viernes, septiembre 28, 2012

Cataluña toma la avanzada



Ante los tremendos momentos políticos que vivimos, he acudido a la cita de mis amigos de la playa, a los que no veía en semanas a causa de mis viajes y compromisos. Me moría de ganas de conocer sus opiniones, que suelen dar en el blanco, aunque a veces lo hagan mediante rodeos de lo más “originales”, por decirlo con palabras amables. Los encontré como siempre caminando por la orilla del mar, aprovechando la relativa bonanza que aun gozamos en Barcelona.

- ¡Cómo está el patio! –les digo tras los saludos.- Me imagino que estaréis encantados con todo lo que está sucediendo...

- Ya puedes bien decirlo, Rumbau –me contesta Mercadal, siempre locuaz y muy amable conmigo–, la verdad es que somos muy afortunados de poder vivir lo que estamos viviendo. Nunca hubiéramos pensado que el ritmo de los acontecimientos tomaría semejante velocidad de vértigo.

- ¿Coincide entonces todo con vuestra predicciones?

- Bastante, bastante, aunque debo reconocer que la rapidez de los eventos es tal, que no se da tiempo a que las cosas maduren como deberían madurar, lo que provoca una terrible contracción en el tiempo, con las deformaciones inevitables. Nosotros ya habíamos previsto una fragmentación de España que acabaría con la FEAA, una lógica Federación Española de Autonomías Autodeterminadas, siguiendo el principio del Café para Todos de la Transición Española. Pero hoy el tiempo y su formalización humana, la Historia, parecen tener mucha prisa y no estar para “dar tiempo al tiempo”, como antes solía hacer, dejando que las cosas maduren según ritmos propios. No, hoy la prisa aprieta por todas partes, como si las necesidades de cambio fueran de urgencia máxima, sin un minuto de descanso y ya no digo de adaptación al medio. Los que no se adaptan, malo para ellos: la Historia ha perdido la paciencia así como la educación siempre más o menos elegante con la que antaño avanzaba. Hoy se abalanza a salto de mata, en secuencias diferentes y todas al mismo tiempo. Para nosotros, que ya somos viejos, un verdadero lujo y un regalo inesperado, pues en los pocos años que nos queda de vida, si todo sigue al ritmo actual, veremos más cosas que las que llevamos vistas hasta el día de hoy. ¡Menuda suerte y menuda paradoja!

- O sea que os está gustando el desarrollo de los acontecimientos…

- No se trata de eso, claro que nos gusta, pero no porque estemos o no de acuerdo con lo que ocurre, eso importa poco: lo interesante es que cualquiera de los cambios que suceden son hoy tan espectaculares, que no podemos menos que maravillarnos de la fuerza de ese avance, como si ante nosotros la Historia hubiera tomado un ritmo de furia huracanada que todo lo transforma y altera. Asombroso, Rumbau, asombroso…

- Pero bueno, algo pensaréis sobre el anuncio de Artur Mas de nuevas elecciones en clave independista…

Bastides, siempre cauto en sus palabras, interviene para decir:

- En verdad en verdad os digo, que veo a Artur Mas cabalgar al Tiempo como pocas veces he visto hacerlo a un político. Sólo hay que escucharlo para comprender que una especie de lógica interior imparable e impecable se ha apoderado de su ser, bien sostenido por los vientos que soplan a su favor. Por decirlo de alguna manera, nuestra época se ha encarnado en él. Fijaros que no estamos hablando ni de un revolucionario, ni de un rebelde, ni de un aventurero: Mas es un hombre serio y de orden, que representa además a un clásico partido de orden, poseído por las “verdades” neoliberales que hoy se estilan y que tienen agarrado y bien agarrado al mundo, esa oleada de abstracción matemática que tiene al capital por dios único y que busca sobretodo eficacia y beneficio. Y es bajo esa bandera que se levanta hoy el independismo catalán: eficacia y beneficio. Esos señores de empresa y de negocio han llegado a la conclusión de que gozarán de más eficacia y más beneficios si ellos controlan los hilos del asunto, es decir, los cuatro poderes estatales que hoy quedan en Europa, pocos, todo el mundo lo dice, pero importantes y sobretodo básicos para los negocios. Y tras ellos, tienen a toda la clase media catalana, ideológicamente mayoritaria, bien estructurada y muy ilusionada, casi diríase “embriagada” por la imagen de competir en Europa desde la libertad de un país pequeño capaz de funcionar como una empresa colectiva. ¡Imparable!

- Pero España no lo va a permitir…

- ¿España? Yo no daría un duro hoy por este concepto. ¿Quién cree en ella? Humo en las manos. Y unos intereses madrileños que con la caída de Bankia y del llamado ladrillo se han quedado sin fuelle. Ese deseo de convertir Madrid en la gran Capital del sur europeo, para lo que no dudó en apropiarse de los viejos ropajes de lo que queda de España, ha sido una burbuja más que ha estallado en las narices de todos los españoles. La estafa de Bankia ha sido una estafa a todos los españoles hecha por los nuevos oligarcas del Madrid político. Ahora chillan mucho los que se han quedado noqueados por el estallido, pero no tardarán los barones regionales y las demás autonomías en seguir los pasos de Cataluña. Muy pronto entenderán los españoles que para competir hoy en Europa y en el mundo, que en nuestro país quiere decir libre capacidad de gestión para atraer a más turistas, lo mejor es que cada uno espabile y se reinvente a su manera, profundizando en unas señas de identidad que deberán ser inventadas en su mayoría, a partir de los atributos que tengan más a mano. Tal es el plan de Cataluña y su proyecto de independencia, y en cuanto sea comprendido por los demás, no tardarán en seguir sus pasos sin pudor alguno.

- O sea que según vosotros, vamos a la FEAA…

- Desde luego, pero la contracción del tiempo provocada por la velocidad de los eventos, puede deformar los resultados como muy bien decía antes Mercadal. Es decir, puede que todo suceda con ciertos desfases, pero en lo esencial, creo que no nos hemos equivocado. Lo propio es ir a una Federación de comunidades independientes. ¿Acaso Madrid no se ha lanzado estas últimas décadas a lo suyo, por mucho que usara la bandera española? ¿Y acaso Valencia no aprovechó la autonomía para sus propios negocios redondos, con control judicial incluído? Claro que habrá mucho rasgarse las vestiduras, aspavientos de todo tipo y sobreactuaciones incluso dolorosas, pero el negocio es el negocio y “la pela és la pela”, como decimos en catalán. Y ya se sabe que los mejores cambios son aquellos en los que aparentemente todo es diferente sin que en lo esencial nada cambie. Una federación de comunidades independientes o autodeterminadas sería lo mismo que la España actual, con menos ministerios estatales y seguramente con más racionalidad y eficacia coordinativa. Los llamados “barones” y los poderes locales tendrían así las manos libres para forrarse y competir en los negocios. Respecto a la relación de las partes con el todo, el marco europeo establecerá los modos y las prioridades, un marco bien dotado de los poderes políticos y económicos convenientemente arrancados a los viejos estados nación que hoy sucumben uno tras otro. La nueva FEAA será una nueva España más realista y menos hipócrita, y con unos rendimientos del negocio turístico superiores incluso a los actuales, si nuestras previsiones se siguen cumpliendo.

- Pero los independistas catalanes quieren separarse de verdad de España…

- Por supuesto. Pero mira como Mas encara la cuestión: habla de estructuras propias de estado y abandona la palabra Independencia, que para él tiene poca realidad en el marco europeo. Es decir, estructuras de poder local garantizado para tener la libertad de poder competir con garantías de eficacia y de recogida de los beneficios. Se trata pues de un movimiento de emprendedores decidido a comerse el mundo, con la ilusión emocional añadida de sentirse dueños de su destino, la llamada Soberanía. ¿Qué puede esperarse de un movimiento así? Su victoria está cantada. Lo que se opone a él no tiene ni fuerza ni sustento alguno. Muere una España y nace otra, menos romántica en apariencia pero más funcional y lógica desde el punto de vista de los negocios. No dudes que no tardarán pronto en subirse al carro los demás…

Atónito y sacudido por sus palabras, les dejo seguir el paseo. Cuál rumiantes de la mente avanzan al son monótono de las olas que rompen sobre la arena, mientras la ciudad a pocos metros sufre vientos huracanados a velocidades de vértigo que sacuden sus cimientos más profundos… Admirable…

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