viernes, septiembre 29, 2017

Optimismo profesional, miradas de futuro



Playa de Barcelona. Foto de Sergi Larripa, Wikipedia.
Tras mi último encuentro con Mercadal, que me dejó bastante preocupado, he ido a ver hoy a Bastides a la playa. Es importante el escenario, pues cuando se observa a tanta gente tomando el sol, felices de bañarse en el mar y gozando de la alegre despreocupación que da encontrarse en taparrabos, uno tiende a relativizar los nubarrones de la política, a pesar de lo abultado de las movilizaciones que se ven estos días en Barcelona. Lo abordo casi cuando llegaba al Hotel Vela. 

- Bastides, el otro día vi a Mercadal muy preocupado. ¿Cómo ves tú las cosas? 

-  En verdad en verdad te digo, que aún estando totalmente de acuerdo con nuestro viejo amigo, también afirmo que por primera vez disiento de su enfoque, aunque comparta al cien por cien sus palabras. 

- Caray, Bastides, tendrías que haber sido político, con tus afirmaciones y contra-afirmaciones, en eso no hay quién te gane...

- Aplico la razón contradictoria, Rumbau, uno de los avances que el futuro nos tiene reservados. Pero lo que decía, debes entender que Mercadal estuvo con fiebre unos días, sin poder venir a la playa, y eso te obliga a ver las cosas desde posiciones oscuras. Pero insisto que aún estando en desacuerdo, coincido con sus palabras, pues debemos atenernos a los hechos y a la estricta realidad.

- Pero entonces ¿cómo lo ves el asunto del Procés y del Referéndum?...

- Desde el punto de vista inmediato, lo veo mal, por una razón: cuando todo se reduce a emociones, el juego pierde interés y se queda en simple batalla de posiciones; a ver quién aguanta más. Pero lo malo no son las emociones en sí, siempre dignas de ser vividas y tenidas en cuenta, sino el hecho de ser fruto de manipulación: mientras unos ponen la carnaza, otros dirigen los movimientos desde la frialdad de los intereses. Una situación enfermiza que condena al ciego enfrentamiento, pues nadie se echa atrás: imposible reconocer que se actúa manipulado, e imposible dar marcha atrás a la manipulación. 

- Interesante lo que dices...

- Jugar con emociones es jugar con fuego, como dice el tópico, y al fuego sólo se le combate apagándolo.  Habrá que esperar pues a que amaine el incendio, y aquí está uno de los problemas inmediatos, pues este tipo de incendios no se apagan con mangueras sino que es el tiempo el que marca su declive, y eso siempre es una incógnita. ¿Quién es el guapo que sabe lo que el tiempo querrá tomarse para hacer su trabajo? Habrá pues que esperar. 

- Bueno, lo que dices tiene su lógica, desde luego. Pero entonces, si lo ves tan complicado, ¿porqué sigues siendo optimista?

- Las razones son claras: de entrada, por deber profesional. Ser futurólogo nos obliga a mirar el futuro de cara, lo que significa que siempre se está abierto a lo novedoso, aunque no te guste, y, por lo tanto, a aceptar lo que depara el devenir. Si no fuéramos optimistas, ¿acaso nos interesaría mirar el futuro? Los pesimistas suelen encerrarse en aquellas partes del pasado que le son gratas, pues desconfían de lo que está por llegar. Y la mayoría de las veces, hay que reconocer que  tienen razón de hacerlo, pues no siempre las cosas son agradables sino todo lo contrario. Ahora, por ejemplo, el pesimista dirá: vamos a una clara desestabilización política y social, de modo que nada volverá a ser lo que era, y desde luego es evidente que tiene razón. Pero para mí es mucho mejor encarar el asunto con optimismo, para poder decir: en efecto, vamos a una clara desestabilización, a una crisis que se comerá sin duda a sus protagonistas, con lo que habrá limpieza de políticos, algo siempre necesario y positivo, y se obligará de paso a los nuevos protagonistas a afilar sus razones y sus búsquedas de soluciones, pues si no lo hacen, el público los despachará y se los sacará de encima, de modo que habrá un plus de creatividad, el cual sin duda marcará un camino interesante a desarrollar: ir hacia una descentralización real sin necesidad de separación total. Es decir, se verán obligados a resolver una paradoja de las más difíciles, y eso es muy importante, pues el futuro estará en manos de los que consigan deshacer las contradicciones, no anulándolas, sino anudándolas para crear los artefactos logísticos capaces de separar y unir a la vez. 

- Sobre esto he hablado yo en relación con las marionetas, a las que he llamado "artefactos de mediación"...

- Pues eso, y en este sentido no sería una mala idea que los nuevos políticos empiecen a conocer estas realidades, y si para ello deben aprender a hacer títeres, pues aquí estáis los titiriteros para que les enseñéis este abc del futuro...

- ¡Admirable, Bastides!

- Lo que te decía, si lo miramos desde el enfoque optimista, hay razones para pensar que no todo tiene porque ser negativo, a pesar de los sinsabores y los contratiempos que habrá por el camino. Y aquí es donde vale la pena confiar en la gente sencilla, la que no se incendia con banderas ni con las ideas políticas y que, por el momento, sigue siendo una clara mayoría. Mercadal llama a este sector la "canalla", en un sentido cariñoso y no despectivo, y para él la "canalla" española es de las más inteligentes del mundo, y muy en especial la catalana. Yo relativizo su entusiasmo, pues la "canalla" por algo es canalla, valga la redundancia, y cuando deja de ser neutral y decide tomar partido, es de una ferocidad tremebunda. Pero seguramente me equivoco y prefiero inclinarme por la visión más moderna, dejando los viejos atavismos como cosas del pasado. 

- Comprendo lo que dices. Y es verdad que uno de los peligros de la situación es que volvamos a las greñas, con esa excitación actual por las banderas...

- Sí, hay aquí peligros que deberemos exorcizar. Pero bueno, ya sabemos que el tiempo gusta de avanzar cómo le parece, y dar pasos atrás como los cangrejos es una de sus maneras de avanzar sin avanzar, de modo que no hay nada de raro en ello. Puede retrasar el orden natural de los acontecimientos, eso sí, en el sentido que nosotros les hemos dado, pero dar un rodeo no tiene porque ser malo. Fíjate que tropezar con la misma piedra es uno de los métodos que mejor funciona para que los humanos aprendamos algo. Mira Europa, la de veces de tropieza y vuelve a tropezar con lo mismo, y así va madurando sin madurar, que es una de las formas más seguras de madurar. Pues aquí en España pasa un poco lo mismo. Pero fíjate, Rumbau, que girando en círculos como gusta avanzar la Historia, de pronto la realidad puede alcanzar un umbral crítico que nos permita despegar hacia la verdadera madurez que es el Mosaico Ibérico, ese marco de partes muy separadas entre sí que se juntan para dar el salto hacia el futuro, a modo de artefacto paradójico que fomentando la diversidad máxima, fomenta el trabajo conjunto, disparando la potencialidad creadora de sus sociedades. 

- ¡El Mosaico Ibérico!

- Un ideal, dirás, una utopía, bueno, no te digo que no. ¿Pero acaso no nos despierta el apetito? Y fíjate que si no hubiéramos partido del optimismo, jamás habríamos llegado a esta evidencia tan descomunal, la del Mosaico Ibérico que sin solucionar nada, lo soluciona todo. ¡Admirable al cien por cien!...

Dejo aquí esta conversación con mi buen amigo Bastides, para no marear todavía más al lector con sus vaivenes contradictorios. Me quedo con su "necesidad profesional" de optimismo, pues aunque no sea un futurólogo como él, intuyo que más sano es mirar cara a cara el futuro, con todos sus claroscuros, que quedarse anclado en el pasado.

jueves, septiembre 28, 2017

El oscurecimiento de Cataluña



En pleno auge de la división en Cataluña y con los tambores de guerra sonando todo el día, tropiezo con Mercadal, el doctor jubilado y futurólogo con el que tenía ganas de hablar. Nos sentamos en un café -recién salido de una gripe, aún no está en condiciones de pasear por la playa- y le expreso mis preocupaciones sobre el mono-tema de estos días.

- Mercadal, el otro día vi a Bastides preocupado, a pesar de que en relación al futuro sigue tan optimista como siempre. ¿Qué piensas tu?

- Qué quieres que te diga... Francamente, te engañaría si te dijera que las cosas van bien.  Y aunque el futuro sea una disciplina que se sustrae a las emociones de la interpretación y por lo tanto siempre nos lleva al optimismo, debo decirte que veo a Cataluña oscurecida. 

- ¿Qué quieres decir, Mercadal?

Nunca lo había visto tan serio y ello me preocupó bastante.

- Me encuentras en un momento bajo, Rumbau. No sé si es por la gripe o por la grima que me da todo este asunto del Procés. Mira, hay una cosa que me sorprende: ver tanta gente en la calle contenta y feliz de pedir lo que se pide, la Independencia y lo del votar sí o sí, con esos mares de banderas ondeando al viento más los himnos correspondientes, y ver que a mí en vez de alegría me produce cada vez más temor y mal augurio. Claro que se podría decir que soy un viejo y que ellos son jóvenes con toda la ilusión por delante. Pero, francamente, no me gusta nada ver tantas banderas ondear las emociones. Por lo que yo sé, cuando ello ocurre, espabila y echa a correr, pues las cosas se van a poner feas. 

- Pero hasta ahora todo ha sido muy pacífico...

- Es un pacifismo relativo, Rumbau, pues el acoso siempre es acoso, aunque lo cubras de flores. Cuando la política pasa de los parlamentos a la calle, y se imponen consignas y decisiones a golpe de megáfono y de grandes verdades proclamadas, aquí hay acoso e imposición y nadie está seguro, a no ser que comulgues con estas verdades. Fíjate como se ataca a los disidentes, se les persigue y acosa, y todo lo que no coincide con sus cuatro ideas fijas, es anatema y tachado de traición. Al pobre Serrat lo han llamado fascista y traidor, y a los periodistas que se atreven a disentir, los demonizan sin más. Al Jordi Évole ese ya lo han crucificado no sé cuantas veces.

- Comentábamos ayer con Bastides el tema de los alcaldes socialistas perseguidos y acosados, una especie de bullying social...

- Esto me ha producido urticaria. Fíjate que de bullying nada, cuando el bullying pasa a la calle y se hace desde grupos organizados, deja de decirse bullying y se llama fascismo. Lo que pasa es que los jóvenes no conocen estas realidades de otros tiempos, y se piensan que todo vale para la consecución de sus fines. 

- Pues sí que vamos bien...

- Es lo que te digo, un oscurecimiento de Cataluña, un país que siempre se había distinguido por su tolerancia, su abertura y su cosmopolitismo, de pronto se pasa al otro lado, al lado oscuro de la historia. ¡Y lo hace con risas y alegría! ¡Insólito! Fíjate en el enardecimiento de las masas convencidas, es de una vehemencia que da miedo. Se está cayendo en un fatídico delirio: los que se manifiestan creen que ellos son todo el pueblo de Cataluña, que lo encarnan y que, por lo tanto, tienen todo el derecho a exigir que se haga lo que ellos dicen. Es el vicio típico de los nacionalismos, algo caduco, Rumbau. Y es verdad que son muchos. Pero cuando las unanimidades son de corte patriótico, no hay que ser ilusos, pues la cosa no tardará mucho en degenerar hacia el color oscuro. ¿Y si de pronto a los que no se consideran patriotas catalanes les da por salir también con sus himnos y banderas? Pues ya la habremos armado. Por suerte, la gente humilde, que es la que menos patriota se siente, es también la menos fanatizada y la más tolerante, pero todo tiene  un límite, y si persisten en su empeño, buscarán quién los ampare. ¿Has visto cómo se despide a los policías que vienen a Cataluña estos días? Pues ya tienes una idea de por dónde pueden ir los tiros. 

- Mercadal, me dejas más que preocupado...

- Razón la hay, desde luego, y no creo que todo sea a causa de mi gripe. Hay aquí mucha inconsciencia y casi te diría frivolidad. ¿Quién entiende que se hayan atrevido a saltarse las leyes tan alegremente en el Parlamento? Creo que aquí cometieron el error más grave y no lo quieren reconocer. Están intentando tapar el asunto con las banderas y las proclamas en la calle, pidiendo a gritos que les manden policías a reprimirlos, pero este vicio de partida no lo podrán sortear con tanta facilidad. ¿Te crees tú que en Europa son tontos? Por muy mal que lo esté haciendo el gobierno de Rajoy en cuanto a comunicación, que lo hacen fatal, al fin y al cabo los hechos son los hechos, y las leyes básicas en Europa no se saltan. ¿Y sabes qué significa eso? Pues que el Gobierno central tendrá carta blanca para imponer la legalidad, sea como sea. 

- Pero se está hablando de empezar a negociar a partir del día 2...

- Esto son cuentos chinos. Se empezará a hablar de aquí a unos meses y se empezará a negociar cuando haya cambios en este país y cuando los ánimos estén más relajados. Pueden pasar años. Entretanto, autonomía intervenida, mala uva, división encarnizada, multas y cárcel para los insurrectos. Un desastre, vaya. 

- Las protestas están servidas. 

- Por eso digo que entramos en una fase oscura. Se acabaron los colores y las alegrías. El turismo seguirá llegando, pero menos, y la economía declinará poco a poco. O quizás me equivoque en eso, porque la economía no hay quien la entienda. Pero yo de ti me buscaría otro lugar de residencia.
- Caray, Mercadal, que mal me lo pones...

- Y tú que te dedicas a la cultura, se te acabó el chollo, chico, a no ser que abraces la causa y beses la bandera cada día un par de veces. Pero como no te veo en ello, lo mejor es que vayas pensando en hacer las maletas.

Paro aquí la charla con mi amigo, para no deprimir aún más al lector como a mí me deprimió. Sin duda, los días de fiebre le han afectado. Pero la verdad es que me ha entrado el gusano de la duda. ¿Y si sus miedos son reales y entramos en una etapa menguante? ¿Y si la oscuridad y la decadencia son lo que nos reserva el futuro?... Y yo que soy alérgico a los himnos y a las banderas... ¿Tendré que tomar en serio a Mercadal y empezar a buscar piso en Valencia o Murcia, lugares que siempre me han caído tan bien...?

martes, septiembre 26, 2017

Independencia, Procés y Contraprocés: la temperatura sube



Parece que las cosas se están poniendo feas en Cataluña. La política de acción y reacción va viento en popa a toda vela, y las partes parecen muy satisfechas en sus tácticas y estrategias. La verdad es que yo no lo veo nada claro, más bien lo veo muy oscuro, y como suelo hacer en estos casos, acudo a la playa para charlar con mis amigos, los futurólogos de la Barceloneta. Mercadal está de baja estos días, de modo que pesco a Bastides justo cuando pasa por delante del monumento al Quart de Casa.
Tras los saludos, voy al grano de inmediato.

- Bastides, ¿has visto?, la temperatura no cesa de subir. ¿Vamos realmente a un incendio generalizado?

- Creo que sí, Rumbau, pero siempre conviene ver las cosas con distancia. Piensa que si hemos llegado aquí, es porque unos y otros se lo han buscado. 

- Te refieres a esta política de jugar a la acción y reacción...

- Desde hace años que el conflicto se sustenta sobre estas bases. Acuérdate como Aznar catapultó a Esquerra Republicana al estrellado cuando basó su campaña en atacarla. Desde entonces, unos y otros han vivido en perpetua simbiosis, unos para ganar elecciones, los otros para crecer y fagocitar a sus socios. De modo, que no hay mucho que sorprenderse. Luego, los de Convergència se han subido al mismo carro, aunque no les ha salido demasiado bien. Pero tras el tema Pujol y la huída hacia la Independencia de Mas para salvar los muebles, se han instalado ellos también en el juego del ping-pong emocional. Y una vez se sube a este caballo, el todo vale y la victoria final se establecen como prioridad. Mal asunto para un país que cae en esta espiral diabólica...

- Y en este juego, los socialistas perdieron el norte...

Constitución de la euro-región Pirineos-Mediterráneo
presidida por Pasqual Maragall
- En efecto. Rehusaron crear su visión de una Cataluña en positivo, sin los prejuicios nacionalistas, como la que tenía Maragall en su primera etapa. Pero entre unos y otros se lo cargaron, redujeron a Maragall y los socialistas quedaron borrados por la dicotomía emocional típica del nacionalismo. Ahora intentan rehacer el relato, como se suele decir, pero lo tienen difícil.

- Pero Bastides, vosotros hace tiempo que vaticináis una descentralización radical de España, de modo que según vuestras visiones, no hacemos más que andar en la buena dirección. 

- Visto desde el futuro lejano, así es. Y por eso ni Mercadal ni yo estamos en absoluto preocupados, más bien excitados por el desarrollo de los acontecimientos. La inquietud surge en el día a día de la Historia, pues la calidad del presente determina siempre la calidad del futuro. Y lo que estamos viendo es lo que siempre hemos pensado: que Cataluña no está realmente preparada para dirigir la creación del nuevo Mosaico Ibérico, es decir, de una España periférica y descentralizada de verdad. Para esto habrá que esperar a que se incorporen otras regiones: para mi, Valencia, Aragón y Galicia son las mejor situadas, pero puede haber sorpresas. 

- De todas formas, es obvio que la alcaldesa de Barcelona se está postulando para ejercer este papel. 

- Sí, lo intenta, pero le costará mucho cabalgar el caballo de las emociones desatadas. Piensa que para neutralizarla se pondrán rápidamente de acuerdo los unos y los otros, me refiero al PP y al bloque independentistas, ambos muy asustados de que la Colau se salga con la suya. De ahí que los dos bloques hayan optado por tocar a rebato hacia el incendio general. ¿Quién es el guapo que escapa a esta polarización histérica? 

- Quizás tengas razón, pero también cuesta pensar que se estén lanzando unos contra otros con ganas y a sabiendas...

- Forma parte del juego. Cosas más sorprendentes nos esperan por ver, Rumbau. 

- Lo que me preocupa es el clima de división que se está creando en Cataluña. 

- Son los daños colaterales, como se dice en las guerras. Les importa un rábano. Al revés, forma parte de la estrategia. Buscar unanimidades, verdades únicas, sino no hay enfrentamiento. Así ha avanzado la historia, arrasando culturas y poblaciones. 

- Pues no me hace ninguna gracia. Cuando veo a estos alcaldes socialistas insultados y perseguidos, víctimas de un bulling social escandaloso, se me revuelven los intestinos. Recuerda tiempos oscuros de los que es mejor no hablar...

- Los demás te dirán que a ellos los persigue la policía, aunque la verdad es que hasta ahora la policía sólo ha actuado contra personas que quieren saltarse la ley... Ya lo ves, acción y reacción. El "tú más" y el "tú también". 

- Esta semana se prepara calentita, con el Referèndum el dia 1 de octubre...

- Todo el mundo dice que hay que pensar en el día 2, pero en realidad todos trabajan para llegar al día 1 con los motores al máximo, parece una carrera de despropósitos, a ver quién la hace más gorda. Es propio de la guerra emocional: cuando está en su apogeo, se reduce a una pelea de gallos, por eso nosotros siempre hemos defendido las corridas de toros y las peleas de gallos: mejor marcar distancia con estos comportamientos viscerales del instinto, verlos en la escena, en la plaza o en el ruedo, que verlos encarnados en las personas. Estos días veremos cuernos muy afilados y espolones con cuchillas acopladas, esgrimidos por personas muy bien pensantes que dicen odiar la violencia. Es la catarsis que han buscado y que ellos mismos se van a servir. 

- Catarsis... Esta palabra explica muchas cosas, Bastides...

- Tienes razón. Las catarsis suelen ser puntos de inflexión que pueden cambiar los vectores del futuro. Las hay que son de liberación y las hay que, por el contrario, marcan retrocesos y épocas oscuras. Veremos lo que nos depara la del día 1. 

- Pero de cara al futuro, ¿seguís siendo optimistas?

- Siempre, no serlo sería absurdo, pues el tiempo avanza como le da la gana y esperar que no lo haga es de ilusos. Pero aquí hay también secretos y trucos que el mismo tiempo hace y te permite ver, cuando lo miras sin ambiciones políticas o colectivas. Fíjate que el tiempo y la historia avanzan siempre hacia adelante, aunque para ello retrocedan como los cangrejos, pero son retrocesos tácticos que siguen una dirección, no la que buscamos nosotros, sino la que el tiempo busca y quiere, pues por algo hace lo que le da la gana. Y por eso somos optimistas, pues ¿qué puede haber de más alegre, positivo y optimista que descubrir que el tiempo es libre y hace lo que le da la gana? Si él lo hace, quiere decir que nosotros también lo podemos hacer, de ahí que puedas establecer complicidades en paralelo con el mismo tiempo, pero sólo cuando se hace desde la individualidad, pues cuando es un colectivo el que pretende usar al tiempo a su favor, sea un país, una nación o un club, entonces éste se revuelve, les da una coz o los manda a paseo. 

- ¡Impresionante, Bastides!

- Sí, Rumbau, hay que ser siempre optimistas, aunque las cosas se vean negras como el carbón. Pues si Cataluña renuncia a su papel histórico de fundar el Mosaico Ibérico y se empeña en ser sólo ella y para ella, entonces será otra región la que tomará el relevo, avanzando en la dirección libertaria del tiempo. 

- Piensas en Valencia, ¿verdad?

- Y no te olvides de Murcia, Rumbau...


viernes, septiembre 22, 2017

El incendio emocional de la revuelta catalana



Ante la magnitud de los acontecimientos y los ardores políticos que se están viviendo estos días en Barcelona, no he tenido más remedio que acudir a la playa para bañarme y para preguntar a mis amigos futurólogos como ven el estado de la cuestión. Sólo he encontrado a Bastides, pues Mercadal está por lo visto en cama con fiebre. 

- ¿Pero has visto, Bastides, como están las cosas? ¿Acaso no piensas que el futuro se nos echa encima de un modo alarmante?

- Calma, Rumbau, cuando nos enfrentamos al presente  para conocer el futuro, hay que ir con mucha calma. Ciertamente, todo parece indicar que en Cataluña hay movimientos tectónicos inesperados. Seguramente habrá consecuencias a largo plazo, pero no tanto en el corto plazo. Fíjate que en toda esta comedia, pues de comedia humana se trata al fin y al cabo, en este gran teatro que es el mundo, como dijo Calderón, todos tienen cosas que ocultar y de las que avergonzarse.

- ¿Qué quieres decir?

- Por un lado, los nacionalistas han quemado sus naves para ir a por todas, pero lo han hecho sin respetar las formas, lo que mina los cimientos de su pretensión. Me refiero  a la votación de las dos leyes que han roto la legalidad vigente, sin el amparo de la mayoría legal. Lo mismo ocurre con el gobierno de España, que no supo o más bien no quiso encarar el tema con la suficiente honradez y antelación. Esto crea una situación inédita: ambos frentes necesitan mucha impostación para ocultar su endeblez congénita y sus vicios de partida. Y aquí está el peligro del momento, Rumbau, pues cuando dos partes enfrentadas son incapaces de aceptar sus errores de base, la huída hacia adelante está servida.

- O sea, que ves la cosa complicada...

- Lo es, en efecto, pero el resultado, que puede ser dramático en sus formas más vistosas, sólo puede acabar con unas tablas de doble derrota: el gobierno central por haber atajado mal y a destiempo el problema, y los insurrectos por sus prisas inconfesables que les han empujado a romper las reglas de juego.

- Pero unas tablas no son de recibo ahora, quiero decir, que nadie las aceptaría...

- Aquí hay un plus de dramatismo: cuando se llega a un punto de empate entre los contendientes, gana de entrada el más fuerte. Y no cabe duda que por mucha insurrección que haya, el aparato del estado sigue siendo una máquina inexpugnable, al menos en teoría. Por lo tanto, drama, enfrentamiento, violencia y represión los habrá. Este es el cuadro al que nuestros brillantes políticos se han atado, y de rebote a todos nosotros .

- Pero a los independentistas ya les va bien eso, no? Pierden, pero han encendido a toda la población. En realidad, éste y no otro parece haber sido el objetivo de su pronunciamiento.

- En eso tienes razón y también es verdad que una buena parte de la población está fervorosamente encendida. Parece que ganan, y ciertamente, así lo pensarán todos, a pesar de la represión y de la autonomía más o menos suspendida. Creerán los alzados que la independencia está a la vuelta de la esquina otra vez, como siempre por otra parte, lo que les garantiza seguir controlando la agenda, pero aquí se suman otros cambios a la vista: una crisis del gobierno de Rajoy y un nuevo gobierno, tarde o temprano,  en manos socialistas o de alguna coalición reformista, que ofrecerá un marco diferente y atractivo a los catalanes. Y éstos, tras el trauma de su levantamiento, divididos otra vez tras haberse realizado una lectura racional de los hechos, es muy posible que se inclinen mayoritariamente por aceptar este nuevo marco constitucional. Ofrecerán bicapitalidad -fíjate, lo que ya había pedido el avanzado Maragall en sus días y que fue despreciado por toda la clase política de Madrid-, hacienda propia, autogobierno casi total, y podrán ahorrarse los gastos de defensa y otras infraestructuras globales.

- Pero Bastides, acuérdate de lo que dice todo el mundo: España carece de un relato atractivo. Mientras que en Cataluña llevan años urdiendo el suyo, un compendio de ilusiones más o menos fantasiosas, si quieres, pero que han conseguido enardecer a los jóvenes y a los no tan jóvenes...

- Cierto, pero los independistas se equivocan al despreciar España. este relato por el que tanto han invertido, resquebrajado tras su derrota aparente (para ellos una victoria), puede ser rápidamente clonado y adaptado al nuevo marco español, fagocitando de este modo el trabajo realizado por los catalanes.

- Bueno, según como, eso es lo que pretenden hacer Podemos i la Colau, o al menos, lo intentan...

- Exacto, aunque dudo que sean ellos los que finalmente se queden con el tesoro. Esto, Rumbau, se ha convertido en un incendio emocional, es decir, en una especie de revolución, y ya sabes que las revoluciones gustan mucho de tragarse a sus protagonistas. Cuando el Tiempo se mueve, devora a los que pretenden controlarlo con fines siempre desorbitados. Al final, se regresa a un status quo con las élites de siempre más las nuevas emergidas que pactan los mutuos intereses e imponen su pax romana. Y ya sabes, aunque todo sea diferente, todo cambia para que todo siga igual.

- Te veo muy pesimista, Bástides...

- ¡En absoluto! Al revés, cada día veo más claro que nos dirigimos a la FEAA, ya sabes, nuestra Federación Española de Autonomías Autodeterminadas, pronosticada por Mercadal y yo mismo. Pero algo ha cambiado: lo que pensábamos que ocurriría lejos en el tiempo, se está precipitando a marchas forzadas, como si el Tiempo tuviera prisas... ¡Admirable al cien por cien!

- Pero regresando al presente, ¿no te preocupa el ambiente de excitación emocional que se vive? Estas amenazas a los alcaldes socialistas y a los que no piensan como la masa de los convencidos, dan mala espina, ¿no crees?

- Evidente. Han provocado un incendio y han desatado a todos los demonios de la raza, como se dice. Estos andan sueltos y buscan carnaza. Y ya sabes que las masas, por muy honradas que se sientan -todas se sienten así-, no soportan las diferencias. Su razón de ser es imponer su verdad única, representada aquí por la liberación catalana y por el embrujo de sus himnos y banderas . Por eso es peligroso estos días disentir y expresar lo que se piensa cuando no coincide con sus verdades.

- Pero si sólo hablan los mismos, mal asunto estamos haciendo a la democracia y a nuestros descendientes...

- Déjate de palabras, Rumbau, para esto ya están los políticos que cobran y que gustan de polarizarse, encarnando verdades y emociones. Cuando se alcanzan situaciones de este calibre, para los que no tenemos ideas fijas ni banderas tatuadas, como diría la canción, lo propio es desaparecer del mapa y dejar que pase el incendio, no sea que te atrape y acabes chamuscado.

- Mucha gente está saliendo quemada de este fuego...

- Sí, y más que habrá. Es el sino de las revoluciones emocionales. Y las que son protagonizadas por pueblos ricos, como es el caso de Cataluña, suelen ser aún más feroces, por el mayor convencimiento de sus verdades, acuérdate del culto pueblo alemán...

- No exageres, Bastides, los catalanes siempre hemos sido gente moderada.

- Y tú no te engañes, Rumbau, el "ahora o nunca" es un cohete en el culo que no pide permiso a nadie. Va a la suya y que se aparten los turbios y los dudosos.

- Y vosotros, ¿qué vais a hacer?

- Lo de siempre, leer los periódicos de la mañana, y pasear por la playa para mirar el horizonte, como hacemos cada día, buscando las imágenes del futuro que nos expliquen la razón del presente que vivimos. 

Dejé al futurólogo con estas palabras resonando en mi espíritu, mientras continuaba con su paseo en dirección al Hotel Vela. Yo me metí raudo a la piscina de agua de mar del Club, para refrescarme un poco de los ardores del incendio catalán.