jueves, diciembre 19, 2013

El despegue de Cataluña


Hoy sabemos que las realidades que pisamos son frágiles y efímeras, y que lo contemporáneo es sinónimo de cambio constante. Cuando parece que ya te has adaptado a una realidad, un imprevisto o un imperativo emergente te la cambia en otra, no se sabe si mejor o peor, pero en todo caso distinta. Los españoles deben sentir algo así cuando miran el país al que pertenecen, y los catalanes nos sentimos protagonistas de un movimiento que nos postula como sujetos políticos, donde antes éramos una simple región o comunidad como las demás. Ante el vértigo impresionante de la situación, me dirijo a la playa para charlar con mis dos amigos futurólogos, con los que suelo departir estos asuntos y que, por lo general, consiguen aclararme o, al menos, fascinarme con sus pronósticos y visiones heterodoxas.

Les interpelo sin preámbulo alguno, pues la situación está lo bastante caldeada y clara como para no perder el tiempo en formalismos. Como siempre, es Mercadal quién responde, mientras Bastides, el zapatero visionario de la Barceloneta, escucha en silencio nuestra charla:

- ¿Pero habéis visto como está el tema?...

- Las cosas van más deprisa de lo que pensábamos, Rumbau. Siempre dijimos que íbamos hacia la fragmentación de España, pero la realidad nos está pillando.

- Sí, la doble pregunta ha sido un éxito de los partidarios de la consulta, pero todo el mundo sabe que no habrá consulta alguna…

- Tiempo al tiempo. Y la realidad del asunto es que han puesto mucho tiempo por delante. Un año es una eternidad.

- ¿Pero pensáis que el gobierno español aceptará finalmente la consulta?

- No, pero cuando algo se mete entre ceja y ceja de la gente, su realidad es un hecho. Un año de pensar la pregunta es un año de pensar la respuesta. Ya me dirás cómo consigues luego que ésta de esfume. Por eso la jugada de los políticos catalanes ha tomado por sorpresa al gobierno español: éste pensaba que no se pondrían de acuerdo y que todo sería un galimatías. Y se han encontrado con dos preguntas claras y meridianas. Y una fecha. Podrás estar de acuerdo o no con ellas, pero ahí están. Con un buen apoyo parlamentario y propagadas a los cuatro vientos por todos los medios posibles. Difícil hacerla desaparecer…

- De acuerdo, la pregunta está ahí, pero eso garantiza el famoso choque de trenes…

- Pero Rumbau, si los trenes andan chocando desde hace meses… Lo importante aquí es el año que se han dado por delante. Demasiado tiempo para frenar esa ola que se irá gestando desde ayer mismo. Ese es el gran problema que tiene el gobierno español. Si se limita a esperar, se encontrará con la ola tan subida que no habrá dique que la detenga. Están obligados a mover ficha, es decir, a ofrecer algo distinto a la pregunta, pero como los del PP se han empeñado en decir no a todo y en querer someter a la autonomía catalana como única alternativa, se han negado a sí mismos la posibilidad de ofrecer nada. La cosa es muy grave para ellos y lo curioso es que no lo saben. Piensa que Europa no puede permitir que un país como España se vaya al garete por la cerrazón de un partido anquilosado en el tiempo. Lo más seguro es que les obliguen a mover ficha, a ellos o a los socialistas, y que ofrezcan a Cataluña una solución aceptable para todos. Por eso la jugada de Mas, que en el fondo busca eso, es magistral.

- Muy optimistas os veo…

- Lo que nos preocupa es otra cosa: el retraso en la verdadera fragmentación de España.

Lo dice Mercadal mirando a su cómplice y amigo, Bastides, como si estuviera desvelando pensamientos compartidos entre ambos.

- ¿Pero es que aún pensáis en la FEAA?... –les pregunto admirado, recordando sus predicciones de la conversión de España en la Federación Española de Autonomías Autodeterminadas, una de las ideas más extravagantes de mis amigos pero no por ello menos defendida por ambos.

- Por supuesto que podemos estar equivocados, lo aceptamos. Pero es que la realidad del mundo va por ahí. Siempre habíamos pensado que los primeros en querer salirse del conjunto serían los murcianos y en el año 2050, ¿no es verdad, Bastides?...

El interpelado asintió levemente con la cabeza, pero sin ganas de participar en la conversación. Se le veía taciturno y, conociéndolo como le conozco, muy inspirado, inmerso en sus visiones.

- … y fíjate, hemos sido los catalanes, al final, los que hemos salido por peteneras. Nunca lo hubiera pensado. Pero los hechos están ahí para demostrarlo. En fin, tampoco importa tanto que sean unos u otros. Es posible que el contagio llegue antes a Valencia que a Murcia, pues el llamado Corredor Mediterráneo está despertando extrañas imaginaciones en los valencianos, ya sabes cómo les gustan los jolgorios a nuestros vecinos del sur, y el que hemos armado aquí supera a todas las fallas juntas. Pero el problema es que al ser Cataluña el primero en despegar, está retrasando el despegue de los demás, me refiero a las periferias, atrapadas por las intransigencias españolistas. Fíjate que si Murcia o Valencia hubieran sido las primeras en autodeterminarse, dejarían sin respuesta al nacionalismo español o al menos con la munición muy mojada. Los valencianos son unos maestros en los fuegos artificiales y saben muy bien cómo manejarlos, de ahí que enfrentarse a ellos desde posiciones emocionales es muy difícil por no decir imposible. Los catalanes, en cambio, no entendemos de estos lances, como lo demuestra la suspensión de la Corrida. Una falta absoluta de sentido común, de inteligencia emocional y de buen humor. Con lo fácil que era dejar que fuera finiquitando por su propia inercia…, pero tuvieron que demostrar, los políticos catalanes, su pedigrí de no-españolidad metiéndose con algo tan catalán como son los toros…

Cuando sale el tema de los toros, a mis amigos se les va el entendimiento, de modo que intento distraerlos del tema:

- Pero volviendo a lo que decías, ¿por qué estáis tan seguros de que detrás de Cataluña seguirán las demás autonomías?

- Son muchas las razones. Pero un síntoma claro es esta afirmación hoy tantas veces pronunciada, de la indivisibilidad del país. Cuando se insiste tanto en este tipo de afirmaciones, en las que se mezclan los deseos con las realidades, no lo dudes: en el fondo están avisando cuando no clamando para que suceda lo que niegan. Dicen los políticos: jamás bajaremos las pensiones, y a los pocos meses las bajan. Así ha sucedido en estos últimos años: todo lo negado se ha cumplido. No creo que la famosa indivisibilidad de la patria vaya a ser una excepción. Pero ya sabes cuál es nuestra predicción: una vez todos autodeterminados, se van a juntar de nuevo para garantizar que las cosas funcionen. Al no haber patria común alguna, desaparecerá el miedo a la misma, de modo que los periféricos más separatistas serán los primeros en clamar por una asociación bien cimentada por los intereses económicos y las urgencias logísticas. Así se salvará España: dejando de ser ella para seguir existiendo con otras formas y nombres. Quizás sea entonces el momento de acudir a los antiguos ensueños ibéricos. Pero todavía falta mucho para que podamos comprender estos arcanos que nos van a sorprender tanto…

Bastides, muy callado hasta entonces, saltó de pronto deteniéndose y fijando su mirada en la línea del horizonte:

- En verdad, en verdad os digo, que tienes toda la razón del mundo Mercadal. Y aunque el advenimiento de la FEAA esté todavía lejano, todo llegará a su debido tiempo. El problema principal de España es hoy su nombre, en el que muy pocos creen adentro, pero no afuera, especialmente los turistas, que lo asocian al sol y a los apartamentos baratos, motivo por el que en el futuro la marca española regresará a las autonomías autodeterminadas para garantizar la afluencia de público, y por ello Cataluña, que siempre ha sido la más lista, será la primera en recuperar los toros, la españolidad folclórica y la bandera bicolor en la Corrida, cuando ya no se exhiba en los balcones oficiales ni se refiera a patria alguna.

Las palabras de Bastides nos dejaron tan sorprendidos como impresionados, sobre todo por el tono solemne que empleó. Los dejé paseando por la playa mientras regresaba yo al vestuario del Club, absorto en mis pensamientos y en los de mis amigos, cada día más lanzados en sus averiguaciones del futuro…