(Zeus colgado en el Taller de Pepe Otal)
El jueves 5 de octubre tuvo lugar la reunión con los máximos responsables del ICUB (Instituro de Cultura de Barcelona), Jordi Martí y Rosa Mac, a la que asistieron David Castillo, Carles Canyelles, Pep Gómez, Jordi Vizcaíno y un servidor de ustedes.
Se expuso a los mandatarios la idea de mantener abierto y activo el Taller de Pepe Otal, huérfano de su Alma Mater tras la muerte del ácrata titiritero, a través de una asociación constituída por sus alumnos, discípulos y colaboradores más allegados, cuya misión sería preservar por un lado el rico patrimonio artístico dejado por Pepe, y por el otro lado continuar los cursos sobre construcción de marionetas, así como las actividades interdisciplinares de encuentros entre poetas, marionetistas, actores y artistas de todo tipo y calibre.
La idea gustó a los oyentes municipales, buenos conocedores de Pepe Otal y deseosos de preservar la memoria del insigne titiritero albaceteño en Barcelona. No cabe duda que el proyecto despertó sus simpatías. Además, y según expresó Jordi Vizcaíno, la concejala del Distrito, Itziar Fonzález, conocía bien a Pepe y ha mostrado ya sus deseos de apoyar la propuesta. Sólo queda despejar una última duda respecto al local: ¿está afectado por algún plan especial que desconocemos? De despejarla se encargarían Jordi Martí y Rosa Mac, consultando directamente a Ciutat Vella y Procivesa.
En caso de que el local estuviera libre, los pasos a seguir serían los siguientes:
- constitución de una entidad encargada de gestionar el espacio y sus actividades
- establecer un nuevo contrato con Ciutat Vella respecto al local
- proceder a una restauración y acomodación del espacio de taller, mientras se elabora un plan para la acomodación de las marionetas, biblioteca, taller, etc.
- pedir las correspondientes subvenciones para asegurar el arranque, la remodelación y el funcionamiento del Taller.
Se habló al principio de una Asociación Cultural, pero al percartarnos de que existe un legado artístico importante, tasable y en cuya catalogación algunos amigos de Pepe están actualmente trabajando, Jordi Martí planteó la posibilidad, mucho más atractiva y aconsejable desde el punto de vista del interés común, de instituir una Fundación, cuyo capital fundacional sería precisamente el legado dejado por Pepe Otal.
Las ventajas serían las siguientes: primero, las Fundaciones tienen una finalidad intrínseca de servicio público que las Asociaciones no tienen. Segundo, es posible incrementar el patrimonio de la Fundación con otras aportaciones (se entiende, de titiriteros, pero también de poetas, pintores...). Tercero, en caso de disolución de la Fundación o de naufragio del proyecto, las administraciones deberían hacerse cargo del legado artístico, lo cual garantizaría la conservación del mismo.
Igualmente puso en evidencia Jordi Martí, viejo conocedor de la historia de los proyectos culturales de la ciudad, sobre la necesidad de que la entidad en cuestión dispusiera de un “motor gerente o administrativo” suficientemente capaz y potente, para poder administrar las subvenciones que hará falta pedir. Y, tal vez aún más importante, de una o varias Almas Mater que sostuvieran con sus nombres y su entrega, el temple de la entidad fundada.
Sobre todo ello los presentes expusieron sus ideas y sus propósitos de resolver estos temas lo mejor posible con la participación de los implicados en el proyecto, que como pudo verse en la última asamblea realizada, son muchos.
Tras salir a la calle, se decidió convocar una nueva reunión con todos los interesados en participar en el proyecto para el próximo día 25 de octubre, a las 22h, en el mismo Taller de Pepe Otal, en la calle Guardia nº11.
A modo de colofón de esta crónica, dos apuntes personales:
- veo excelente la idea de hacer una Fundación, aunque exige un esfuerzo de gestión inicial considerable. Pero sería iniciar el proyecto con un potente buen comienzo.
- curioso constatar de que la idea de crear una Fundación Pepe Otal fue la primera opción planteada en la asamblea celebrada en el Taller, concretamente por el participante que llevaba un loro en el ombro y cuyo nombre desconozco. Opción que fue soltada al inicio y por nadie recogida, pues posteriormente todo fue hablar de Asociaciones, estatutos y otras cosas sin fin. Creo que fue el mismo loro quién sopló la idea a su portador, sin duda inspirado por el mismo espíritu errante de Pepe Otal, quién se hallaría contemplando la escena desde alguna de sus marionetas colgantes. Es lógico que escogiera al loro como receptor de sus susurros ultratúmbicos, al ser Pepe un viejo marinero que gustó siempre del espíritu piratesco y de la estética bucanera. Lo que indica cuán diferentes son el tiempo de los finados y el de los vivos, pues lo que los primeros hubieran solucionado a los dos minutos con un par de frases sopladas por el loro, los segundos necesitamos dos y hasta tres largas horas para debatir ideas similares que al final no consiguieron llegar al meollo del asunto.
- Y para acabar estas consideraciones personales, propongo como nombre de la entidad a fundar, la siguiente fórmula: Fundación Casa-Taller de Marionetas de Pepe Otal, que podría también redactarse del siguiente modo: Fundación Pepe Otal, Casa-taller de Marionetas.
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