jueves, julio 31, 2008

Alardes titiriteros de Animata Cabaret

("La Canija")

Dentro de la interesante programación dirigida a público adulto que la Puntual ha presentado este mes de julio, tuve la suerte de presenciar el espectáculo de Animata Cabaret, fórmula con la que se han definido cinco grupos de titiriteras de Barcelona. Son: Anita Maravillas, Las Hermanas Trapp, La Canija, Mireia Nogueras y Trastam Teatre.


Dos palabras resumen la impresión recibida: sorpresa y revelación. Debo reconocer que no conocía ninguno de los trabajos presentados, lo que fue para mi una suerte, pues así pude verlos y gozarlos por primera vez. Y la verdad es que quedé fascinado por el alto grado de virtuosismo y por una calidad de altos vuelos que hacía tiempo no veía en los escenarios titiritiles del país. Un verdadero regalo de fin de temporada.

El espectáculo, una sucesión de números independientes, fue hilvanado con mucha brillantez por la voz y el acordeón de Mina Ledergerber y el violín de Agostino Aragno. La voz rota provista de lánguidos registros de Mina más el violinista Agostino vestido de mujer que le seguía a modo de fiel comparsa, presentaron con sus intermezzos musicales temas y canciones del más puro estilo cabaretero, muy adecuados para introducir a las distintas titiriteras.

Respecto a las marionetas, las hubo de todas las técnicas y registros. Uno podría pensar que tanta variedad acabaría desconcertando o cansando al público. ¡En absoluto! Creo que la razón estriba en los varios denominadores comunes que recorrían todos los números presentados, y que cohesionaron el conjunto. A mi modo de ver, son los siguientes:

a- una relación impecable de las manipuladoras con los muñecos, algo que no siempre sucede cuando el marionetista se muestra junto a la marioneta. Es decir, relación distante y a la vez entregada, provista de dignidad y propia del actor que sabe estar en un segundo puesto pero a la vez con el aplomo y la fuerza suficientes para insuflar verdadera vida a los títeres, ya sea con el gesto o con la voz. Un saber estar que tal vez proceda de la influencia indirecta de Pepe Otal (la mayoría de las titiriteras fueron alumnas suyas), quién les habría insuflado ese tono de dignidad distante que los buenos marionetistas poseen, y que no duda en combinarse con los más incorrectos y provocadores registros teatrales. Un tono que el de Albacete poseía a espuertas.

b- maestría del movimiento y de la voz: un gran virtuosismo gestual de las marionetas y un impecable tratamiento actoral de la voz, que trata al títere como a un verdadero personaje al que hay que dar vida. Creo que todas las presentes destacaron en estas labores.

En Anita Maravillas, Miren Larrea y Valentina Raposo han creador a un personaje –“Leonor”– entrañable, ocurrente e hilarante, con improvisaciones y registros de voz de altísima calidad. Fue una entrada-anzuelo que enganchó de inmediato al respetable y que ya no lo soltó hasta los aplausos finales.

(Mireia Nogueras)

Las Hermanas Trapp, con la manipulación de Marta de la Primavera, presentaron los interesantísimos muñecos y autómatas de Mina Ledergerber, llenos de gracia y de ingenio. Mireia Nogueras se reveló cómo una actriz-manipuladora extraordinaria de potente vena cómica que combina magistralmente con una primorosa manipulación. El contraste entre el porte técnico y solícito de la manipuladora y el tono gamberro y desenfadado de los personajes conquistó al público, entregado al humor socarrón del Punki “perro-flauta” o de la Muerte folclórica.

Las Trastam Teatre presentaron un trabajo a base de objetos cotidianos convertidos en títeres. Aurora Poveda, Marga Carbonell y Arantxa Azagra nos deleitaron con una gestualidad coreográfica impecable de sus marionetas, con momentos de verdadera magia transformadora y de un virtuosismo de muy difícil ejecución, que dejaban entrever muchas horas de ensayo.

Otro plato fuerte fue “La Canija”, una creación de Marga Carbonell y Miren Larrea. ¡Qué gracia y qué desparpajo la de esta folclórica esperpéntica y lenguaraz, con un flamenco de perfecta coreografía e impecable ritmo. Tanto los gestos exactos de Marga como la voz segura e inagotable de las inspiradísimas improvisaciones de Miren nos consquistaron a la primera.

c- El otro denominador común: la juventud de las artistas actuantes. Daba gusto ver a una nueva generación de titiriteras, todas mujeres y en la flor de la juventud, provistas ya de una maestría que les permitía pasearse por el género con alardes virtuosísticos, frescura interpretativa, porte correcto de dignidad titiritera, modesta y comedida, y sin inhibición alguna para el más acusado atrevimiento de gestos y palabras.

Un milagro y una verdadera sorpresa, cómo decía al principio. ¡Éxitos a manta, pues, y futuros esplendoros para todas las integrantes de Animata Cabaret!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡El GREC ya tiene montaje para inaugurar la edición del próximo año! Una gozada de espectáculo. Gracias a todas por las 2 horas de cabaret con títeres y marionetas, estaré al tanto de nuevas propuestas de las Animata.
Hugo

Anónimo dijo...

Comparto su entusiasmo!
Vivan las chicas de Animata Cabaret!