante. Fíjate que Cataluña es un país de voces díscolas e independientes. Todas sus grandes personalidades han sido casos casi patológicos de individualidades fuertes que no dudan en caer en mil contradicciones para conseguir sus objetivos. Los ejemplos son muchos: Tarradellas, Pascual Maragall, Rusiñol, Gabriel Ferraté, Terenci Moix, Pla, Dalí, Miró, por sólo citar a algunos de los más conocidos. Personas que no se dejaban engatusar ni atrapar por un partido ni por un rebaño. Y Cataluña es una tierra que necesita personalidades que vivan y respiren fuera del rebaño, con la capacidad de ver el futuro desde la libertad, libres de ataduras y de prejuicios. Sólo entonces Cataluña despunta y da todo lo que puede dar de sí. Por desgracia, la malla independentista se ha convertido en un corsé irrespirable que cierra todas las ventanas y deja sin ventilación al país entero. De ahí que cuando surge una voz como la de Valls, que dice las cosas por su nombre saltándose todos los clichés de uno y otro lado, provoca un efecto sísmico descomunal y muy interesante.

- ¿Pero crees tú que tiene futuro eso de crear un nuevo partido catalanista de centro?

- La verdad es que dudo mucho de que sirva para nada. Aunque alguien deberá intentarlo. Pero lo importante aquí no es tanto si habrá o no nuevo partido, sino ver cómo la irrupción de una voz que se siente libre y habla con independencia, es capaz de mover el panorama y hacer tambalear la realidad pétrea de la situación. Es algo evidente: a la que aparece un espíritu libre, la catarsis está asegurada, sobre todo en una sociedad como la catalana, que aspira en secreto salir de esta encerrona para respirar de nuevo aires de libertad y de futuro.

- Pero eso quizás no sea suficiente para cambiar nada… Al fin y al cabo, Valls no deja de ser un señor burgués que vive muy bien instalado en el sistema…

- Es verdad, pero si hay temblores, se permite a lo nuevo emerger. Y hoy en día, ¿qué político del signo que sea no es un burgués bien instalado en el sistema?

Bastides, que escuchaba silencioso nuestro diálogo, interrumpió en aquel momento para decir:

- En verdad en verdad os digo, Rumbau, que la política es como el juego del frontón, que tiras la pelota en una pared para recogerla en otro lugar. Se arremete contra la realidad catalana pero la pelota se recoge en otro sitio y regresa por donde menos te lo esperas. El posicionamiento de Valls ha removido la parálisis de Cataluña, pero sus resonancias afectarán más en otras capitales de España, donde las sensibilidades están más abiertas y hay mayor creatividad. Mira cómo rebota su eco. La solución de Cataluña no existe a corto plazo, atrapada como está por el corsé chantajista y emocional del Independentismo. Sólo desde fuera pueden llegar ideas y movimientos de renovación. Y desde las individualidades que sea capaz de generar, como bien dice Mercadal. Quizás Valls despierte otras voces y al final se creen grietas y entre aire nuevo, pero él solo poco puede hacer. 

- Os veo pesimistas…

- En absoluto. Nuestro optimismo sigue siendo el mismo de siempre. Sobre todo, cuando miramos el futuro a más largo plazo. No cabe duda que Cataluña está destinada a aportar muchas cosas en la Europa que se avecina, entre ellas los Llampecs de Reus, que revolucionarán el arte de la logística política de las futuras sociedades polimonárquicas, de origen murciano, aragonés y catalán, como venimos pronosticando. Por eso somos tan optimistas. Pero la realidad actual no encontrará aquí sus vetas innovadoras, capaces de solucionar los conflictos de las partes con el todo, sino en otras regiones y ciudades de la Península, hoy por hoy, más dinámicas y abiertas al futuro.

- Entonces, esta emergencia de Valls, ¿la veis inútil?

- Todo lo contrario, quizás sea un pistoletazo de salida, lo sabremos pronto, pero en todo caso, cuando suena una voz libre, las imposturas caen y todo se mueve. Pesa más la palabra de un individuo solo que el gruñir de los rebaños. Si consigue que no lo pisen en sus estampidas, quizás Valls tenga más futuro del que pensamos. No tardaremos en saberlo.

Los dejé pensativo, rumiando sus palabras, siempre contradictorias pero optimistas. ¿Habrá suerte y el panorama empieza a moverse?... Veremos qué nos depara el futuro…

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