Si se ganara, ¿para qué rearmarse? Las guerras se hacían antes para conseguir períodos de paz más o menos prolongados, que sucedían a los estallidos bélicos. ¡Pero eso son cosas del pasado! Ahora lo importante es perderlas. Por eso deben hacerse lejos de casa, en las llamadas “zonas de conflicto” (por cierto, lejos de EEUU pero muy cerca de Europa). Al parecer, Oriente Medio cumple con los requisitos para eternizarse como “zona de conflicto”: regímenes corruptos, democracias frágiles, dictaduras declaradas o disfrazadas, países belicistas, guerras civiles declaradas, religiones incompatibles (los monoteísmos), paisajes desérticos, útiles para el uso de la aviación…
Y el Oro Negro como reclamo, el premio al vencedor, la excusa mayúscula. La energía que mueve el mundo. Locos todos por el petróleo. Chinos e indios con sus futuros de desarrollo insostenible. Y los de la zona, los que lo tienen, necesitan a veces comprarlo fuera, como Irán, cuya explotación no basta para satisfacer las necesidades propias. Inaudito.
Este Rearme anunciado a bombo y platillo por los gobiernos mundiales seguramente asegurará unos años más la zona de conflicto. O la “escalará”, como se dice en el argot estratégico. Por cierto, que España también participa en la puja, y eso mientras Moratinos intenta apaciguar las aguas en Líbano, como si ambas cosas fueran compatibles. Pero los negocios son los negocios, y los Ministerios, independientes. Parece que Arabia se convertirá en una gran potencia militar. Acaso los EEUU están preparando su Irak del futuro. Eso reforzará el militarismo iraní, y de rebote el turco y el egipcio, más Jordania, bien surtida por las potencias.
De Israel, mejor no hablar. Por lo visto, ahora todavía será más potente. Así podrá arrasar Gaza, que tal vez repoblará luego con judíos y palestinos de los buenos. Mientras, podrá vengarse de Herzbolá y de paso dañar la infrastructura turística de Siria, no sea que en el futuro les ganen en souvenirs y lugares visitables. En cuanto al Líbano, se potenciará el cainismo desatado que asola al país de los cedros. Para eso están los servicios secretos, con sus bombitas para calentar a unos y a otros.
Un programa especial ideado para este inicio del siglo XXI. Con el Rearme, además, las cuestiones de la sostenibilidad o del cambio climático pasan a segundo término. ¿Para qué perder el tiempo en sutilezas, cuando los poderosos hablan? Lo importante es que la bolsa suba, y los negocios se multipliquen.
La fuerza de los Titanes emerge poderosa sobre la Tierra. Cronos se levanta como en el cuadro de Goya, dispuesto a devorarnos a todos. Las bombas y los aviones son el esperma de Cronos fecundando al mundo. Los jefes y mandamases, sus esbirros imbecilizados, esclavos de su voluntad destructora.
¿Quién domará a Cronos? Zeus yace en su tumba, dormido como un oso. Imposible repetir la hazaña. La época de los Héroes caducó. En la época de las masas, somos débiles y frágiles –aunque muchos. Pero Cronos debe ser vencido, o controlado. O sometemos al Tiempo o él nos somete y devora. ¿Pero acaso es posible someterlo? Sin duda no. ¿Cómo someter lo que nos empuja y nos da vida? He aquí la gran paradoja del siglo XXI: vivir libres sometidos al Tiempo. ¿Cómo se hace? ¿Quién lo logrará? El logrador que lo logre, buen logrador será…
1 comentario:
Razón tiene en lo que dice: las armas son un buen negocio. Por lo visto, los países invierten mucho en esta industria, que genera ganancias suculentas y da muchos puestos de trabajo. Los compradores, en general países pobres, usan las armas para reprimir a sus pueblos o para iniciar guerras civiles o guerras vecinales. Así se siguen manteniendo en el poder. Bueno, hasta que un día las poblaciones se harten. Aunque de momento, y tal como está el percal, creo que habrá armas para tiempo. Los Titanes de que habla en su artículo tienen el terreno abonado: todo serán facilidades para ellos. Como se enteren de que aquí es Jauja, vendrán todos al galope. ¡Menudo siglo nos espera! No sé si hay que agradecerle que nos lo recuerdo desde su blog. La verdad, con lo bien que se está en casa, mirando una peli... O yendo a la playa, estos días de calor.
Muy suyo
Don Felipe de Armastomar
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