Acaba de salir a la luz pública la novela Cine X, de Pedro Nares, publicada por la Editorial Multiverso. Una novela que debo decir me ha encantado y me ha sorprendido muy gratamente, pues hacía tiempo que no leía algo tan fresco y divertido, con personajes tan redondos como reales, prototipos todos ellos de una Barcelona que fue —la de los años previos a la celebración de los Juegos Olímpicos en 1992— pero que sigue estando ahí. ¿Dónde? En esas zonas limítrofes donde se cruza la gente honrada y trabajadora de los barrios (del Barrio Chino o Raval, en este caso) con la pequeña y baja delincuencia, impregnados todos por esa moral canalla rehén del pragmatismo y la supervivencia. Más el leitmotiv de la industria del sexo en todas sus variantes, esa omnipresencia latente que manda y ordena en el inconsciente de nuestras mentes.
La trama que propone Nares es uno de sus grandes logros, al partir de un Cine X que existió en la Plaza Bonsuccés de Barcelona y convertirlo en el punto de encuentro y desencuentro de todos los personajes que aparecen en la novela. Por lo visto, hay algunas cosas reales en lo que se cuenta, pues el autor se ha basado en las experiencias contadas por el actor y amigo suyo Berton Fernández, que fue empleado de la susodicha sala en su época de esplendor, como se indicó en la presentación del libro. Pero lo bueno del caso es cómo Nares ha urdido las pequeñas tramas que envuelven a cada personaje alrededor del cine y las ha cruzado entre sí, creando un tejido, muchas veces hilarante, de vidas disparatadas, trágicas, tragicómicas y variopintas, con un denominador común: en todas ellas prima el desengaño, el más pragmático relativismo y una aceptación resignada de la derrota.
Creo que este matiz del desengaño y la resignación es lo que más me ha gustado del texto y lo que a mi modo de ver constituye el tono que lo unifica todo, marcando un estilo por necesidad irónico, pero que no lo es por voluntad del autor sino por los mismos mecanismos mentales de los personajes respecto a sus azarosas, absurdas y mayormente desafortunadas vidas. Este tono del texto permite al autor distanciarse con elegancia de sus personajes y situarlos en un registro humorístico de un jocoso acanallado, en el que se sabe que las cartas están echadas y que cada uno debe desenvolverse con la que le ha tocado en suerte.
Pedro Nares.
Podríamos decir que Cine X es una novela de serie negra sin héroes ni romanticismos ni épicas rebeldes o ruines, sino instalada en el nivel cero de una sociedad que sobrevive por debajo de las palabras altisonantes y los mensajes oficiales y políticos, resignada a ocupar los pequeños espacios que quedan libres, de una libertad irrisoria, banal y barriobajera, pero mucho más real y verdadera que las grandes libertades de las mayúsculas y sus épicas grandilocuentes. El cine X de la plaza de Bonsuccés sería uno de estos espacios donde realmente todo era posible, como en efecto ocurre y se explica en la novela. Tal es la voz que ha creado Nares para su obra, que nos habla de una Barcelona desamparada y perdedora pero resistente, que lucha por ocupar su parcela, que no tiene hoy en día voz alguna que la exprese —la tuvo en sus días de gloria cuando en Barcelona triunfaba la transgresión y el cómic underground, una realidad granuja y sinvergüenza que sin embargo se expresó vibrante y llena de esplendorosa vitalidad—. El paso del tiempo ha pulido y rebajado esta brillantez, y hoy las glorias pasadas son lo que queda cuando el tiempo las lima.
Una novela de una Barcelona en la que sus ciudadanos de a pie nos reconocemos con facilidad, con sus bares, pensiones y callejuelas de uso diario, y una mirada que sabe combinar el buen criterio del ciudadano informado y responsable, con la realidad del naufragio de vidas marcadas por la impotencia y el desengaño.
Acabada de publicarse a novela, y en espera de su distribución, se puede adquirir el libro escribiendo a: pedronares@yahoo.es
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