jueves, diciembre 08, 2011

¿Qué crisis?


El Rapto de Europa, del pintor Maerte (s.XVIII)
Bueno, parece que esta vez la cosa va en serio, y que hay crisis por todas partes. Para hablar sobre ellas y aclararme ante tantas noticias desagradables y agoreras, fui ayer a la playa, aprovechando este tiempo casi primaveral que está haciendo en Barcelona, fruto seguramente de la crisis medioambiental, pues hoy en día no hay nada que no surja de alguna de las crisis que nos aquejan. Mis amigos futurólogos estaban en  buena forma y juntos hicimos varias veces el camino que va de la escultura de los cubos al Hotel Vela, frente al Club Natación Barcelona.

- Estaréis contentos, todo se está moviendo a marchas forzadas y el futuro está cada día más cerca… -lo digo para provocarlos y así despertar en ellos sus reflexiones que a veces me admiran enormemente.  

- Sí, no hay duda que hay movimiento, aunque veo a la gente muy parada –responde Mercadal–. Todavía no nos hemos sacado de encima el estigma de la obediencia y de la reacción aborregada, y por eso la gente parece pensar que “ya lo arreglarán”, cuando es a todas luces evidente de que todo esto no hay quién lo arregle.

- ¿Pero qué está pasando exactamente?

- Muchas cosas y todas al mismo tiempo. Para mi, una de las principales razones de la impotencia de los Estados y de los políticos en arreglar la situación es el acelerón que las nuevas tecnologías han activado en el mundo de las finanzas. Ello ha permitido a los negocios financieros distanciarse a años luz de la economía productiva y real de los países, alcanzando unos volúmenes de liquidez puramente virtual y de velocidad de acción en los mecanismos de compra y venta totalmente inalcanzables. Ni los actores del negocio saben lo que ocurre, simplemente programan a las máquinas para alcanzar cualquier tipo de beneficio, por pequeño que sea, los cuales, sumados, se elevan a cifras desorbitadas. Y como estas instancias están perfectamente protegidas y sostenidas por las principales corporaciones, por algunos estados y por los intereses de millones de participantes en este casino mundial en que se ha convertido la economía, nadie se atreve a ponerles coto. La idea de crear un impuesto para cada transacción está considerada anatema para los implicados, y nadie tiene ni las ganas ni la fuerza de enfrentarse al asunto.

- Sí, esto parece evidente y ya empieza a hablarse bastante del tema, aunque como dices, nadie se atreve a ponerlo en cuestión. Pero todo este asunto del euro, de la deuda y de Europa, ¿cómo creéis que acabará?

- Si me lo hubieras preguntado hace unos meses, todavía te diría que la cosa acabaría bien. Pero ahora, se han disparado ya tantas alarmas y ha habido tanta especulación desctructiva sobre la idea europea, que francamente lo veo complicado. Estas prisas de última hora por cambiar tratados e imponer condiciones a los estados no parecen tener en cuenta que hoy las realidades surgen empujadas por las palabras que las presuponen, de modo que de tanto hablar del desastre de Europa, este desastre se acaba convirtiendo en algo real. Además, cuando se habla mucho de algo, se produce un cansancio e inconscientemente deseamos todos que acabe sucediendo.

- ¿Os referís a eso que algunos llaman “política creativa”?

- Exacto. Lo aplicaron con  Irak: se inventaron un peligro inexistente y crearon una situación de hecho que determinó todo el devenir de multitud de países y sus sacrificadas poblaciones. Algunos lo llaman “diplomacia creativa”: en vez de analizar y basarse en la realidad, se la inventan. Muy peligroso, claro. Pero lo peor del asunto es que las nuevas tecnologías, sin necesidad de planes truculentos ni de segundas intenciones, crean igualmente nuevas realidades que se nos escapan de las manos. Por ejemplo, las centrales atómicas y el desastre de Fukushima. Y, lo que sufrimos ahora en Europa, las nuevas modalidades de negocio ultrarápido en las finanzas. Por no hablar de la terrorífica industria automovilística, que no sólo hace irrespirables nuestras ciudades sino que es la mayor causa existente de muertes no naturales por accidente. Otras formas descaradas de “creatividad interesada” son las llamadas agencias de calificación, que son tres y americanas, las cuales hacen y deshacen valoraciones que empujan a los países a la ruina. Ser creativo se ha puesto tan de moda, que nos olvidamos de la responsabilidad que conlleva serlo. Se siguen impulsos muy bonitos, pues la creatividad es bella, pero con la inconsciencia frívola propia de nuestra época. Y como el principal objetivo es el beneficio, toda la creatividad se enfoca en ello, creando realidades muy buenas para los afortunados, pero siniestras y destructivas para los perdedores, que son la mayoría.

- ¿Entonces no le veis ninguna solución?

- Bueno, la que siempre  ha funcionado: el desastre que te obliga a cambiar quieras o no quieras. Mira lo de Fukushima: ya en Japón se está hablando de eliminar en un tiempo relativamente corto todas las centrales, y en Alemania se aprobó lo mismo de un día para el otro. En el tema de las finanzas, hará falta que muchos más países se arruinen del todo, que salte Europa en pedazos y que alguna de las grandes potencias lo pague caro. Entonces se tomarán las medidas correctoras, no lo dudes.

- Un precio caro es el que pones.

- Así aprendemos los humanos. Pero ya sabes que somos optimistas y que a la larga, todo irá para bien.

- ¿Tan seguros estáis de eso?

Me asombra que estos dos ancianos, tan clarividentes en sus análisis, sean tan irracionales en sus esperanzas de futuro. Bastides, que hasta entonces había permanecido callado, dijo:

- En verdad, en verdad te digo, Rumbau, que las realidades son hoy tan complejas, que resulta difícil predecir lo que va a ocurrir en breve. Lo más fácil es simplificar y pensar en sólo dos o tres de las realidades que se dicen críticas y a punto de estallar, pero la verdad es que son muchas más, las cuales se superponen y crean cuadros muy complejos, para mal y para bien, pues la flauta puede sonar en los dos sentidos. Pero precisamente por esto, nosotros, que nos consideramos futurólogos independientes, quiero decir, que no trabajamos para nadie sino para nosotros mismos y para el mundo en general, tenemos la obligación de crear nuestras propias realidades, buscando la posivitividad de todo este intrínculis, y sentando así las bases de un futuro que escape a los malos augurios de los profesionales que sólo se basan en datos objetivos y, por lo tanto, simplistas y reduccionistas. Nosotros nos basamos en lo objetivo pero también en lo subjetivo, gracias a las visiones y a los cálculos astrológicos de Mercadal, que domina esta ciencia como pocos, y eso nos da unas facultades ideales para sentar las bases de realidades muchos más interesantes y más afines con una creatividad que tiene que ver con el sentido común y con una imaginación positiva y avanzada, quiero decir, que se avanza en el tiempo. Fíjate que si ante la diplomacia creativa de unos y la política de hechos consumados de otros, sólo fuéramos capaces de ofrecer análisis y más análisis, lo único que conseguiríamos es justificar estas realidades que nos llegan impuestas. La única manera de contrarrestarlas es crear nuestras propias realidades, y como nosotros ya somos viejos y tenemos poca opción en el escenario de los hechos, nos remitimos a los escenarios del futuro, libres todavía de injerencias y abierto a la imaginación de todos. ¿No te parece lo más sensato?

Tengo que decir que la larga declaración de Bastides me ha dejado de piedra. Desde luego, tiene toda la razón del mundo y sus argumentos y métodos, por muy raros e idiosincráticos que sean, no dejan de ser tan válidos como operativos para la consecución de sus objetivos. Si de lo que se trata es de modelar un futuro positivo, todo el mundo tiene la libertad de hacerlo a su manera, con responsabilidad propia respecto a sus pros y sus contras. Lo malo es saber si el devenir nos dejará alguna oportunidad para llegar a estos futuros soñados…

- Tiempo al tiempo, Rumbau, no hay más solución que ésta, dejar que el tiempo, a través de la acción pero también de la palabra, vaya modelando el futuro…

Un tiempo que cada vez corre más raudo y que parece burlarse de quiénes se consideran amigos suyos y pasean cada día por la playa mientras se interrogan sobre sus caminos.

jueves, septiembre 22, 2011

En la cresta de los cambios

Foto del espectáculo "L'Immédiat" de Camille Boitel
Mis amigos futurólogos de la playa lo tienen muy claro: para ellos, estamos ya montados en “la gran cresta de los cambios”. Me lo decían el otro día mientras paseábamos por la playa, en un día de lleno casi total gracias al día soleado y a unas temperaturas más bien altas que invitaban al baño.

- Sí, Rumbau, grandes cambios se avecinan. Esta crisis que no acaba se está transformando en una “crisis” real, en el sentido de “catarsis fenomenológica de cambios”.

¡Caramba! Esos viejos cada día son más exquisitos.

- Pero no me negaréis que el dramatismo va en aumento.

- Claro, y eso no es nada, ya verás lo que nos espera.

- Os veo muy agoreros.

- En absoluto, siempre hemos considerado los cambios una necesidad y hay que verlos sobretodo desde una perspectiva evolutiva.

- Evolución que parece una involución…

- Por supuesto, ya sabes que la historia avanza con vaivenes de pasos unos hacia adelante y otros hacia atrás, aunque a veces ganan los que van hacia atrás…

- Pero bueno, ¿cómo veis el tema?

Bastides, que se había mantenido callado, dijo.

- Rumbau, es difícil practicar hoy la futurología, cuando en el día a día se viven ya los atisbos del futuro que intentamos anticipar. El avanzar de las olas históricas se parece al de las olas del mar: subimos cuando sube la ola, pero antes y después de la misma se baja a un profundo abismo. Hasta hace poco, lo menos que una ola de cambios podía durar era una generación entera. Hoy, se cuentan en años, lustros y, máximo, en decenios. De ahí esa pulsión generalizada, casi histérica, de querer estar siempre en la cresta de la ola: no queda otro remedio para evitar las caídas y las bajadas, antes y después de las subidas. Nuestra ilusión es que si estamos siempre arriba, podemos ver los paisajes, el horizonte, las direcciones, y olvidarnos así de los valles que rodean las crestas. Pero el caso es que nos encontramos en medio de una tempestad llena de olas de cambio que chocan entre si, con direcciones en absoluto coincidentes. Imposible por lo tanto de estar en la cresta de todas. Si te encaramas en una, las demás no tardarán en chocar contra ti y precipitarte al vacío. ¿Subir a todas a la vez? Eso sería lo propio, algo a todas luces irrealizable. Y sin embargo, es esto lo que intentamos hacer cada día en nuestras indagaciones sobre el futuro: subir a todas las olas de cambio y surfear por las crestas de las mismas, aunque esto nos obligue a cambiar constantemente de dirección.

- Muy bien explicado, Bastides –dice Mercadal con entusiasmo–, y lo de estar arriba sirve sobretodo para ver mejor. Ver lo que se está cociendo y hacia adónde vamos. Y aquí empiezan a aparecer algunas cosas claras: el grado de saturación de las interrelaciones en el mundo global empieza a cruzar umbrales críticos que obligan a ponerlo todo en cuestión y a replantearse no pocas cosas de esta vida. Todo ello nos lleva a una primera constatación: el hecho de estar viviendo un período de cambios civilizacionales tremendos, de los de largo alcance, sin duda.

- Pero los cambios van a peor, eso no me lo negaréis…

- Por supuesto, y el peligro es que no salgamos de las profundidades en las que nos estamos metiendo. Pero bien sabido es que lo que baja sube, tanto como lo que sube baja. Hoy es evidente que el sistema egoísta y amoral de la actual globalización capitalista es infumable e insostenible, por simples razones de inoperatividad, al mandar el planeta y la mayoría de la población a freir espárragos. La dirección es de bajada y parece que nadie puede detenerla. Y así será una temporada, pues por algo somos humanos, una especie que tiene por ley aprender a palos. Pero habrá reflujo. Fíjate que el modelo nos lo dan las élites que nos gobiernan y que se encaraman al vértice de la pirámide: todo vale para enriquecerse, no hay reglas válidas, el bien colectivo es un valor despreciable, la lucha es a muerte para llegar arriba o la ley del más fuerte. Con este modelo de “sálvese quén pueda”, vamos directo al caos y la sociedad se precipita a su desmoronamiento. Lo que sin duda despertará los instintos de supervivencia que responden a pulsiones inconscientes e incontrolables. Pero además, al ser la pirámide tan descaradamente amplia en su base, la dificultad de mantenerse en la cumbre es enorme sino imposible.

- Pero los poderes arriba son muy fuertes, y las inercias todavía más…

- Más peligrosas son las inercias que los poderes, desde luego.

- Entonces, para vosotros los movimientos de los Indignados y otros parecidos tienen un sentido y una dirección…

Imagen del espectáculo "Traversées" del
Théâtre de l’Entrouvert
- Dirección poca, sentido mucho. Son la reacción al modelo. Y cuando los sabios comentaristas de los periódicos les piden que ofrezcan alternativas, me pregunto quién es el guapo que sabe cómo se cambia un modelo que lleva siglos en marcha y que de pronto no funciona. Esos cambios no los provoca ningún partido ni movimiento en concreto, sino que suceden porque al cabo de muchas crisis y hecatombes, se imponen. Pero antes siempre hay quiénes lo anuncian o al menos lo sintomatizan. Los follones en Londres de este verano son pura mímesis colectiva del “campi qui pugui”, es decir, directamente inspirados en las leyes del neoliberalismo actual. Un artículo en el periódico lo explicaba muy bien el otro día. Fíjate lo complicado que lo tienen los políticos que representan a los poderes: amonestan el comportamiento salvaje y asocial de los insurrectos, cuando ellos mismos defienden dejar a las mayorías sin cojines sociales en los que guarecerse. La respuesta de los insurrectos anárquicos es: si ustedes preconizan el egoísmo salvaje de la ley del más fuerte, pues apliquémoslo sin tapujos y con franca energía: a robar supermercados o al primero que pasa por la calle.

- Eso explica el desconcierto general. Dicen los poderes: se acabó la fiesta, que mande el capital, y el que no tenga nada, burro por no tener. Por ejemplo, la imposición a Grecia de las draconianas reformas: se trata de sacrificar al más débil para salvar el sistema financiero europeo. Sacrificio para el bien común. Una idea bonita para un mundo bonito. Pero para el mundo del “sálvese quién pueda” y de la ley del más fuerte, es una razón difícil de tragar para los implicados.

- De todas formas, no me negaréis que la juerga que se ha vivido en el sur de Europa durante los últimos años ha sido nefasta y absolutamente insostenible.

- Eso también es verdad. Pero ha sido el típico engaño de las estafas piramidales. Convencer a la gente de que todos nos podemos enriquecer sin hacer nada, es decir, especulando con pisos y acciones, hasta que un día se descubre que ello es imposible, y la ilusión se rompe. Pero en el ínterin, los que han creado la burbuja se han hecho multimillonarios. Los bancos aquí tienen mucha responsabilidad, llevados de la mano de los especuladores financieros autodenominados “creativos”. Se derrumba el sistema, y a correr a salvar a los bancos, pues sin ellos nada se aguanta, pobrecitos, ellos que crearon la burbuja y que no dudarán en volver a las andadas, como se está comprobando.

- Pero bueno, entonces vuestros vaticinios son de que nos hallamos ante un gran cambio… ¿Pero qué cambio?

- Sí, un cambio civilizacional que deberá llevarnos a unas normas sociales y económicas de disintos signo, en las que el beneficio económico ya no será el único aliciente. Otros valores existen que piden a gritos reconocimiento y valoración objetiva, es deir, social y económica. Por ejemplo, la creatividad, las aportaciones positivas a la colectividad, la innovación en otros terrenos que no sean únicamente tecnológicos, empresariales o financieros, la entrega a servicios públicos de bien común, y otros por descubrir o aún por afirmarse. Y esto requiere un cambio de mentalidad enorme, es decir, tiene antes que desplomarse la vigente por reductora e insostenible. Y aquí está e peligro, pues cuesta mucho desengancharse de valores únicos. El reduccionismo, base de la imbecilidad, es una droga peor que la heroína. ¿De dónde te crees que han salido los fanatismos religiosos? Pura mímesis del monoteísmo fanático del capital para enfrentarse al mismo con un mínimo de condiciones, es decir, desde las mismas posturas reduccionistas de imbecilidad. Y sin embargo, nuestra visión a largo plazo nos indica que vamos por el buen camino, en el sentido contrario de bajar y bajar para poder luego subir con distintos rumbos. Por eso nuestra recomendación, hoy, es el ascetismo. La caída no hay quién la pare, pero no nos retiramos del ajetreado mundo, sino que permanecemos en él, con un objetivo: contemplar los cambios, para así meditar sobre ellos y crear los espacios suficientes de reflexión y distanciamiento.

- O sea, ejercéis de monjes urbanos…

- Llámalo como quieras. Y la playa de la Barceloneta es ideal para ello: en un oído, el ronroneo del oleaje que nos habla de los ritmos profundos y eternos de la mar; en el otro, los gritos y las histerias de la calle que llegan hasta la playa, como si fueran los estertores agonizantes de un mundo que se acaba.

Decido dejarlos en este punto, convencido de que estos dos sabios que pasean cada día por la playa dan más en el clavo de lo que pensamos.

lunes, septiembre 12, 2011

Crear una obra. Curso de Títeres, Sombras y Objetos

Tras la pantalla. Taller realizado en Beirut, mayo 2011
- Octubre 2011. Del lunes 24 al viernes 28.
- 5 días de duración
- Horarios: de 16h a 21h
- Total horas: 25
- Lugar: La Mona de Seda. Barcelona

¿Cómo enfrentarse a la creación de una obra  que junte autoría personal con el lenguaje del teatro de títeres, sombras y objetos? Desde la subjetividad del creador, pasando por las disciplinas del desdoblamiento, la dramaturgia sintética de los lenguajes populares de títeres y sombras, la multiplicidad del lenguaje artístico contemporáneo, hasta llegar al rito de la representación ante el público. 

El curso ofrece a los interesados una metodología de pasos sucesivos y articulados, que deberán culminar en la práctica combinada del “teatro interior” de sombras con el “teatro exterior” de títeres y objetos. 

 Dualidades claves:
     Interior / Exterior
     Tradición / Modernidad
     Subjetivo / Objetivo
     Sombras / Títeres

El curso está dirigido tanto a principiantes como a profesionales, sean titiriteros, actores, maestros, artistas plásticos u otras personas relacionadas con el teatro y la imagen.
Para ver información sobre Toni Rumbau, pulsar aquí.

Algunos textos de referencia sobre contenidos relacionados con el curso:
- “Función en Trípoli. Semejanzas y diferencias entre Polichinela y Karagöz”, publicado en el blog de Rutas de Polichinela.
- “Títeres y sombras: dos herramientas de conocimiento”. Publicado en el fanzine peruano “Mil Vidas”, que dirige Martín Molina.

El espíritu libre, rebelde y heterodoxo de Polichinela se encarna y se manifiesta en las tradiciones populares de títeres y sombras del mundo entero. Un espíritu que, más allá de las distintas tradiciones y sus especificidades, despliega unas líneas dramatúrgicas que miran hacia el futuro: útiles herramientas para el teatro de hoy. 

Este curso invita a conocer estas herramientas a través de una práctica que se hará según siete fases metodológicas de desarrollo en función de un objetivo claro: la creación de una obra que junte el mundo subjetivo de las sombras con la dimensión objetiva de lo que se puede ver y tocar. 

Más información aquí

martes, julio 12, 2011

Las trompetas de Cronos

Reloj suizo
Con este título pretendo subrayar uno de los temas con el que mis amigos de la playa se sienten tan a gusto, cuando insisten en filosofar sobre el Tiempo y los futuros que nos acechan. Los encontré hoy paseando como siempre por la orilla del mar, en la playa que va de la Barceloneta hasta dónde acaba, en el Hotel Vela.

- No os podréis quejar, la situación está cada día más caliente y todo indica que estamos viviendo momentos históricos de cambio.

Así les interpelé para provocarles como suelo hacer afín de que me cuenten sus ideas y visiones del futuro.

- Buena razón tienes, Rumbau, de hablar de Historia. No sé si los cambios que se avecinan serán buenos o malos para la mayoría, pero lo que sí es seguro es que haberlos, los habrá.

Habla Mercadal, el médico jubilado y astrólogo aficionado quién, junto con Romà Bastides, zapatero remendón y propietario de un “rápido” en la Barceloneta, gusta hablar largo y tendido sobre los acontecimientos del mundo.

- ¿No veis Europa acabada, a punto de derrumbarse?

- Mira, Rumbau, la situación es grave, qué duda cabe, pero no hay que precipitarse. Fíjate como a la hora de la verdad nadie se precipita. Las crisis hoy se alargan porque no tienen solución, esto es cierto, lo cual no significa que un día no acabe petando todo. Pero yo no estaría tan seguro. Hoy Europa es un coloso débil y llorón, de poca altura e inseguro de si mismo, pero esta debilidad constituye precisamente su fuerza. Fíjate cómo se ceban en ella y en lo mal que se defiende, incapaz de responder con voz única. Pero ahí está su fortaleza, pues es como pegar a un pelele gordo y fofo: encaja todos los golpes y nunca se rompe. Lo que sí puede suceder es que se estropee, por supuesto. Fíjate como la multiplicidad fragmentada de la que está hecha, causa de tanta nulidad política, constituye su mejor garantía de permanencia, pues lo que está muy unido a base de pocos vínculos resiste mucho mejor los embistes de las tormentas desestabilizadoras que las uniones pétreas, que se imponen a la fuerza y se resquebrajan en un instante. La inercia europea es más fuerte de lo que nos pensamos, y aunque entremos ahora en un deshilachamiento del sentido unitario, todavía le queda mucho por correr, al Viejo Continente.

- Tienes razón, Mercadal, no veo yo a Europa prostrada todavía, aunque sí bastante tocada. La fragmentación irá a más. No sé si Italia aguantará unida su quiebra económica, el reino de Berlusconi la ha dejado hecha un estropajo. España misma, con el PP, puede iniciar su carrera desmembradora a pesar de los intentos neocentralizadores de los socialistas y de los ideólogos de la FAES. Piensa que a los barones autonómicos les va de perlas tener soberanía, sobretodo jurídica, y si la crisis sigue cebándose en el sur de Europa, la pelea de gallos será monumental. ¿Significa eso que Europa se vaya a paseo? No lo creo, al revés, se mantendrá impávida, sobretodo porque a las industrias sureñas del turismo, el euro les es muy útil, mientras que los países del norte siguen sacando buenos jugos de la moneda. Las nuevas generaciones de emprendedores que sucederán a las actuales, muy desmoralizadas éstas, reinventarán sus regiones y países para atraer a más turistas, en una guerra competitiva que despertará las alicaídas economías basadas en la industria del sol. Respecto a Grecia, no me extrañaría que el país tuviera que vender todas sus islas, lo que sería una oportunidad histórica para Turquía: en vez de humillar al viejo enemigo y dejar que todo caiga en manos alemanas y holandesas, las inteligentes élites turcas propondrán soluciones mixtas de soberanías compartidas, de modo que habrá negocio y felicidad asegurada para todos.

- ¿Y el sur del Mediterráneo? ¿Cómo ves los casos de Egipto, Libia y los países del Magreb? –les pregunto, atónito por su retahíla de predicciones futuristas.

- Mal y bien. Ya sabes cómo nos hemos ilusionado con estos cambios y cómo lo seguimos estando, a pesar de los muchos contratiempos que están sufriendo estas revoluciones. Egipto no tardará mucho en iniciar un ciclo de renovación generacional que aportará vigor y entusiasmo al país, lo que acabará consolidando y disparando hacia nuevas metas por nosotros aún inimaginables el turismo de la zona, basado en la recuperación civilizatoria de la antigua cultura de los faraones. Nosotros no lo veremos, y creo que tú tampoco, pero nuestros nietos deberían empezar a acostumbrarse a ver cómo suben al trono nuevos Tutankámones y Ramseses, que orarán a Alá y a los viejos dioses del Nilo, sin que nadie se rasgue las vestiduras. También Túnez y Marruecos escalarán eslabones insospechados de originalidad civilizacional, lo que será un grave problema para las industrias solares de España e Italia, que deberán a su vez reinventarse afin de atraer a las opulentas poblaciones de viejos alemanes y holandes, más las nuevas hordas chinas e hindús que llegarán de Asia con ganas de tomar el sol. Un caso paradigmático de lo que es Europa sigue siendo la guerra de Libia, estancada y deshilachada a modo de fiel reflejo de las sociedades que la sustentan. Vemos a la dinastía creada por Gadafi reinar durante decenios en un pequeño enclave de la costa libia, con grandes lujos y muchos masajistas, mientras el resto del país se desarrollará siguiendo las estelas magrebís y egipcianas. Esta fragmentación, que se sumará al nuevo autonomismo del Magreb, será clave para la recuperación de la zona. Importante la nueva República del Rif, que nacerá sin nacer, pues se proclamará como tal para al instante siguiente retractarse y aceptar una cómoda posición subalterna bajo el paraguas autonómica de la monarquía alauí. Todos estos cambios darán un extarordinario vigor a la idea de Europa, que renacerá de sus cenizas a modo de articulación laxa de una multitud de diferencias cada día más diferenciadas y orgullosas de serlo, pero necesitadas de coordinación geográfica y logística, dada la complejidad que resultará de tal inmensa ola de fragmentación.

Estupefacto, escucho las palabras de Bastides quién ha hablado con la mirada fija en el horizonte, como si por allí desfilaran las imágenes de sus visiones una tras otra, a modo de caravanas del futuro.

- En verdad, en verdad, Rumbau, que todo ello sucederá de un modo parecido, pues otras posibilidades, que sepamos, no las hay. Claro que los matices pueden variar y podemos equivocarnos en la datación y aún en muchas cosas, pero lo que sí es seguro es que lo tiros van por ahí.

- ¿Y no veis tambores de guerra en este horizonte?

- En ningún momento han cesado sus ecos. Y es bien posible que haya estallidos y episodios bélicos en lugares puntuales, claro, pues la industria de las armas no cesa y exige sus partidas de sangre humana, pero creo que pesará más el ansia de negocios. Además, las nuevas sensibilidades ecológicas, que se irán imponiendo por necesidad obligatoria, limitarán mucho los escenarios de guerra, que deberán ser rápidas y regionalmente acotadas. Piensa que las crisis medioambientales, el deterioro de las centrales nucleares y los problemas convivenciales en las grandes urbes requerirán soluciones distintas a las bélicas, siempre útiles pero complicadas de hacer y, sobretodo, de acabar. Se recurrirá mucho a la provocación terrorista, que es fuente de legitimidad idónea para ejércitos y cuerpos policiales. Un cierto estado de guerra latente lo habrá siempre, pues, pero difuminado y esparcido a modo de riego bélico, indispensable para someter a las poblaciones y ordenar la convivencia de los estados de grandes dimensiones que aun queden.

- Un panorama bien sombrío…

"Cronos devorando a su hijo", de Goya
- Desde luego, pero en estos escenarios, lo importante será cabalgar a Cronos. Sólo los que sean conscientes del tiempo y sean capaces de cabalgarlo, podrán escapar a su control. Importante saber escuchar sus trompetas y ver por dónde ruge. Yo lo llamo Cronos, pero también podríamos llamarlo Saturno, un viejo dios que regresa triunfante al mundo. Fíjate como vivimos todos sometidos al reloj. Todo es tiempo ordenado, medido, cronometrado. Cabalgarlo no significa dominarlo, sino aceptarlo como fuerza que nos posee y aprender a jugar sus juegos. La libertad estará en este juego de conocer a Cronos, de aceptar sus envites y subírsele encima. La autoconciencia de saber que somos Tiempo será un requisito difícil pero imprescindible para la libertad. De ahí que nosotros nos esforcemos en aprender sus reglas y en ver los ritmos y vaivenes con los que se manifiesta, pues al ser ya viejos, poco podremos cabalgarlo, pero al menos, sí indagar sobre su naturaleza y ver de qué pie cojea. ¿No te parece?...

Y como si las palabras de Bastides tuvieran un eco lontano, siento las trompetas de Cronos sonar a lo lejos, sobre el cielo de Barcelona y sobre el mar que ruge al lado, ecos del Mediterráneo con sus islas y sus ciudades costeras, mientras oigo romper sus olas chispeantes e impertérritas a nuestros pies…

viernes, junio 17, 2011

Reflexiones desde la playa


Playa de la Barceloneta
He podido acercarme hoy a la playa y charlar un rato con mis amigos futurólogos. El día era magnífico y daba gusto bañarse, con un sol y una temperatura ya muy de verano, pero sin el sofoco de los peores días de estío. Entre remojón y remojón, comentábamos los acontecimientos del día anterior en el Parque de la Ciudadela, dónde grupos de incontrolados zarandearon a algunos diputados del Parlamento catalán.

- ¿Habéis visto? La prensa hoy se ensaña con los manifestantes. Al parecer, todos esperaban con ansias esta deriva, que viene a dar la razón a cuántos desconfiaban del movimiento.

- Sí, ha sido un resbalón importante de los llamados “indignados”, una manifestación clara de lo difícil que lo tienen. ¿Qué son? ¿Agitadores, pensadores o revolucionarios? ¿Domingueros de la revolución? Fíjate que una de sus mayores debilidades es el mismo nombre: la palabra “indignado” hace referencia a “dignidad”, arrebatada en este caso, pero es también un estado emocional y las emociones tienen duraciones cortas. Y son difíciles de manejar, por no decir imposibles. Y manipulables. Es lógico que se les vaya de la mano, si la emoción es su principal impulso. Pero si sólo pusieran intelecto, entonces no irían muy lejos. ¿Cómo encontrar una solución a este dilema? Las autoridades han actuado en clave tauromàquica: darle al capote, dejar que embistan y soltar un ufano olé. En este sentido han actuado impecablemente. Si no lo remedian, los “indignados” van a ser toreados sin misericordia, atrapados por el capote que es la policía y el juego del gato y el ratón. En este sentido, la “indignación” puede volverse en su contra.

- Y sin embargo, muchos son los que han simpatizado con este movimiento, única respuesta popular al saqueo y expolio de bancos y de los llamados “mercados”.

- Fíjate, Rumbau, que aquí se impone por un lado la ley de lo efímero: la poca duración de las emergencias juveniles y espontáneas. Por otro lado, las turbulencias de lo complejo provocan constantemente nuevas olas que chocan con las de ayer y con las de anteayer, de modo que cualquier visión estratégica hoy debe tener en cuenta la turbulencia y el azar de estos avatares. Es decir, hay que pensar a largo plazo pero desde el corto plazo, que es tanto como querer juntar las motivaciones emocionales con las mentales. Creo que aquí hay un aprendizaje que si consiguen aprehenderlo, puede dar bellos frutos, aunque sea en futuros lejanos.

- Muy largo me lo fiáis.. –respondo sorprendido por sus sutilezas. Mercadal, que escuchaba atento, dice:

- Me ha gustado, Bastides, tu referencia a los toros. Este mediodía he visto a Felip Puig por la televisión, y me ha parecido en efecto un torero disfrutando de su faena. ¡Cómo alargaba los pases, al responder a los periodistas! Una lección de tauromaquia, ciertamente, y eso que su partido votó mayoritariamente en contra de las corridas.

Mis amigos son furibundos taurinos y reaccionaron con muy mal humor cuando suprimieron por ley la fiesta taurina el año pasado.

- Lo que pasa es que no toreaba ni un miura ni un simple novillo. En realidad, toreaba un vacío, que él mismo llamaba toro, pero sin que viéramos sus cuernos en ningún momento. Y sin embargo, esta “nada” que los políticos han pretendido ningunear podría llegar a convertirse en un monstruo que los acabe devorando.

- Caramba, Bastides, ¿a qué te refieres?

- La desafección ciudadana es una realidad. Estos jóvenes le han puesto un nombre, y esto siempre es positivo. Pero si los callan, entonces la desafección podría asomar con otro rostro. Y no sólo está el peligro populista. Las crisis que están por llegar serán todavía más gordas y crueles, y las respuestas a ellas no serán tan amables, juveniles y pacifistas. De modo, que más les valdría dar un poco de juego y guardar los capotes. Aunque no lo harán, pues ensañarse con los débiles da votos, aunque parezca lo contrario.

- A no ser que este movimiento de la “Democracia Real” tenga más fuelle del que podamos imaginar.

- Desde luego, todo es posible. Lo que sí es seguro es que el aprendizaje de estos días no habrá sido en vano. Ni para unos ni para los otros. Una opción es actuar según los criterios orientales de la estrategia militar, que saben combinar el todo con la nada, es decir, estar presentes estando invisibles. Creo que desaparecer ahora sería todavía más inquietante que intentar mantener el tirón de unas emociones que declinan. Una desaparición en el sentido “militar”, que es como piensan los orientales. Esa nada de la física cuántica, que está llena de todo.

- Bueno, pero antes tienen esta manifestación convocada para el domingo 19.

- Importante, sin duda. Un gran grito a nivel europeo que puede tener largas repercusiones. Un grito de potente longitud de onda. Luego, el silencio, para no interferir en el sonido. Así pensaría un chino con mentalidad occidental. Pero no hay manuales que valgan en nuestros días. Lo mío es un hablar por hablar. La realidad es mucho más misteriosa e imprevisible. Y las emergencias se venden bien, hoy en día…

- Cierto, todo el mundo parece estar esperando que pase algo…

- Sí, es la teoría del shoc, como lo han llamado. Los desastres como motores de cambio, excusas para acometer lo que en situación de normalidad nadie se atrevería. Lo malo es que los cambios siempre van a peor.

- Sí y no, Rumbau, nos olvidamos de lo que no vemos, lo cual es lógico, por supuesto. Y hay muchas cosas en positivo que no se ven si no miras de reojo, o a través del espejo. De ahí nuestro optimismo congénito, que nos impele a ver futuros lejanos mejores, a pesar de que los cercanos sean todos tan funestos.

Y mientras charlábamos de este modo, pensaba en cómo aquellos dos viejos que seguían la actualidad con tanta pasión, leyendo todos los días el periódico en sus horas muertas y viviendo los avatares de la juventud inquieta, podían ser tan optimistas a pesar de la negrura del paisaje. ¡Ejemplar vejez!

miércoles, junio 15, 2011

La dignidad en juego


Aprovecho que estoy en Barcelona para debatir con mis amigos de la playa los temas de actualidad, que son mucho y candentes. Hoy mismo los gobiernos europeus debaten sobre Grecia casi “a corazón abierto”, mientras en las calles, el movimiento de los “indignados” se refuerza y se concentra alrededor del Parque de la Ciudadela, con la intención de boicotear la sesión del Parlamento de Cataluña de mañana. Se nota la incomodidad de los políticos hacia esta ola de protestas, que no saben como encajar, o mejor dicho, como ocultar a la ciudadanía. Dice Bastides, muy sensible al tema de la calle:

Los mossos activando la protesta
- Mira, Rumbau, la gente sonríe cuando oye hablar de los “indignados” y lo comprendo, pues la palabra se las trae, pero creo que han dado en el clavo en algo esencial: situar el tema de la “dignidad” en el centro del debate político. Aquí sí que hay un enorme acierto, pues los atropellos de la actual crisis, que son los atropellos creados por bancos, financieros y políticos, inciden directamente en el corazón de los ciudadanos, es decir, en su dignidad. Desde este punto de vista, la denominación es intachable.

Mercadal afirma con la cabeza y añade:

- También han acertado en pulsar resortes emocionales profundos, como es apelar a la indignación ante el cinismo descarado de políticos y banqueros, es decir, denunciar su “indignidad”, y de paso, reivindicar la dignidad del derecho básico de supervivencia. Fíjate como los estados, con la excusa de la crisis, están vendiendo empresas, servicios básicos y propiedades de terrenos, que pasan de manos colectivas a manos privadas cada vez más minoritarias y distantes, con lo que están dejando sin base real de riqueza alguna y en quebranto a las personas de a pie. ¡Incluso los bosques quieren privatizar en Inglaterra! Luego serán los parques, los paseos, hasta acabar con las mismas calles y los alcantarillados. Un despojo planificado cuyas consecuencias son dejar sin defensas y en estado de absoluta debilidad y dependencia al ciudadano normal, es decir, a la gran mayoría de la población. ¿No es eso atentar íntimamente contra su supervivencia?

- Pero de alguna manera, siempre fue así. En la época de la monarquía, todo era del Rey o de los señores feudales, y sólo en los últimos siglos las nuevas clases burguesas se atrevieron a disputar la propiedad a los aristócratas.

- Cierto, pero fíjate que cuando la tierra era del Rey, pertenecía también al pueblo, pues en cierto modo éste encarnaba a la colectividad. Hoy, a los grandes multimillonarios nadie los conoce y desde luego, no representan a nadie más que a si mismos.

Bastides, muy circunspecto, dice:

- En verdad, en verdad os digo, que vamos directamente a un gobierno oligárquico descarado. El triunfo de las políticas de derechas en toda Europa así lo indica. Y los únicos que por el momento se han opuesto a esta tendencia aparentemente imparable son los chicos de la indignación.

- ¿Pero acaso creéis que estos movimientos básicamente juveniles y sin dirección clara podrán detener esta ola imparable de oligarquismo? –les pregunto. Bastides, que parece tener ideas propias al respecto, responde:

- El escepticismo es grande, desde luego, pero sorpresas aún más increíbles nos ha dado la Historia. Y no hay que olvidar que en estos momentos, el escepticismo es el arma principal de los partidos políticos, que ven asustados las orejas del lobo. Piensa, Rumbau, que vivimos una época imparable de cambios, los cuales se han subido a una espiral que se eleva en progresión geométrica no se sabe hacia dónde. Lo malo es que puede llevarnos al desastre, por supuesto, y los cálculos probabilísticos se inclinan por el pesimismo, pero tampoco las matemáticas son fiables aquí. ¿Qué sabemos sobre la capacidad de resistencia de los humanos? Muy poco. ¿Acaso no nos hemos rebelado siempre ante la esclavitud? Tiempo al tiempo, y dejemos que el sano instinto de supervivencia más unos gramos de optimismo emerjan en el momento propicio.

Dice Mercadal, siempre atento a las palabras de su amigo futurólogo:

- Dices bien, Bastides, y sólo me gustaría añadir que noto a faltar un énfasis en los impulsos interseccionistas que a estas alturas deberían ya estar en el centro de las discusiones. Lo digo pensando en estas grandes olas de cambio, cuya longitud de onda es larga pero con escasa fuerza cíclica y no sé si mucha constancia.

Debo aclarar aquí que mis dos amigos han postulado (en su libro “El Futur de Catalunya i la Colla de la Platja”, publicado en Arola Editores) un movimiento llamado Interseccionismo, que nacería más o menos a finales del siglo XXI, a raíz de ingentes crisis mundiales.

- El interseccionismo ya está entre nosotros, sólo que nadie lo ha formulado aún. En cuanto se establezca como algo normal y positivo, empezará a dar sus frutos. Pero por ahora, todavía la diferencia y el cruce de lo antagónico es visto como problema, de modo que hay que tener paciencia.

Entretanto, y mientras escribo estas líneas, parece ser que los diputados han conseguido entrar en la cámara catalana, pero entre abucheos y con algún zarpazo de los indignados. Cómo se ve, los ánimos están caldeados. Desde luego, han sabido meter el dedo en el ojo de los políticos, pues no hay nada que moleste más a éstos que verse acosados por los jóvenes, sobretodo si representan a una amplia mayoría y actúan sin violencia explícita. Ante el acoso, los políticos más cínicos se reforzarán en sus posiciones cínicas. Los que aún creen en la política, tal vez empiecen a pensar que alguna cosa habrá que cambiar. Atrapados entre la calle y la desfachatez de sus dueños (banqueros y oligarcas), lo tienen complicado.

Intentaré ver hoy también a mis amigos en la playa y seguir comentando la actualidad.

martes, junio 14, 2011

El Blog de Joseba Ayensa

Quiero mencionar aquí el blog de mi viejo amigo Joseba Ayensa, actor y poeta, editor que fue de la simpar revista "Hasta Siempre". La recuerdo muy bien porque la vendíamos en el Teatro Malic y nos publicitábamos en ella a modo de apoyo a tan simpática iniciativa.

Joseba Ayensa
Es Joseba una persona singular como las hay pocas, no sólo por su verbo poético sino porque es una de las pocas personas "honestas" -que no quiere decir "buenas"- que conozco. Su obra poética, repleta de perlas líricas y canallismos reconcentrados, es muy digna de ser leída, o vista, pues suele despacharse de vez en cuando con actuaciones, actos ad libitum, en el sentido de que cada uno puede definirlos cómo más le guste, y otras performances teatrales.

En una de las últimas entradas de su blog acaba de colgar un video de la obra "Catarsis" que representó en junio de 2002 en el Teatro Malic, dentro de la sección "La Alternativa de la Alternativa". Los interesados pueden verlo clicando aquí.

Quién quiera ver más sobre su trabajo actoral y recitativo, puede clicar en esta página, dónde están varios de sus videos.

viernes, junio 10, 2011

Época acelerada de cambios

Reloj del Ayuntamiento de Praga
Llevo días totalmente inmerso en mis asuntos titiriteros y la verdad es que he tenido algo abandonados a mis amigos de la playa. La razón son los constantes viajes de esta temporada a raíz de mi proyecto “Rutas de Polichinela. Títeres y Ciudades de Europa”, que me ha tenido de paseo meses enteros. Especialmente movida ha sido la última gira, que empezó en Granada, continuó por Estambul y acabó en el Líbano, dónde realicé una extensa gira por todo el país.

Una temporada, la presente, muy salteada de eventos políticos y sociales  de profundo calado y aún mayores consecuencias. Véanse sino las transformaciones habidas en el norte de África y los vientos que soplan en todo el mundo árabe. Una ola que parece de pronto irrumpir también en Europa y especialmente en España, con este alud de concentraciones en las plazas públicas de jóvenes al parecer “indignados”. Por todo ello me moría de ganas de regresar a mis habituales paseos por la playa y charlar con mis dos amigos futurólogos, Romà Bastides y Roger Mercadal, a los que imaginaba discutiendo los acontecimientos mientras se remojaban los pies en la orilla del mar.

Los encontré como siempre frente a los Baños de San Sebastián y nos saludamos efusivamente tras tanto tiempo de ausencia mía. Les conté algo sobre mis viajes y quedaron muy impresionados de algunas de las cosas relatadas. Pero lo que me interesaba era conocer sus opiniones sobre los hechos acontecidos en los últimos meses. Rápidamente entró en materia Mercadal, contento de poder explayarse en asuntos a los que daban tanta importancia.

- En verdad, Rumbau, que los últimos meses han sido increíbles. Jamás pensamos llegar a ver tantos cambios en tan pocos días. Doy gracias a Dios y a Cronos de habernos regalado este momento histórico, que confirma a su vez tantas predicciones nuestras. Pero lo importante aquí no es tener o no razón, sino que la simple observación de los aconteceres nos permite desarrollar con mayor profundidad algunos de nuestros análisis que se proyectan como nunca hacia el futuro.

- Los motores del tiempo se han disparado –interviene Bastides que llevaba la pipa encendida, algo absolutamente inusual en él, lo que indicaba que se encontraba en estado de pensamiento profundo–, ya lo decíamos la última vez que nos vimos y lo vuelvo a repetir hoy. La aceleración ha sido tremenda y no parece que vaya a decaer.

- Razones las hay y objetivas, al menos desde la perspectiva astrológica, que es la que yo más conozco –dice Mercadal, muy aficionado en efecto a la ciencia de los astros–. Fíjate, la entrada de Plutón en Capricornio lo ha puesto todo patas arriba. Pero no es necesario saber astrología para entender este momento. Los cambios están servidos desde hace tiempo y el mundo ha entrado en una fase al parecer irreversible.

- ¿A qué te refieres?...

- Bueno, yo no soy ningún académico y los sociólogos saben muy bien por dónde van los tiros. Pero parece evidente que la densidad y la proliferación de los nuevos sistemas de comunicación están transformando la sociedad. Los saberes también están cambiando y el pensamiento funciona ya de otra manera. Son momentos muy peligrosos, pues el vacío es abrumador y los desmoronamientos, tanto psíquicos y personales como sociales, descomunales.

- Tienes razón en lo que dices, constantemente me encuentro con personas que viven situaciones de vacío y de pérdida total de referentes.

Colgados del Tiempo
- No podía ser de otro modo. Nuestros vaticinios son claros: la cultura humana que nació en el Neolítico, con sus incipientes revoluciones urbanas y tecnológicas, está colapsando por todas partes. Se han cumplido todos sus objetivos, el planeta está urbanizado en casi su totalidad, y la tecnología a punto de dispararse en “singularidades” que excitan a unos y asustan a otros. Una mutación enorme está teniendo lugar, sin que hayamos cambiado ni en lo psíquico ni en lo personal. Lo que nos separa individualmente de un ciudadano romano es bien poco, pero el entorno que daba sostén y aplomo a su existencia ya no existe para nosotros. Flotamos hoy en una nada llena de todo, en un caos informe que nadie es capaz de ordenar porque simplemente es inordenable. Los acontecimientos se suceden según azares que desconocemos y la imprevisibilidad es ya una ley del día a día. Una realidad de la que unos pocos saben sacarle buena tajada. Los banqueros y los señores de las finanzas son los perfectos pescadores de esta agua revueltas. Ellos han inventado unos sistemas de gobernar este caos y nos hacen creer que son los únicos válidos. Pero hay aquí una enorme contradicción: si vivimos en el caos, un único sistema para gobernarlo jamás será realmemte operativo, sino una simple reducción del mismo bien adaptada a las necesidades de unos pocos.

¡Caramba con Mercadal! Su discurso, que me ha lanzado de un tirón, tiene una lógica aplastante. Su amigo Bastides, más modesto en sus razonamientos aunque más agudo en la capacidad visionaria, escuchaba atento sin soltar palabra.

- ¿Cómo crees entonces que hay que gobernar este caos?

- No lo sé, pero seguro que no hay una única manera. A realidades complejas, soluciones complejas. Que la complejidad sea caótica nos obliga a buscar soluciones complejas y cambiables, jamás rígidas ni únicas. Pero la sociedad no está aún preparada para la complejidad. Por eso todos votan a la derecha, que ofrece soluciones populistas, es decir, simplistas y estúpidamente reduccionistas. La izquierda, por su parte, no ha comprendido aún la dimensión de los cambios habidos, y se agarra a los mismos simplicismos de la derecha pero con edulcoraciones moralistas y pensamientos buenistas. Creo que tardaremos aún en disponer de políticas y de discursos capaces de enfrentarse a la complejidad con planteamientos de complejidad. Según nuestras previsiones, faltan unas décadas para el desarrollo de las herramientas necesarias, que tienen que ver con las matemáticas, por un lado, y con nuevas formulaciones artísticas de otro lado.

- ¿El arte? Pero si todos lo dan por acabado.

- El viejo arte, el que sirve para embellecer, adornar o entretener, aunque siga produciendo millones de cuadros y de obras como jamás se habían elaborado, éste, está rematadamente muerto. Pero yo me refiero a otras formas de arte que empiezan a surgir y del que aún sabemos muy poco, que se está situando a la misma altura que la ciencia, pero desde la otra orilla. Quiero decir, prácticas y disciplinas de creación comprometidas tan profundamente con el conocimiento como puede estarlo la ciencia, pero operando desde bases de racionalidad caótica y subjetiva, es decir, desde lo simbólico que ofrecen las geografías de la subjetividad.

- ¿Y por qué le das tanta importancia a la subjetividad? Si precisamente la ciencia se ha afirmado en el mundo a base de negar lo subjetivo.

- Pues porque constituye la dimensión oculta que requerimos para poder gobernar el caos con eficacia. La complejidad en la que vivimos sólo es abordable si nos enfrentamos a ella desde fuera y desde dentro. Fíjate que la ciencia ya empieza a bucear por esos caminos. La física cuántica y las matemáticas de la Teoría de Cuerdas están introduciendo, desde el lenguaje matemático, realidades inexistentes que sólo adquieren realidad cuando las fijamos con el pensamiento, es decir, desde la subjetividad del conocimiento. Las dimensiones plegadas y ocultas de la realidad sólo pueden desplegarse desde un abordaje subjetivo, interior, de esta misma realidad. La visión interior y la exterior, antes separadas y excluyentes, se están postulando como una dualidad de brutales contradicciones que debemos aceptar y entender. Algo impensable en la antigüedad. Esas paradojas constituyen la base de los nuevos sistemas de encajar la realidad. Fórmulas como “lo que separa, une”, “la diferencia es necesaria para la unión social y la convivencia”, etc, constituyen los nuevos mantras de lo que nos está llegando.

Impresionado por sus atrevidos planteamientos, me lanzo a uno de los temas del momento:

- ¿Y qué opinas de las ocupaciones de plazas y de los “indignados”?

- Bueno, bueno, de entrada me parece muy bien, muy saludable, quiero decir eso de pretender salir del sistema de los partidos actuales y de los esquemas políticos establecidos, condición indispensable para encontrar soluciones. El problema es generacional, me refiero a mi capacidad de entenderlo y de opinar sobre ello. El activismo juvenil es un acné que el cuerpo agradece y exige incluso, de ahí que pueda decirse que al cuerpo social que empuja para emerger le están saliendo granos en cada plaza de cada una de sus ciudades. El acné siempre es sinónimo de algo nuevo, como lo es la fiebre o el pus que sale de las infecciones. Pero debe ser vivido por el cuerpo social joven. Nosotros los viejos podemos imaginar sus efectos, sus dolores y sus euforias, pero es difícil vivirlos. De modo que mi posición es la del testigo que observa con respeto pero con la mirada del anciano escéptico. Son posiciones que considero saludables, pues ambas son complementarias en cierto modo. El problema del activismo de la calle es que la cercanía de las cosas impide ver el conjunto. Pero a su vez, sólo con la carne de cañón de los activismos jóvenes, lo nuevo rompe con el pasado y se abre al futuro. Las generaciones se sacrifican en el empeño, y mientras ellas rompen los hielos, nosotros miramos atónitos el acontecer mismo del Tiempo. Cómo te decía: la visión interior y la exterior son hoy el pan de cada día, necesarias e indispensables.

¡Demonios de futurólogos! Cada vez que charlo con ellos, me dejan en ascuas y con la cabeza hirviendo de ideas locas y atrevidas. ¡Y eso que Bastides, el más visionario de los dos, ha permanecido callado como un muerto! ¿En qué secuencias del futuro se encontraría?...

domingo, febrero 27, 2011

Singularidad y emergencias liberadoras

La onda liberadora que surgió en Túnez no cesa de propagarse. No sólo en los países colindandes sino incluso en el lejano Oriente. Por lo visto, en China hay llamamientos a la rebeldía, y Corea del Norte amenaza al sur con bombardear si éstos siguen lanzando octavillas con información sobre el levantamiento árabe. Curiosa ola la que se está propagando por el mundo.

Con ganas de comentar la actualidad, me reúno en la playa con Bastides y Mercadal, mis amigos futurólogos siempre muy enterados de los acontecimientos del mundo.

- ¿Habéis visto en Libia? Hace un par de semanas, nadie hubiera imaginado lo que está sucediendo allí…

- Los cambios están alcanzando velocidades sorprendentes –contesta Mercadal–. Ya puedes imaginarte lo excitados que estamos con la situación: ¡es mucho más de lo que jamás hubiéramos esperado!

- ¿A qué te refieres?

- Pues a nuestras predicciones de aceleración temporal. Lo venimos diciendo desde hace años, los motores del tiempo están revolucionados, pero lo que acontece sobrepasa todo lo imaginable. ¡Dos semanas bastan para poner a un país patas arriba! ¡El futuro corre raudo a nuestro encuentro, Rumbau!

- Lo que Mercadal quiere decir es que hoy los tiempos vuelan. De alguna manera lo presentíamos, sobretodo desde que el tema de las comunicaciones parece haber llegado a límites insospechados. Nosotros lo llamamos desde hace tiempo el Umbral: pasar de una situación a otra por el peso acumulativo de la aceleración transformadora. Creo que estamos cruzando uno de los primeros umbrales importantes, antes de entrar en nuevas fases de evolución.

- Eso me suena a la “Singularidad” de la que hablan algunos científicos: una situación de cambio irreversible en el desarrollo tecnológico de nuestras capacidades de cálculo, información e inteligencia artificial. ¿Os estáis refiriendo a lo mismo?

Mercadal, siempre dispuesto a teorizar, contesta:

- Hemos oído hablar del tema, claro que sí, muy interesante y muy cercano a nuestras ideas, aunque no creo que sea lo mismo. La Singularidad a la que te refieres es sobretodo de tipo tecnológico, y de ahí postulan esos científicos un cambio a todos los niveles de la humanidad. El Umbral del que nosotros hablamos tiene que ver con realidades más complejas, no únicamente tecnológicas. Claro que éstas son importantes, incluso te diría trascendentales en estos momentos, pero hay otros factores y otras variables a tener en cuenta.

- En verdad en verdad os digo –interviene Bastides que parece muy inspirado tras escuchar a su amigo– que éste será uno de los temas principales que se van a plantear en las próximas décadas: cómo aceptar y cómo sobrevivir a esos cambios irreversibles de la tecnología. Lo malo de la tecnología es que viene dado desde quiénes la controlan, es decir, desde los poderes políticos y corporativos. Pero fijaros que las emergencias que estamos viviendo estos días son una rebelión contra el stato quo y contra los poderes que lo sostienen. Tras esos gobiernos corruptos que caen están los poderes mundiales del capital que los usaban para sus intereses geoestratégicos. De pronto, una parte del mundo que aún mantiene ciertas constantes vitales se niega a ser tratada como esclavos.

- Cierto, Bastides, pero tendrás que reconocer que todas esas masas levantadas en el norte de África lo que quieren en realidad es poder entrar en el mundo de las nuevas tecnologías y gozar de las mismas, es decir, entrar en el consumo y en la Modernidad, y dejarse poseer por ella.

- Tienes toda la razón, e incluso podría decirse que la cercanía de esta Singularidad podría muy bien ser la causa de toda esta rebelión, pero es muy diferente entrar en ella subidos en una ola de rebeldía y de afirmación soberana que hacerlo desde la sumisión en la que las sociedades occidentales se encuentran. El cambio de actitud es muy importante, pues significa un estado de conciencia distinto, capaz de cabalgar las nuevas olas de la singularidad desde una posición de insurgencia, y por lo tanto de fuerza infinitamente superior. A esos cambios es lo que nosotros llamamos cruzar un Umbral, pues se entra en una nueva situación no sólo desde lo exterior sino también desde el interior de la persona.

Mercadal, que escuchaba atento, dice:

- El Umbral, Rumbau, habla de la persona entera, con sus circunstancias históricas, sociales y psicológicas, que hoy son densas y pesadas. Pero a los muchos registros que intervienen, hay que sumarles también los simbólicos, estéticos y mitológicos, que hacen referencia a lo individual pero también a lo colectivo. Ya sabes que los científicos tienden a reducirlo todo a números y a una lógica de comprobación experimental, lo cual me parece fantástico. Pero existen otras realidades que intervienen también, como los símbolos y los mitos, que actúan a escondidas y desde lo irracional. ¿Entiendes? De ahí que nosotros prefiramos hablar de Umbrales, que también son Singularidades, pero provistas de una complejidad mayor y por ello más opaca.

- ¿Y qué dicen las realidades del mito y de lo inconsciente? –le pregunto a Bastides con ganas de sacarles de la lengua.

- Son terrenos resbaladizos y cuesta hablar de ello. Piensa que lo importante aquí es mantener la dignidad humana al alza, algo que está a todas luces en claro declive, y de ahí las amenazas ciertas que provienen de las profecías tecnológicas de la Singularidad. ¿Estará finalmente la inteligencia artificial por encima de la humana, y nos convertiremos en una subespecie al servicio de cerebros colectivos impersonales? Según los teóricos de la Singularidad, sólo faltan unos pocos años para que ello suceda. Para nosotros, la respuesta está en la misma persona humana: ser libre y soberano no es algo que se otorgue o dependa de equilibrios e inteligencias tecnológicas, sino que es algo que se tiene o no por decisión propia. Hasta ahora, este asunto dependía de los apoyos colectivos o mitológicos, de ahí que en la actualidad, al no existir tales sustentos, la debilidad y la sumisión se han convertido en la moneda corriente del ser humano. En este contexto, la Singularidad tiene asegurada la partida. Pero la época de cambios que estamos viviendo lo está poniendo todo en cuestión. ¿Quién iba a imaginar que países enteros sometidos a las más feroces y poderosas dictaduras se iban a liberar en cuestión de semanas? Protestas que han nacido de actos individuales de autoinmolación y de individuos anónimos lanzando convocatorias por Internet. Movimientos provistos de una inteligencia colectiva extraordinaria, capaces de enfrentarse a todo tipo de maniobras y manipulaciones, y por primera vez sin el sustento colectivo de la religión. No hay que exagerar el caso, pero tampoco subestimarlo. Nuevos esquemas mitológicos se están elaborando aquí, sin que nos demos cuenta de ello, pues esas realidades no se dejan aprehender. Esquemas que no tienen definición alguna, que hablan de conceptos archiusados, casi vacíos, como son Democracia, Dignidad, Libertad y Anticorrupción, y que parten de posturas individuales. Por eso intuímos que estos acontecimientos son mucho más importantes de lo que podemos imaginar. La afirmación soberana debe ser individual para trascender luego a lo colectivo, y eso es lo que parece que está ocurriendo. Son tiempos de cambio, no sólo tecnológicos. ¡De ahí nuestro optimismo, Rumbau!

Cierro aquí esta crónica. El largo monólogo de Bastides me ha dejado pensativo. ¿Tendrán razón estos dos viejos jubilados de más de setenta años de edad? La velocidad que la Historia está tomando igual nos da prontas respuestas.

lunes, febrero 21, 2011

Libia se libera

(amistades siniestras)

El vendaval del que hablábamos hace días respecto a Egipto, ha llegado a Libia. Este país hermético y desconocido por la mayoría de los europeos de pronto se da a conocer a través de la valentía de su población, dispuesta según parece a sacarse de encima a un dictador de opereta que se vanagloriaba de serlo. Las actuales manifestaciones lo han desenmascarado: bajo su máscara de "padre de la patria" se escondía un vulgar asesino capaz de bombardear a la propia población a la que dice tanto amar. Son los bien conocidos amores de dictador que matan.

Europa vibra interiormente sacudida por las oleadas de libertad que llegan del Mediterráneo. Son vibraciones que afectan por dentro, en sus capas más profundas, pues exteriormente nuestros representantes se han quedado mudos, obnubilados por acciones que creían ya extirpadas del cerebro humano. "¿Luchar y morir por la libertad? ¡Qué anacronismo!..." Así pensaban nuestras élites políticas hasta ahora. Por eso gustaban tanto de tratar con los dictadorzuelos que les seguían la cuerda. Hoy esas élites ya no duermen tan tranquilas. Pero para la Europa que cuenta de verdad, los vientos que proceden del sur son agua bendita que no hace más que refrescar y rejuvenecer las viejas cepas que la configuran.

Los países del sur se están convirtiendo en el espejo dónde Europa pueda fin encontrarse a si misma.

martes, febrero 15, 2011

El vendaval de Egipto

Vientos de cambio se han levantado en las tierras cálidas del Nilo. El dictador Mubacak, con patéticas pretensiones de “padre de la patria”, se ha derrumbado como una estatua tumbada por el pueblo. Su figura autoritaria y paternalista se ha hecho añicos. La juventud de las ciudades egipcias ha arrastrado consigo a toda la población de este superpoblado país. Millones se han lanzado a la calle en una demostración de fuerza, coraje e inteligencia colectiva. Europa se ha quedado en babia y muchos gobiernos despóticos empiezan a preocuparse. Las tiranías están a la defensiva –prohiben Internet, limitan las redes sociales, encarcelan a simples opositores pacíficos, cargan contra los manifestantes– y el miedo parece que ya no cunde como antes.

Entusiasmado por los acontecimientos, me dirijo a la playa para charlar con mis amigos futurólogos. Sin duda ellos sabrán más cosas que yo y espero que me aclaren algunas dudas.

- ¿Habéis visto lo de Egipto? ¿No es increíble?

Encuentro a Bastides y a Mercadal paseando como suelen hacer al mediodía por la arena mojada, aprovechando el poco sol que la polución desbordante de estos días deja pasar. Mercadal, siempre con ganas de hablar pero también de llevar la contraria, responde:

- Desde luego, nos ha sorprendido. Ya decíamos el otro día que la velocidad de los acontecimientos era insólita. ¡Pero jamás hubiéramos sospechado que lo fuera tánto! Fíjate que en apenas dos semanas, han hecho caer al dictador. Todo es muy extraño. Creo que la historia ha tenido algunos empujoncitos que nadie se esperaba.

- ¿Qué quieres decir?...

- Me refiero a los americanos. El ejército egipcio depende del americano como pocos en el mundo. Creo que los deseos de Mubarak de involucrar al ejército para reprimir la revuelta se han visto frustrados por la negativa de Obama. Y mira que la presión era grande: todos los regímenes de los países árabes se morían de ganas de que una matanza escarmentara para unos cuantos años a las poblaciones díscolas. Seguro que Arabia Saudita, por ejemplo, soñaba con un Tiananmen árabe, para imponer el fatalismo de la represión a las juventudes soñadoras.

- Tal vez tengas razón en lo que dices, pero eso no saca mérito a lo que ha hecho el pueblo egipcio.

- Desde luego, el mérito es enorme. Pero regresando al asunto, diría que los americanos han tomado una decisión arriesgada e inteligente, siguiendo la estela del discurso de Obama en Cairo hace un par de años. Por suerte se ha impuesto la sensatez. Pero tienes razón en alabar al pueblo egipcio y a sus juventudes. Rumbau, lo que hemos visto estos días va a tener consecuencias muy importantes.

Contento de escuchar lo que quería oir, atiendo a las razones siempre cargadas de sentido común de mis amigos. Es Bastides ahora quién interviene.

- En verdad, en verdad os digo que tenéis toda la razón del mundo. La inteligencia ancestral del pueblo egipcio ha salido a flote estos días de gran inspiración histórica. Pues eso es lo que ha ocurrido, Historia de la grande, con mayúscula.

- Pero ya antes Túnez indicó el camino…

- Cierto, pero Túnez es un país pequeño y su población muy cercana a Europa y a la convulsa Francia. Mientras que Egipto es enorme, con ochenta millones de habitantes, el mayor de los países árabes, y un alto porcentaje de pobreza y analfabetismo. Allí coexiste el primer mundo con una Edad Media anclada en el pasado remoto. Y eso es lo que ha convertido el caso en asombroso y memorable. Y muy emocionante. Ver a un pueblo alzarse con una determinación a prueba de balas, pedradas y mil y una canalladas, es algo que no sucede cada día. Y demostrar además sensibilidad, inteligencia táctica y una tranquilidad que sólo da la sabiduría, ¡asombroso! Permitidme que insista aquí de nuevo en el elemento velocidad: creo que ha sido el quid del asunto, crecer exponencialmente en poquísimos días. Podríamos decir aquí aquello tan viejo y manido de que “las condiciones objetivas estaban en efecto maduras”, ¿no es cierto, Mercadal?

Con una sonrisa, contesta el doctor jubilado :

- Siempre recordaré lo que me dijo un viejo amigo alemán, director de una agencia de ayuda al desarrollo en Egipto. Me lo contaba mientras comíamos en un restaurante sobre una barcaza del Nilo. Le habían encargado de joven un trabajo de análisis para el gobierno egipcio sobre la realidad del país. Se trataba de diagnosticar carencias, peligros y la realidad económica y social. Eso fue por los años sesenta y la conclusión fue estremecedora: o cambiaban radicalmente el sistema, o el país estallaba en una imparable revuelta social. Pues bien, pasó el tiempo, cinco, diez, treinta, cuarenta años, y todo lo que había predicho el estudio se cumplió con creces: los desastres ecológicos, los desequilibrios sociales, la urbanización salvaje y galopante, el deterioro de los servicios…, todo menos una cosa: la explosión social. Y es que el pueblo egipcio lo ha aguantado todo, y sobre este tópico se ha basado no poca parte de las políticas occidentales de apoyo a la dictadura. Pero claro, llegados a un extremo límite de insostenibilidad, al final la cuerda se acaba rompiendo. Pero la singularidad del caso es que cuando decide explotar, lo hace con medida e inteligencia tácticas, dando muestras de un altísimo grado de civilización humana que sólo cabe explicar por la larga historia que tiene este pueblo, uno de los más viejos del mundo, pegado durante milenios al río que le da vida.

- Es verdad, la revuelta ha sido pacífica, pero han respondido cuando les han atacado…

- Y con furia y convencimiento, lo que aumenta la singularidad del caso. Pero tiene razón Mercadal al hablar de la velocidad: ha sido clave para que triunfara la insurrección. Y es que lo más insólito ha sido ver como el movimiento inicial de los jóvenes se convertía en apenas unos días en una revuelta de masas a la que se sumaron millones. Que ello sucediera en tan poco tiempo ha sido determinante. Nadie puede adaptarse a este ritmo. Los manifestantes siempre han estado por delante de la represión. Pero lo más insólito es que ello sucediera sin liderazgos claros, a través de una inteligencia colectiva desconocida. Es como si hubiera actuada el alma de un pueblo, con una decisión y un discernimiento de largo alcance.

- ¿Veis claras las consecuencias?

- El acelerón es obvio –responde Bastides.– Me refiero al tiempo. Los que mandan intentan lidiar con estos arrebatos sin mucho éxito. Creo que esta revuelta en Egipto es el inicio de una época de desbarajuste de los viejos poderes: la realidad que se mueve bajo sus pies es demasiada veloz para que puedan mantener el equilibrio. Lo normal es que vayan cayendo uno tras otro, mientras se van consolidando los nuevos poderes que mandan de otro modo, a la chita callando y con el consentimiento de sus súbditos y vasallos. A la larga serán aún más peligrosos que los primeros, pero por ahora, al representar algo nuevo, lo tienen todo a favor.

- ¿Te refieres a los poderes más difusos de la tecnología y del control de la información y de los medias?

- Sí, son poderes que uniformizan a pesar de que aparentemente defienden la libertad y las diferencias. Fíjate en las juventudes del mundo: comparten mundos parecidos, para ellos no existen las fronteras, los mismos jóvenes que se han rebelado en Egipto comparten con los de otros países idénticos lenguajes, simbologías y gestualidades.

Bastides estaba cada vez más inspirado, dirigiéndose a nosotros pero también a otros oyentes que sólo pude ubicar en alguno de sus futuros posibles:

- En verdad en verdad os digo que las actitudes vistas durante estos días son y seguirán siendo básicamente revolucionarias, ahora y en las próximas décadas, al ser el motor principal de los cambios que están doblando la realidad caduca de tantos y tantos países. Son fuerzas que quieren acabar con dictaduras y con los gobiernos despóticos. A la larga, sin embargo, serán fuente de grandes problemas civilizacionales, cuando lo singular se enfrente en toda su radicalidad al consenso de lo común pragmático. Lo singular será creativo o no será. Pero aquí las palabras deben tomarse con mucha finura, pues en los tiempos próximos los aparentemente creadores serán muchos, por no decir todos, mientras que el verdadero creador será un bicho raro que deberá esconderse para sobrevivir.

- ¿Pero veis acaso lo de Egipto consolidado?

- En absoluto. Tu sabes muy bien los peligros de involución que hay allí si no espabilan los opositores. El cambio no ha hecho más que empezar. Es casi divertido ver la prisa de los mandamases militares en pedir el regreso a casa y al trabajo. ¡Cómo si hubiera tantos trabajos! Estoy seguro que muchos han encontrado en la revuelta protagonizada una casa verdadera en la Plaza de Tahir y en el mismo gentío, y una labor la revolución a la que dedicarse. El paro existente y los sueldos de miseria son la mejor garantía de que las peticiones no se van a detener aquí. Por supuesto que no hay nada seguro, pero me gusta sentirme optimista por una vez.

- Lo importante –remacha Bastides– es el tiempo. Esa velocidad de crucero de la historia. Fíjate que son arranques súbitos que desbordan todas las previsiones. Los consensos transversales entre las poblaciones se hacen al minuto, sin prolegómenos, discusiones ni asambleas. Emergen como chorros súbitos del fondo. Por eso son impredecibles y poco controlables. Lo peor que podría hacer la oposición es empatanarse en diferencias insalvables y discusiones sin fin. Si captan bien la oportunidad del momento, verán que deben actuar rápido para subirse a la ola de cambio. Con un buen consenso de base, pueden avanzar muy deprisa. El tiempo, Rumbau, el tiempo y los tiempos, eso es lo que importa.

- Veremos lo que ocurre en Irán. Parece que allí hay ganas de seguir el ejemplo egipcio. Y el pueblo iraní es tanto o más joven que el egipcio…

Momentos de cambio que mis amigos futurólogos de la playa disfrutan con glotonería histórica.

sábado, enero 29, 2011

Egipto en movimiento

Este lunes debía tomar el avión para Egipto, invitado por un festival de teatro en Alejandría y luego para actuar en el Instituto Cervantes de El Cairo. Los acontecimientos de última hora, sin embargo, me han obligado a postergar este viaje que llevaba tiempo preparando y que me hacía tanta ilusión. Sigo al minuto las noticias que llegan del país del Nilo y veo emocionado las imágenes de la multitud cansada de vivir sometida al dictado de unas élites corruptas y endogámicas. Realmente, parece que las tiranías más o menos disimuladas de los países musulmanes empiezan a tambalearse. No sé hasta dónde llegará el movimiento de liberación que se vive en estos lugares, pero desde luego es emocionante ver como la historia se mueve a velocidades de vértigo. Un tema que suelo discutir con mis amigos de la playa, los futurólogos de la Barceloneta. Con ganas de hablar del tema, me reúno con ellos y los encuentro como siempre paseando por dónde rompen las olas.

Tras los saludos y entrar raudo en materia, Mercadal suelta lo siguiente:

- Fíjate, Rumbau, en la velocidad de los hechos. Esto es lo más sorprendente. Algo que venimos presintiendo desde hace años, pero que cada día nos impacta más y más. Cuatro simples días de movilización, uno de manifestación masiva, y el potentísimo gobierno egipcio se tambalea como un marinero borracho. Y eso sin que los grande grupos de la oposición, como los Hermanos Musulmanes, hayan intervenido para nada. Claro que motivos los hay de sobras, este pueblo lleva años, por no decir siglos, sometido y sufriendo bajo unos gobiernos corruptos sostenidos por las potencias. Digo siglos porque la historia de Egipto es muy larga, como sabes, y las inercias faraónicas deben pesar lo suyo. Pero todo tiene un límite. No sé dónde leí una vez que los egipcios son capaces de soportarlo todo, pero que cuando se hartan, explotan de verdad. Sucedió ya a finales de la sexta dinastía, cuando terminó el Reino Antiguo y se inició el llamado primer Período Intermedio, hace cosa de cuatro mil años. Los hijos y nietos de los constructores de las grandes pirámides arrasaron con los palacios de los faraones y fueron los primeros en saquear sus tumbas. En realidad, lo que hubo fue una revolución social de grandes magnitudes, seguramente una de las primeras de la historia, y el país quedó sumido en el caos o mejor dicho, en un proceso de fragmentación política total, que duró un siglo como mínimo. Pues ya lo has visto, la explosión llegó por fin y el volcán egipcio, tan temido y con los años tan menospreciado, ha entrado en erupción. Creo que va a salir mucho lava, es decir, mucha mala baba, y nadie sabe cómo acabará la cosa. Pero lo que es seguro es que habrá un antes y un después.

No hay que asombrarse por los conocimientos de historia de Mercadal, médico jubilado, astrólogo profesional y, como todo buen esotérico, muy entendido de todo lo del egipcio antiguo. Creo que incluso ha viajado al Nilo dos o tres veces. Bastides, que escuchaba muy atento, dice:

- Cierto, cierto, y considero también que hay que tener en cuenta el famoso discurso de Obama en Cairo, que provocó muchas sonrisas entonces pero que caló hondo en la imaginación de los pueblos de la zona. Ya dijimos entonces que eran palabras fundacionales, que marcaban una nueva época, a pesar del desprecio con el que fueron recibidas. Pues mira, a la chita callando han actuado por lo bajo y ahora se visten de una tremenda visceralidad callejera. Aquel discurso fue una carga explosiva de efectos retardados.

- Bueno, tampoco hay que darle tanta importancia a aquel discurso…

- No creas… Fíjate que si analizamos la revuelta actual, facilitada sobretodo por el uso de los nuevos medios de comunicación a través de las redes de Internet y de los móviles, verás que sus raíces están en esta modernidad que el discurso de Obama encarnaba. Aquí no han habido ni consignas políticas ni trasfondos ideológicos ni eslóganes antiamericanos: sólo un deseo visceral de cambio al que se suman todas las frustraciones de una clase media incipiente y de un pueblo harto de humillaciones. Lo que quieren los egipcios es gozar de las mismas oportunidades que tenemos nosotros en Europa y no entienden porque ellos deben ser ciudadanos de segunda, tercera o cuarta categoría. De pronto, el tema de la libertad y de la democracia se plantea como importante, lo que descoloca a los tiranos pero también a los oscurantistas religiosos.

- ¿No temes que los islamistas se puedan aprovechar para controlar el país?

- Claro que sí que lo intentarán, son mayoría y tienen derecho a hacerlo. Los Hermanos Musulmanes son un movimiento social moderado, y de sus cuadros puede surgir el mismo tipo de dirigentes que tiene Turquía, emprendedores y empresarios la mayoría de provincias con ganas de hacer carrera. Pero dudo que puedan encerrar Egipto en las mazmorras religiosas del radicalismo islámico. El país no está para eso. Egipto es un país joven, nos olvidamos a veces que su población no es árabe, sino profundamente mediterránea, con un trasfondo étnico y cultural de una antigüedad milenaria, un pueblo vital y alegre, hedonista y emprendedor. No se dejará poseer por fanatismos simplistas, muy al contrario, si consigue sacarse al tirano e instaurar una democracia verdadera, con el cojín social de una cierta moral musulmana a la manera turca, que molesta a los puristas de la modernidad pero amortigua los embistes del consumo y de la barbarie capitalista, entonces Egipto emergerá como una nueva potencia mediterránea que, junto con Turquía, puede cambiar el equilibrio de la zona y el panorama europeo.

- Os veo muy entusiasmados…-les digo, sorprendido por sus palabras.

- No es para menos. Estamos dichosos de gozar de estos cambios. A nuestra edad, quién lo iba a decir, ser testigos de semejantes aceleraciones de la historia constituye todo un lujo y una suerte, sobretodo para nosotros, que nos dedicamos a la futurología. Cuánto antes sucedan los grandes cambios y acontecimientos, más posibilidades tenemos de verlos…

Una lógica aplastante, la de Mercadal.

- Pero lo de la velocidad sigue siendo para mi lo más relevante. El efecto sorpresa es mayúsculo. No da tiempo a preparar nada. La respuesta del dictador ha sido mano dura a ultranza. No tenía otro remedio y, a su vez, cavó su propia fosa, pues la represión descontrolada es el mejor acicate para estas explosiones espontáneas de rebeldía. Mira los chinos, ¿has leído las noticias?, están censurando todo lo que se refiere a Egipto. Es casi de risa, si no fuera porque estamos hablando de fenómenos históricos de tremenda significación. Todas las tiranías tiemblan ante estos sucesos. Para ellas, poner las barbas a remojar es hacer todo lo posible para alejarse del huracán. Intentan controlar Internet. Pero cuanto más apriete el miedo, más vulnerables serán. Esta es la paradoja de los nuevos tiempos. El miedo es un valor a la baja, una resistencia inútil. Y cualquier tirano vive siempre con el miedo en el cuerpo, pues sabe que ocupa un lugar que no le corresponde y que en cualquier momento se le verá el plumero. La represión es fruto del miedo y sólo conduce a más miedo del que reprime y a más ardor, resentimiento y energía contenida del reprimido. Un cóctel que sólo espera las condiciones adecuadas para explotar. Y éstas llegan cuando uno menos se las espera.

- Es el Tiempo que aprieta. Cómo decía Mercadal el otro día, Cronos ha salido de sus cavernas y se levanta audaz sobre el mundo. Quién quiera doblegarlo, será devorado sin piedad como Goya anticipó en su famoso cuadro. Cronos, el gran creador, caótico y liberador. Esos son los nuevos tiempos que llegan bajo su influencia. Que nadie ose dominarlo. Sólo aceptándolo cada uno inidividualmente podremos sobrevivir a su ímpetu devorador. Pues todos nosotros somos Cronos en pequeño…

Las palabras misteriosas de Bastides nos dejan en silencio. El sol magnífico que ha salido hoy suaviza el frío de las aguas del mar, cuyo oleaje caótico parece dar la razón al zapatero futurólogo. Camino con ellos y pienso que tal vez no estén tan equivocados y que el Tiempo que nos devora no es otra cosa que el motor de nuestras vidas y de todo lo que ocurre.