Tierras en barbecho |
La verdad es que el frío de estos días no anima a ir a mojarse los pies en el agua del mar, más bien incita a quedarse en casa, pero ha podido más mi curiosidad. Encuentro a mis amigos como siempre cerca del monumento al "quart de casa" de la Barceloneta y en seguida entramos en materia nada más ponernos a caminar.
- Hablábais de desmembración del país, pero parece que las elecciones han salido mal a los independentistas.
Mercadal, el viejo doctor astrólogo, me contesta con las siguientes palabras:
- Todo es en apariencia muy complicado, cierto, aunque la situación nunca se había puesto tan interesante, también hay que decirlo, pero no te creas que haya que dar por zanjada la cuestión de los territorios de España. Lo que va a ocurrir ahora es sumamente paradójico: si hasta hace poco era del País Vasco y Cataluña los que tiraban del carro de la desmembración, pronto veremos a otros actores entrar en juego, mientras los periféricos de siempre descansan un poco. En el norte, mucho más listos, lo vieron hace meses y están como quién dice en "barbecho". En Cataluña, creo que se está imponiendo un realismo pragmático que se dedica más a mirar que a actuar, lo que siempre es positivo, aunque nunca hay que cantar victoria, pues a los catalanes les vencen las impostaciones emocionales . Pero ahora toca a otras regiones moverse, pues tal es el destino de España, acabar disolviéndose en la división, para renacer entonces desde otra recomposición de las partes. Y ya sabes que siempre hemos considerado que no serían los catalanes los verdaderos fragmentadores, aunque ellos hayan plantado las semillas, por supuesto, sino los demás pueblos del Levante, mucho más inteligentes en asuntos de estrategia que los catalanes. Pronto llegará la hora de Valencia y de Murcia, a las que no tardarán en sumarse las regiones andaluzas. Sí, Rumbau, los catalanes se creen muy listos pero su destino es ir detrás de Murcia y de Valencia, única manera de acabar con la hegemonía madrileña.
- Pero bueno, lo que dices, Mercadal, no tiene ni pies ni cabeza. Todavía no he visto a ningún murciano ni a ningún valenciano pedir más poderes...
- No te falta razón, Rumbau, y también a mi me extraña un poco este rumbo de las cosas, pero así es la información que nos llega del futuro.
Y como si Bastides se hubiera sentido aludido por las palabras de su amigo Mercadal, intervino entonces el zapatero de la Barceloneta:
- En verdad en verdad os digo, que no sólo los levantinos serán los grandes fragmentadores, sino que a ellos se sumarán pronto los aragoneses, así como los jerezanos y los gaditanos, muy empeñados en gobernarse por si mismos. Aragón reaccionará cuando comprenda sus inmensas posibilidades de desarrollo literario que la harán soñar con las antiguas ínfulas de la Corona de Aragón, una entidad de la que podrán sentirse orgullosos y muy dueños, a diferencia de los catalanes, siempre aquejados de periferismo. Yo veo a Cataluña enclada entre el Ser y el No Ser, pues tal es su naturaleza, una oscilación tan fuerte y poderosa que no la deja decantarse hacia uno u otro lado, mientras que Aragón, más proclive al pronunciamiento, optará por el Ser, rompiendo la baraja y situándose en posición hegemónica sobre la dualidad metafísica de los catalanes. Lo mismo ocurrirá con Valencia, tras romper con Madrid al sentirse abandonada y traicionada. Comprenderá que estando condenada al eje mediterráneo, mejor es mandar que obedecer, por lo que procurarán otorgarse papeles de vanguardia operativa, frente a los vaivenes catalanes y sus sentimentalismos culturales.
- Pero parece que el centralismo madrileño, de la mano del PP, se está reafirmando con mucha fuerza, tomando la iniciativa en no pocos temas...
Mercadal, que retoma la palabra tras percibir que Bastides ya ha agotado su discurso, me dice:
- Rumbau, la pelea no ha hecho más que empezar. Desde el punto de vista de la política, es el momento de que Cataluña trabaje y calle, y deje a otros que hablen y lleven el rumbo. La fragmentación que existe en la política catalana es el fiel reflejo de la que hay en el país entero, y esa es la mejor arma de los que sueñan con la división creativa. Aceptarse como se es constituye la mejor manera de afirmarse sin arriesgarse a perder. Y lo que es evidente es que las fuerzas de Cataluña son más bien escasas, en el sentido de querer ocupar una posición de Ser. Lo que dice Bastides es de cajón.
- Pero no veo a los políticos con tanta sutileza...
- No son ellos los que mandan y deciden. Hoy las líneas de fuerza se mueven por otros paisajes y los contextos son muy importantes. Hoy son las Españas las que deben hablar, y escuchar es lo mejor. No lo dudes, Rumbau.
Los dejo admirado como siempre de sus palabras visionarias.
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