viernes, julio 26, 2019

La Iguana


Iguana Verde. Wikipedia. Cy [CC BY 3.0]

Impresionado aún por las imágenes de los bisontes, con sus jorobas peludas y sus siluetas que nos transportan a épocas antiquísimas de la humanidad, tropiezo con un cartel que dice ‘Terrario’. Hum, pienso, aquí debe hacer más calor, y con ganas de protegerme un poco del frío (esta visita se hizo en invierno), entro en un recinto oscuro, húmedo y cálido. De repente, me siento transportado a una geografía tropical, tanto por el olor, que nos hace pensar en una atmósfera putrefacta de selva, como por la acústica, ya que unos altavoces escondidos emiten una banda sonora de pájaros y chillidos selváticos. También noto enseguida la picadura de algún mosquito...

Veo un pasillo y, a ambos lados, una serie de vitrinas donde algunos niños y papás se detienen para observar su interior. Me acerco a una de las ventanas y, asombrado, veo un animal que parece salido de un agujero del tiempo. ¿Pero qué es esto?, me pregunto. Miro arriba y leo: Iguana Negra, América Central. ¡Una iguana! Ya no me acordaba de estos animales que son unos de los más extraños y curiosos que hay en la Tierra. ¿De qué época proceden?... Pregunta que se explica por su estampa arcaica, digna de figurar en un diccionario de bestias inventadas por ilustradores neogóticos amantes de la ciencia ficción. Son reales, sin embargo, y coexisten con nosotros, arrastran con sus cuerpos millones de años de historia del Planeta. Realmente, ¡qué reliquia de nuestra escalera evolutiva es este tipo de lagarto con cresta que parece un dragón, de piel arrugada como si llevara un traje viejo que le viene grande, capaz de llegar a los dos metros de longitud y de vivir hasta los 40 años!

Busco en las enciclopedias y me entero de que en toda Latinoamérica, la Iguana es un animal codiciado por la buena calidad de la carne y por el exotismo de la piel: constituye un plato regional de los más sofisticados en algunos países, y su cacería, prohibida en muchos lugares, los ha puesto en peligro de extinción. Y no sólo peligran por la cacería: cada vez disponen de menos hábitats adecuados para vivir, debido a la urbanización y a la deforestación galopante de estos países. ¿Tan importante es la iguana?, preguntarán algunos escépticos. Yo creo que sí. Unos animales tan antiguos, salvajes y tranquilos, que pueden convivir con los humanos y con otros compañeros de Reino (gatos, perros, monos, gallos...), que muestran un talante abstraído, distante y pacífico, independientes y concentrados en su mundo, no hay duda de que constituyen un modelo de comportamiento de lo más interesante e inspirador.

De hecho, en muchos hogares de la clase media americana la Iguana se ha convertido en un animal de compañía o "pet" estándar. El problema es que la mayoría viven encerrados en pisos y rodeados de niños mal educados y otros "pets" de lo más impertinentes que les hacen la vida imposible. Parece ser que cuando empiezan a crecer -ya se ha dicho antes que las iguanas pueden llegar a medir hasta dos metros-, devienen seres engorrosos que ocupan demasiado lugar, de modo que sus deshumanizados "papis" acaban lanzándolos a las cloacas o abandonándolos en cualquier esquina -esto si antes no lo han despachado de un tiro y se la han zampado.

Creo que la iguana, como el asno, la tortuga o el mismo cabrón, es un inmejorable animal de compañía, pero para una época futura de la humanidad, no en las actuales condiciones de estupidización masiva de las poblaciones. Su función básica será suministrar a los compañeros de convivencia sofisticados modelos de embeleso, de concentración y de lentitud vital, sobre la base de una emotividad finísima propia de los animales de sangre fría. Se le puede considerar también como un clásico catalizador para la práctica meditativa que busca la conciencia del tiempo: la iguana, por su condición de fósil vivo de las primeras etapas de la evolución, es una imagen arquetípica del tiempo que pasa y no pasa, tiempo que deja su huella en los cuerpos de seres que nacen y mueren a lo largo de los siglos, cuya piel muestra los rastros de su surcar los milenios. Desde el punto de vista meditativo, la iguana nos habla también del vacío esencial lleno de todo: su legendaria inmovilidad se puede romper en cualquier momento por un gesto o un movimiento rápido y enérgico lleno de vitalidad. Su mirada, asimismo, que parece perdida en los espacios de la memoria genética del Tiempo, está cargada de una extraña potencialidad siempre a punto de explotar. En este sentido, responde a unos mecanismos que tienen que ver con los movimientos telúricos de la tierra, sísmicos y volcánicos, de los que nunca se sabe cuándo se pondrán en acción.

Trazas y arrugas convierten a la iguana en un exotismo filosófico que nos mira con los ojos húmedos de los saurios. Bajo su capa de piel arrugada y todoterreno, ¿qué pensarán? Poca cosa, seguramente, pero la profundidad de esta "poca cosa" debe ser abismal. Conseguir hablar con una iguana, se entiende que en su condición no libre sino de cautiverio, que es cuando los animales hablan, debe ser una de las experiencias más apasionantes del futuro que nos espera. Debido al vidrio grueso que nos separa de ellas, en el Terrario no pude establecer ninguna conversación digna de este nombre, más allá del buen día y del adiós muy buenas. Más que hablar, tal vez se trate de aprender a pensar como ellas...

Saurios... También nuestro querido lagarto pertenece al suborden de los saurios, a pesar de no tener los vistosos atributos de arcaísmo que tienen los iguánidos. Nuestra lagartija mediterránea no es lo suficientemente exótica como para merecer una residencia en los zoológicos. Y, sin embargo, contemplarlas mientras toman el sol por la mañana, medio dormidas aún, es una de las experiencias más placenteras y extrañas que tenemos los que nos gustan estas cosas. Las veo encima de una piedra cambiando repentinamente de posición, y se diría que son segmentos de la piedra que han tomado vida y se mueven empujados por el calor del día. La finísima cola les da además una tonalidad grácil y sutil, de refinada elegancia. Tienen los reptiles, por su proximidad con el suelo sobre el que se mueven, una apariencia exterior que parece hecha de piedra, arena y pigmentos minerales. Debe tratarse de un efecto de mimetismo con el entorno, que los pinta con los colores y la textura apropiada para sentirse cómodos. Es lógico que estos animaluchos, que deben ser de los primeros que emergieron de los mares y empezaron a arrastrarse por el suelo, se hayan reflejado profundamente en su hábitat, como más adelante hicieron algunos que empezaron a trepar por los árboles y por las hojas adquiriendo el color verde. Cocodrilos, tortugas, lagartos, camaleones, iguanas... Los saurios, silenciosos y ectotérmicos, son, por lo general, una familia de animales fríos y distantes, pero entrañable para los humanos -salvo los cocodrilos, que a más de alguna señorita y señorito se han tragado-. Quizás no tienen muy buena prensa, pero los entendidos en animalidad conocen de sobra los valores silenciosos y más bien ocultos, por no decir ocultistas, de estas bestias, ¡que además cazan mosquitos! Para nosotros, unos vecinos a los que se les puede dejar la puerta abierta.

martes, julio 23, 2019

Los bóvidos


Acuarela de Gustave Moreau: El rapto de Europa (L'enlevement d'Europe), ca. 1869.


Hemos hablado de dignidad en el capítulo anterior de Animalia. Una palabra importante cuando tratamos con animales. En efecto, en la relación entre los humanos y los demás compañeros de Reino, creo que la palabra dignidad ocupa un lugar esencial.

Dignidad: calidad de digno, respetabilidad, corrección, amistad distanciada. Sin respetar la dignidad de los animales, nos volvemos indignos e irrespetuosos: o demasiada cercanía o indiferencia desdeñosa. Sin duda el efecto espejo es aquí aplicable: tratar sin dignidad a los animales es el simple reflejo de nuestra falta de dignidad en la relación con nosotros mismos y con nuestros vecinos de especie.

Los antiguos cazadores tenían siempre en cuenta estos aspectos: la presa buscada era un animal sagrado para cuya captura había que pedir permiso al espíritu de la especie a través de sofisticados ritos. También los rituales del matrimonio escenifican la necesidad de establecer un reconocimiento cualitativo de dignidad entre las personas antes de juntarse en una unidad de convivencia o de reproducción. La dignidad es reconocer el linaje, la soberanía y la libertad del otro, sea este animal o persona humana. Una persona digna tratará siempre con dignidad a sus vecinos. Por desgracia, podemos decir que la modernidad y el progreso han apartado nuestra especie del principio de Dignidad. La razón hay que buscarla en la borrachera de grandeza que los éxitos del Progreso han causado. El impulso depredador se ha disparado de un modo aberrante hacia todo lo que nos rodea: fauna, botánica y sociedad humana.

Respecto a los animales, la expresión más evidente de esta pérdida de dignidad se encuentra en la actual industria alimentaria: granjas mecanizadas y mataderos. Las evidencias son bastante obvias y no cansaré al lector con los detalles, desagradables hasta lo indecible.

Si me he extendido en hablar de dignidad es porque toca hoy centrarnos en los bóvidos, una de las familias de animales que para mí encarnan con más relevancia las cualidades de este concepto. Toros, bueyes, vacas, bisontes, búfalos ... Todos ellos armados de poderosos cuernos y a la vez pacíficos rumiantes que se alimentan sólo de hierba. Animales grandes, extraños y enigmáticos como pocos, pero a la vez capaces de embestir cuando se enfadan y se sienten en peligro. Mansos y cargados de pacífico orgullo, elegantes y majestuosos, poderosos por el volumen de sus carnes y la potencia de sus músculos, tranquilos y silenciosos. No es de extrañar que desde siempre hayan captado la atención del ojo humano, desde los pintores rupestres del Paleolítico Superior hasta las incipientes sociedades neolíticas, que tuvieran al toro como una de las primeras divinidades. En muchas mitologías representa la energía sexual. Símbolo de vida, de potencia y de fecundidad.

En las fabulosas pinturas de Altamira y de Lascaut pasando por los asentamientos neolíticos de Siria y Palestina hasta la tauromaquia cretense, los bóvidos de esplendorosas cornamentas han sido el centro de un culto que mezcla estupor, respeto y veneración. No en vano Zeus se convierte en toro para conquistar y raptar a Europa. Y en Creta, Pasifae, esposa de Minos, se mete dentro de una carcasa de vaca, obra de Dédalo, para poder copular con el toro blanco del que se ha enamorado. El hijo de este amor fue el Minotauro, mitad hombre mitad toro. Se puede decir, por lo tanto, que durante larguísimas etapas de la historia humana, vacas y toros han sido las bisagras estéticas de nuestra relación con los Dioses y sus representantes en el Reino Animal, relación basada en el respeto a la dignidad del otro.

Pasifae. Escultura de Óscar Estruga, realizada en cobre. Playa de Adarró, Vilanova y La Geltrú.

Un testigo arcaico de esta relación centrada en la dignidad lo encontramos en la India, donde vacas y toros son tratados como animales sagrados, disfrutando del derecho a pasear tan ufanos por las calles de las ciudades, en medio de la gente y del tráfico más feroz, como yo he podido comprobar en persona. En España, lo encontramos en las Corridas de Toros, que curiosamente los supuestos defensores de los animales quieren eliminar. ¿Quizás porque las encuentran "indignas", confrontadas con la industria alimentaria de nuestros días?... ¿No sería mejor preservar esta reliquia todavía viva de épocas antiguas que nos habla de respeto y de dignidad, a pesar de su carácter violento de rito de sangre y de muerte, y concentrarse en el trato realmente indigno que se tiene para con las vacas, toros, cerdos y pollos?

Volvamos a los bóvidos y veámoslos encerrados en los reductos que el Zoológico les ha reservado. No hay muchos. Pasa un poco como con los perros: los tenemos demasiado cerca. Tener toros de lidia sería una incongruencia, cuando estas nobles fieras ya disponen de amplios espacios donde poder verlos y admirar. ¿Vacas? Hay una en la Granja para familias, más como juguete para los niños que animal realmente enjaulado. Sólo falta que le pongan una falda y sostenes. ¿Toros? La avidez de nuestra industria no vería lógico perder dos o tres toneladas de carne. El Zoo muestra a los más exóticos y cumple así con su vocación de recuperar especies en peligro de extinción: antiguos bisontes europeos salvados de milagro de la desaparición y los llamados "búfalos enanos" de piel rojiza que sobreviven en las selvas lluviosas africanas, también situados al borde de la extinción.

En nuestra mirada, sin embargo, pondremos no sólo a los que están encerrados en el Zoo sino también a las vacas, los bueyes y los toros que pastan tranquilos por los prados. Lo primero que nos sorprende es la independencia y la distancia que muestran hacia sus observadores. Mientras ciervos, simios, canguros, osos, focas, caballos y burros acuden solícitos a quienes les dan cacahuetes, un plátano o patatas fritas, los bóvidos nos ignoran solemnemente. Curioso que siendo unos mamíferos tan representativos de la clase de los cordados a la que pertenecemos, bien provistos como están de generosas glándulas mamarias, no manifiesten uno de los rasgos característicos de este grupo de animales, como es su capacidad de empatía emocional.

Los bóvidos, al menos para este observador, son independientes, distantes y solitarios, y pese a gustarles ir en rebaño, se tienen por seres autónomos poco sentimentales: rebufan y a veces se enfadan mucho. Son animales a los que es mejor no buscarles las cosquillas, ya que pueden tener respuestas poco amigables. Creo que esta es una de las razones de la veneración que despiertan: nos admiran sus cualidades de brutos autónomos, cargados de noble poderío, que puede convertirse en feroz belicosidad cuando se les molesta o se los priva de libertad. Así somos nosotros o nos gustaría ser: libres y poderosos, y capaces de defendernos con fuerza y ​​orgullo cuando nos atacan. La diferencia es la emoción mamífera, escasa en los bóvidos y exagerada en los humanos, la cual nos hace temerosos la mayoría de las veces, y valientes en casos excepcionales.

Conocida es la legendaria ferocidad del toro de lidia, capaz de embestir de frente un tren en marcha como ha sucedido más de una vez. Esta ambivalencia de animales que son a la vez mansos y feroces ha sido fuente de admiración y base de todas las tauromaquias conocidas de la historia. En cuanto a los protegidos de la India, donde conviven en las mismas calles de las ciudades con sus habitantes, sean humanos o de otras especies, es providencial su pacifismo aunque de vez en cuando sorprendan a sus adoradores con inesperados golpes de genio. Más de un enfado cornudo vi yo por las calles de Ahmedabad, cuando visité hace años esta ciudad de la India, la capital de Gujarat.

 
Rapto de Europa. Mosaico romano, Museo Romano de Arles, Francia.
Volvamos al tema de la Dignidad y observemos de nuevo la grandeza majestuosa de estos animales coronados. Impresionan por la masa de sus carnes y la potencia de su fuerza pero sobre todo por la corona de la cornamenta, quizás no tan elegante como las de algunos cérvidos, de diseños espectaculares, pero capaces de expresar la serenidad de su coronación áulica, de reconocida dignidad mitológica. De algún modo indican los límites de una grandeza mediana, superior a los demás animales de cuatro patas, pero inferior a la de los mamíferos gigantes, obligados estos a desarrollar colmillos en el caso de los elefantes o los antiguos mamuts, o cuernos en la nariz en los fantásticos rinocerontes. Los bóvidos ocupan respecto a nosotros un espacio intermedio, próximos a la altura humana y lejos de las excentricidades gigantescas de la evolución animal. Y es sin duda esta medianía la razón de ser tan cercanos y queridos, y a la vez tan admirados y temidos por su fuerza y ​​su ornamentación cornuda.

Pertenecen también al gremio de los filósofos y no sólo los encarcelados en el Zoológico: verlos libres en los prados de las altas montañas inmersos en profundas meditaciones así nos lo hace pensar. La razón hay que buscarla en el hecho de ser animales rumiantes: mastican siempre dos veces lo que comen. Es decir, más que comer, "rumian" su alimento. Este doble tiempo en la alimentación abre el espacio de una meditación que los humanos no tenemos. Quizás a la larga una buena cosa para la evolución de nuestra especie sea aprender la lección y convertirnos en rumiantes: nos obligaría a estirar el tiempo alimentario que a la vez nos extendería el mental por obligación biológica. Y con una ventaja: mientras rumiamos, estamos tranquilos y despiertos, y no nos peleamos. De momento, contemplar la lentitud casi beata de estos animales reflexivos nos ayuda a estirar nuestro tiempo de omnívoros depredadores siempre a merced de nuestra hambre compulsiva. Lecciones que los bóvidos nos ofrecen gratis en los campos y a precios asequibles, que deberían ser más populares, en el Zoológico.

Atención, no sólo los bóvidos son rumiantes. También lo son los cérvidos, los jiráfidos, el carnero, las cabras selváticas, los búfalos y los antílopes. Como puede comprobarse, las universidades donde estudiar su ciencia son muchas y la mayoría están a nuestro alcance (¡unas 250 especies!).

Por último, diríamos que los bóvidos constituyen una familia de animales entrañables y a la vez enigmáticos, estéticamente muy poderosos y simbólicamente asociados a la cultura humana desde épocas inmemoriales. Creo que el devenir no les dejará aparte y que nos puede conducir a gratas sorpresas del todo inesperadas, cuando en las futuras facultades de filosofía profesores mixtos hombres-toro o mujeres-vaca, a modo de insólitos minotauros del saber, nos enseñen a pensar de verdad según las más avanzadas leyes del rumiar vacuno. Tiempo al tiempo ...

lunes, julio 22, 2019

9 línies d'obertura estratègica per a l'embull català


Mapa de l'euro-regió Pirineus-Mediterrani. Aragó va deixar
de ser-hi el 2006.


                                 (versión en castellano)



Costa pensar que existeixen, en un panorama polític tan encallat com el que es viu a Catalunya i a Espanya. Però quan l'altre dia els meus amics de la platja em van donar nou línies d'actuació per sortir de l'atzucac en el que ens trobem, vaig adonar-me que no estaven gens malament, i vaig pensar que bé valia la pena  resumir-les en aquest bloc. 

Són les següents, posades en boca d'en Roger Mercadal, el més loquaç dels dos futuròlegs:

1- L'important, pel que fa a Catalunya, és fugir de la mania de posar fronteres i entrar en una nova lògica d'obertura i de col·laboració exterior amb els veïns. Tirar línies de complicitat exterior i escapar de l'obsessió nacionalista d'un nou estat, quan amb l'espanyol ja en tenim més que prou.

2- En aquest sentit, seria interessant reprendre aquella línia que va proposar Pasqual Maragall d'avançar vers una euro-regió capaç d'integrar els antics territoris de la Corona d'Aragó, saltant per damunt de les actuals fronteres estatals, i ampliar-la envers altres localitats del sud de França. Sens dubte consisteix en el millor camí per a l'afirmació catalana. Un projecte aturat que pel seu bon desenvolupament necessitaria una entesa respectuosa i col·laboradora amb tota la franja mediterrània, una obertura al centre espanyol, i la complicitat de ciutats com Saragossa i València, que mai haurien de ser 'enemigues', sinó aliades naturals de Catalunya. Una noció que no té res a veure amb els postulats 'Països Catalans' del fonamentalisme nacionalista, que mai ha agradat als nostres veïns, llevat d'algunes minories, sinó que es basa en el respecte i la lliure col·laboració de les diferències. 

3- Per tant, en comptes de pensar en posar fronteres a València i a l'Aragó, avançar en la direcció contrària: teixir lligams de col·laboració amb les regions i les ciutats veïnes, enterrar els inútils i banals conflictes i crear la verdadera Europa de les persones i de les poblacions locals. I per fer-ho, s'ha de començar per Catalunya i per Espanya. Europa no necessita mesures separadores que no deixen de ser pulsions retrògrades de la Història, sinó que busca i necessita amb urgència la unió en xarxa de les diferències, sent avui en dia l'únic exemple al món d'aquesta unió d'una pluralitat d'Estats que cedeixen poder, eliminen fronteres i cerquen el creuament i la col·laboració com estratègia de futur. Fugir de les barreres de separació i aixecar lligams de col·laboració és el que s'imposa. 

3- És molt important salvar la llengua catalana de l'ús i abús de la que està sent objecte per part del nacionalisme català, que amb les seves obsessions redundants ha trencat aquell pacte implícit que s'establí després de la Dictadura entre castellano-parlants i catalano-parlants, per protegir el català de la postració en la que va caure durant el Franquisme. S'imposa per tant aplicar mesures de respecte a la llengua castellana que és la maternal de la meitat dels catalans, per evitar un divorci i una polarització que només pot anar en detriment del català. Una actitud de suïcidi cultural, la del fonamentalisme nacionalista, en un món que cada dia viu més en la cruïlla lingüística de les comunicacions i en la riquesa de la multiplicitat.

4- S'ha de fugir també de la lògica nacionalista que busca per necessitat psicològica un enemic, ja que sense enemic, no avança ni qualla la pulsió separadora. Invertir aquesta necessitat i cercar relacions d'amistat amb els pretesament enemics.

5- En fugir d'aquesta simplificació dualista de la realitat, entre bons i dolents, entre els del sí i els del no, entre Espanya i Catalunya,  optem per una percepció més àmplia, rica i complexa del món. Avui en dia el progrés ja no es mesura en els graus de domini que tenim de la matèria i dels territoris, i menys encara en el control polític de les masses, sinó sobretot en la capacitat de percebre la realitat amb uns graus superiors d'obertura, de subtilesa i de profunditat, capaços de veure els diferents nivells de relació i de pertinença que tenim els humans, des de les realitats més locals fins als diferents cercles d'amplitud que han d'acabar portant-nos a una consciència planetària i fins diríem solar, en quant pertany el nostre planeta al Sistema Solar, un entre els bilions i bilions de sols que conté la Galàxia. Enrocar-se en la pulsió emocional separadora no fa més que retrogradar-nos a les velles etapes tribals i gregàries de la Història Humana.

6- Fugir com del diable de qualsevol idea de Referèndum, una perillosa i suïcida mesura de reducció binària. No cal raonar massa per comprovar els efectes desastrosos d'aquest reduccionisme. L'exemple del Brèxit ens diu clarament quines són les conseqüències d'un referèndum: un país partit per la meitat, paralitzat per aquesta deriva d'empobriment reductiu entre els bons i els dolents, entre els del sí i els del no, que només pot acabar en desastre, impotència i enfrontament civil.  

7- El veritable progrés de les societats i llurs respostes a les inevitables i imminents crisis que estan per caure, globals i locals, no poden proveir mai de la separació, del conflicte gratuït, ni de caure en una dinàmica reactiva de sí/no, d'exclusió i de fronteres. Avui, les societats avançades hem de reaccionar a través de l'osmosi espontània i crítica entre els composats diferents, de l'obertura de la ment que permet aquesta compenetració, del voluntarisme positiu que busca la intersecció creativa dels llenguatges i de les relacions, i que fomenta l'emergència de noves obertures perceptives de la realitat. La subtilesa i el matís són els elements claus que cal promoure i educar. 

8- Si alguns consideren que Europa és un laboratori en el que la pluralitat conflictiva de les diferències aprèn a tolerar-se i a trobar els seus camins de convivència, Espanya és també, i potser encara més, un preciós laboratori, un jardí en realitat, en el que la multiplicitat de cultures, llengües, costums i tradicions, constitueix la seva característica principal. La singularitat i la varietat d'aquestes diferències, d'una riquesa espatarrant, que tenen tot el dret i la necessitat de competir entre elles, no guanyen sinó que perden amb polítiques de separació, mentre que, pel contrari, s'enlairen i s'exciten en la seva pulsió creadora, quan l'esperit que els envolta és el de l'amical col·laboració competitiva. Aquesta és la verdadera feina dels qui vivim i participem en aquest magnífic i únic jardí ibèric: buscar el dinamisme enriquidor del joc de les diferències amb polítiques i complicitats estratègiques positives que excitin les pulsions creadores.

9- Per acabar, es podria dir que la pulsió Independentista, entesa com un fenomen d'exaltació emocional de la diferència catalana, ha estat suficientment amortitzada després del seu punt àlgid d'ebullició. Els més recalcitrants s'han pogut desfogar al llarg d'aquests últims anys amb escreix, i podríem considerar que ja n'hi ha més que prou. Mantenir-se en els seus tretze només conduirà a la seva decadència i a la frustració, la pròpia i la oposada. Toca ara redirigir l'atenció i les energies envers les noves vies que el futur ens proposa: obertura de ment, acceptació de la nostra alteritat (començant per l'espanyola), complexitat perceptiva, educar-nos en la  subtilesa, encaixar críticament la irrupció de la Intel·ligència Artificial, cercar nous propòsits a l'emergència creativa catalana, conrear el jardí ibèric, concordar complicitats entre ciutats i regions, i teixir el tapís europeu de la convivència en la multiplicitat.

Els amics de la platja