El resultado de las elecciones en España se ha ajustado a las encuestas que daban la victoria a los socialistas, aunque ha sorprendido y dejado en estado de choc a más de un partido. Lo hablábamos ayer con mis amigos de la playa, aprovechando el día excelente de sol. Decía Mercadal:
- Francamente, no sé por qué se extrañan tanto los nacionalistas periféricos de haber perdido votos. Atribuyen la culpa a la bipolarización, cosa en cierta manera cierta, pues los dos partidos principales han acaparado los medios. Pero la verdad es que han perdido la fidelidad de muchos votantes, y eso se debe a razones más complejas. Algo también aplicable a los Verdes de IU, que han sufrido una de sus peores derrotas.
- Ya decíamos el otro día que los nacionalismos clásicos están de capa caída –apunta el futurólogo Bastides–. La gente gusta fragmentarse y autonomizarse, pero con argumentos inteligentes y más abstractos, que nada tienen que ver con los viscerales. Remitirse a las emociones patrióticas es algo que cada día interesa a menos gente. Es lógico que los abueletes disfruten con banderas, soflamas y vivas a la patria, pero a los jóvenes que viajan adónde quieren y que charlan por internet con personas de todo el mundo, este lenguaje les sabe a viejo. ¿No te parece, Rumbau?
Les contesto a aquellos dos abueletes, que juntos deben sumar más de 140 años, que sí, que tienen razón, pero que por desgracia existe todavía mucha tendencia a dejarse llevar por estos sentimientos de pertenencia colectiva.
- Tu lo has dicho –responde Bastides–, pertenencia colectiva, pero no necesariamente relativa al terruño, la bandera o la lengua. Hoy en día existen muchas maneras de sentirse acompañado por los demás, y lo mejor es que ésos sean pocos. Los españoles nos hemos vuelto muy exigentes y exquisitos, y lo que gusta a muchos resulta sospechoso. Por eso, la mayoría ha preferido la opción autonomista del PSOE, que plantea la fragmentación desde bases racionales y empíricas, sin las virulencias identitarias de los nacionalistas del centro, representados por el PP, o de los periféricos, representados por los partidos nacionalistas locales. Éstos siguen conservando su electorado más fiel, pero han perdido fuerza y presencia social.
- ¿Y os parece que se han dado cuenta de ello? –les pregunto.
- En absoluto, cada uno sigue en sus trece. Se ha tomado por costumbre en España que los políticos deben ser fieles a sus ideas de partida, aunque éstas estén caducas. Lo vemos cada día: Ibarretxe con su plan del referéndum, CiU y ER con sus pretensiones soberanistas. Se afirman en los errores sólo por mostrar firmeza y coherencia. Los que sí parece que han aprendido algo son los del PP: Rajoy quiere cambiar de equipo y jubilar a unos cuantos. Si al final resulta que es el único que se adapta a la realidad, en las próximas elecciones puede arrasar. Su mirada a Valencia es estratégicamente correcta, y su avance en Andalucía indica el camino. Su lastre es Madrid. Aquí puede tener su futuro flanco débil. Esperanza Aguirre tiene poder y quiere más, pero su ambición ilimitada y su política poco simpática conllevan peligros graves. Y si Rajoy continúa ignorando a Ruiz-Gallardón, a la larga perderá Madrid, su baluarte más seguro. Con lo que su jugada valenciana le habrá servido de poco.
- Y a Zapatero, ¿cómo lo veis? –les pregunto, asombrado de sus finos comentarios.
- Bien y mal, –responde Mercadal, animado por mis preguntas– pues su victoria, aunque contundente, no le da mayoría suficiente, y es difícil que los políticos mantengan la humildad y el equilibrio durante dos legislaturas consecutivas. Su tendencia es afirmar que han ganado con rotundidad, y eso es verdad hasta un cierto punto. La realidad es que deberán pactar con unos y con otros, y esto conlleva mucho desgaste, sobretodo si los socios son nacionalistas periféricos encegados en conflictos e intereses locales. Creo que los socialistas son los que lo tienen más difícil para mantener su mayoría, pues deben realizar un ejercicio muy fino de análisis y de adaptación a la realidad, siempre difícil de hacer cuando se está en el poder. Pero si lo consiguen, aunque sea por mínimos, entonces no habrá quién les pare y a la tercera ganarán por mayoría absoluta. También influirá, desde luego, su política internacional, uno de los capítulos pendientes de Zapatero.
Caramba, me digo. Hay que recordar que tanto Bastides como Mercadal son dos futurólogos con una visión muy clara y peculiar de la España del futuro, basada en lo que ellos llaman la FEAA, siglas que significan Federación Española de Autonomías Autodeterminadas.
- ¿Veis más cercana la FEAA después de estas eleciones? –me atrevo a preguntarles.
- Hum…., -contesta Bastides mirando hacia el horizonte– mira Rumbau, esto de la FEAA a ti te hace mucha gracia y a nosotros también, pero no deja de ser una formulación nuestra que hay que poner siempre en remojo. Desde luego, nos reafirmamos en nuestras visiones, pero ya sabes que en la profesión de futurología nunca se avanza sobre seguro ni en línea recta. Piensa que la incertidumbre es creciente, y que los especialistas en prospectiva, cuyos sueldos son inmensos, cada día reducen las plazos temporales de previsibilidad, sin mojarse en el detalle ni en la media o corta distancia. Es decir, que ni siquiera estos profesionales tan cualificados se atreven a vaticinar nada. Lo que se lleva hoy en día, iniciado por los americanos y cada día más copiado por las potencias con ínfulas de serlo, es que el futuro no se prevé ni se anticipa, se “inventa”.
- ¿Qué quieres decir?
- Pues que los mandamases se han hartado de equivocarse y de no saber a qué atenerse, y han decidido ser ellos mismos quiénes proponen futuros, aplicando el principio de los hechos consumados. Se sirvieron para ello del famoso recurso a la “guerra preventiva”. Con esta excusa, intervienen y modifican la situación, creando un cuadro que nadie hubiera jamás esperado pero que ahí está por voluntad del poder que lo decide. Este sistema es una manera de salirse por la tangente, desde luego, pero establece unas realidades de las que luego nadie escapa. En este sentido, su aplicación ha sido un éxito, en el sentido de que han conseguido lo buscado: crear un cuadro de caos e incertidumbre nuevo en la región, me refiero a Oriente Medio e Irak. Esta política tiene ganadores seguros, las grandes corporaciones de la industria del armamento y de la energía, así como las de seguridad. Son los que pescan en río revuelto. Para el país que lo lidera, EEUU en este caso, la pérdida es notoria, pues estas corporaciones son auténticas sanguijuelas que arruinarían al propio país si pudieran. De hecho, su política es desarmar y arruinar a los estados, y dejar el tema del poder en manos de las grandes corporaciones. Una política a todas luces inviable a largo plazo.
- Entonces, todas vuestras anticipaciones pueden irse al garate a causa de este intervencionismo no esperado…
- Exacto. Pero fíjate que del mismo modo que las corporaciones proponen por la manu militare sus futuros, también nosotros proponemos por la manu imaginare los nuestros, con la ventaja de que éstos no generan cadenas tan brutales e imprevisibles de acontecimientos. En este sentido, actuamos con mayor libertad, pues no nos cuesta nada adaptarnos a las situaciones cambiantes ni dependemos tanto de ellas. Y aunque te parezca mentira y una fanfarronada, nuestra propuesta de futuro neutraliza la de las corporaciones, al sentar, de un modo indirecto y sutil, las bases para la irrupción de lo nuevo.
- Un día me tendréis que aclarar bien este tema, que encuentro francamente discutible. Me interesa más ahora oir vuestra opinión sobre cómo pensáis que los nacionalistas, de uno y otro signo, van a reaccionar ante la victoria de Zapatero.
- Mira Rumbau –contesta Bastides, que llevaba un buen rato callado–, los partidos nacionalistas deberán simplemente dejar de serlo si quieren conservar unos mínimos espacios de presencia pública en el país. Y cómo eso no lo van a hacer, pues el futuro lo tienen negro. Fíjate que no tendrían por qué renunciar a ser partidos locales con intereses locales, pero sí deberían ajustar sus estrategias de fondo para hallar nuevas fórmulas de pertenencia colectiva. Se olvidan de que el público tiene cada día más capacidad de abstracción y, por lo tanto, de volar por su cuenta con la imaginación.
- De todas formas, no me podéis negar que partidos como CiU o el mismo PNV, tienen sólidas bases que les garantizan al menos un cierto futuro… -les digo, intentando racionalizar la conversación.
- Desde luego, tienen hasta el 2020 más o menos, eso nadie se los va a quitar. Pero nosotros pensamos en términos de futuro. Estos partidos, si quieren sobrevivir, deberán adaptarse a los nuevos tiempos, y aquí en Cataluña hay que esperar una o dos generaciones para que surjan políticos con capacidad de entender las cosas y darles la vuelta a estos partidos. En cambio, el partido de Montilla tiene en estos momentos garantizado el futuro inmediato, al ser la única formación catalana que abarca la complejidad tanto social como política, sentimental y empresarial de Cataluña. Claro que pueden perder esta posición, y entrar en delirios de grandeza –o de miseria, que también los hay–, pero lo dudo dado el actual espacio de centralidad que ocupan, acaparando un amplio abanico de posicionamientos adecuados. Tienen el problema de las alianzas, concretamente con ER, pero es de esperar que en las próximas elecciones, este partido irrealista pierda sus opciones actuales.
- O sea que tenemos Montilla para rato…
- Exacto. Veamos cómo se las maneja durante la próxima legislatura con la necesidad de Zapatero de recabar apoyos de CiU. Creo que será un escollo toreable gracias a la misma complejidad contradictoria del PSC, una situación por la que durante muchos años pagaron duros peajes, pero que a la larga les ha servido para alcanzar por su propio peso el poder. La clave del futuro de este partido está en la capacidad de seguir aguantando y aumentando las contradicciones existentes en su seno. Si lo consiguen y afinan esta condición, sin duda alguna llegarán al 2020 con holgura, aunque por el camino cambien de forma y de nombre.
Impresionado por los vaticinios de mis amigos futurólogos, pienso que ya es hora de ir tirando para las duchas. Quedamos en vernos la próxima semana para seguir tratando el tema, que me parece de lo más fascinante. Y mientras subo hasta el club, ellos continúan su paseo diario caminando dónde las olas rompen en la playa.
2 comentarios:
Hola, és interesant llegir el teu blog, però em fa l'efecte que tot el que dius, o diuen aquestes persones, o personatges, és massa... optimista, vull dir, optimista del psoe o psc.
Encara que estic d'acord en que certes idees nacionalistes tenen cada cop menys validesa tal com estant les coses, crec que l'actuar polític del Govern Espanyol les legitima i les fa necessaries. No crec que Zapatero, i menys Montilla, treballin de debò per una Espanya verdaderament autonomista o federal. Ell segueixen amb la idea del "cafe para todos" que no beneficia a ningú. Segueixen ocultant dades importants per a poder parlar de necesitats amb l'informació a la má, com és el cas de les balances fiscals catalanes.
No soc d'aquelles persones que rebutgen Montilla per ser andalús. Tampoc soc de les persones que creuen que a Catalunya només s'ha de parlar català. Només estic segur que ara mateix, la millor manera de prendre decisions que afecten als ciutadans de Catalunya és desde Catalunya (o en un cas extrem d'optimisme, des d'un parlament Europeu de petits estats federals on la gent que viu a Catalunya estigui realment representada), i no desde Madrid, o similar, ja que está probat, abans i ara, que desde allà els ciutadans de Catalunya están considerats com gent de segona, si no fos així, aquesta gent que tant admires haurien donat suport a l'OPA sobre ENDESA per part de Gas Natural, entre altres exemples.
Va com va.
Salut!
Apreciat Marc,
en primer lloc, moltes gràcies pel teu comentari. Haig de confessar que estic bastant d'acord amb les idees del Bastides i Mercadal, tot i que comprenc perfectament el que raones en el teu escrit. A mi em sembla que partits locals són necessaris, però haurien d'ampliar les seves perspectives. Crec que en aquests moments, el partit que més representa la complexitat de Catalunya, com molt bé explica en Mercadal, és el PSC. Segurament no és cap meravella, com tampoc ho és el Zapatero, però són una perfecta representació del mateix país, que tampoc és cap meravella. Si els partits nacionalistes perifèrics es presenten a unes eleccions per governar Espanya i només ofereixen perpectives locals de tipus més aviat excloents i tancades en si mateixos, sense cap visió del conjunt, és lògic que hi hagi poca tendència a votar-los.
Tens raó de dir que Zapatero i el PSOE no són federalistes, però al costat del PP sí que es pot dir que al menys són sincerament autonomistes. I allà on hi ha autonomisme hi ha una base pel Federalisme. Ja veuràs com el mateix PP començarà a acostar-se a les tesis autonomistes actuals del PSOE, com ha començat a fer Rajoy acostant-se als valencians i distanciant-se del poderós centre madrileny, verdader forat negre que s’ho vol menjar tot. Clar que no aniran en contra de Madrid (com tampoc hi anirà el PSOE, ja que als partits estatalistes els hi interessa una capital forta), però per pues qüestions de realisme polític, hauran de pactar amb les baronies perifèriques i adaptar-se a la realitat del país, que és autonòmica i amb tendència a la fragmentació.
En aquest marc, crec que el PSC ofereix uns posicionaments interessants gràcies en part a les seves contradiccions interiors, que han estat sempre el seu llast, però que ara crec li està donant els seus fruits. Davant de la fermesa o el simplisme nacionalista dels seus rivals, ell presenta una cara polièdrica on hi ha catalanisme però també espanyolisme, reflectint la realitat de Catalunya, que com sabem és bilingüe i plena de contradiccions. Em sembla que aquesta és la seva força actual.
En fi, moltes gràcies de nou i fins aviat
Toni Rumbau
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