jueves, mayo 17, 2007

El Festival de Marionetas de Estambul

He tenido la gran suerte de participar en el décimo Festival de Títeres de Estambul, dirigido por el titiritero Cengiz Ozek, gran especialista en el teatro de sombras turco del Karakoz, con el espectáculo "A Dos Manos". Y digo suerte, porque Estambul es una ciudad que conozco bien y a la que siempre me gusta volver para seguirla conociendo y de paso ver a los amigos que allí tengo.

Jorge Raedó y un servidor posando en la mezquita de Rüsten Pasa.

Hice el viaje en compañía del artista pintor y dramaturgo de carrera Jorge Raedó, quién ejerció las labores de acompañante y técnico colaborador de titiritero con esmero y eficiencia. En sus ratos libres, pudo dedicarse a sus labores con el lápiz y la carbonilla, retratando en su cuaderno las imágenes de las principales mezquitas de la ciudad, especialmente las construídas por el gran arquitecto otomano Mamir Sinan (1494/99?- 1588) –pueden verse algunos de sus dibujos y fotografías en su blog particular.


Interior de Santa Sofía. Foto de Jorge Raedó.

Debo decir que nuestra estancia contó con la inestimable compañía del director del Instituto Cervantes de Estrambul, Don Pablo Martín Asuero, quién nos mostró no pocos lugares fantásticos de la ciudad, y con quién compartimos una tarde de narguilé en compañía del amigo comerciante de lámparas y de narguilés Gürsel Bulut, de quién ya hablamos en este Blog en una anterior ocasión (ver la entrada “El Blog del Narguilé”, del 15 de marzo 2007). Especial mención merece la comida hecha en el Hamdi Restaurant, desde cuya terraza pudimos contemplar una magnífica vista del Bósforo y la entrada del Cuerno de Oro, con el Puente Gálata en primer plano. ¡Una delicia, vaya!


Gürsel Bulut, Toni Rumbau y Pablo Martin Asuero en un café de Estambul. Foto de Jorge Raedó.

Respecto al Festival, pocas cosas puedo decir, pues nuestra apretada agenda de visitas urbanas, compromisos pictóricos del acompañante colaborador y otros asuntos personales nos impidió ver ningún otro espectáculo. Pero sí tuvimos la suerte de conocer a las tres chicas del grupo español El Retal, simpatíquisimas y sin duda una bocanada de aire fresco en el ambiente titiritil del Festival: Griselda, Daniela y Anita. También reencontré al siciliano Mimo Cuticchio, famoso y muy reconocido “pupari” de Palermo, personaje señero y novelesco a quién no veía desde hacía muchos años. Una sorpresa fue encontrarme de nuevo con el Teñ Teatro de Moscú y sus dos entrañables titiriteros, Ilya y Maya, a los que conocí en Rusia y que actuaron hace años en el Teatro Malic.


Dibujo de Jorge Raedó: mezquita de Süleymaniye.
Me gustaría destacar también el encuentro tenido con la compañía de marionetas de Taiwán, dirigida por el holandés Robín Ruizendaal y la titiritera, escritora y directora de escena Wu Shanshan. Participaban con un espectáculo realizado en colaboración con Cengiz Ozek y en el que se cruzaban la tradición del títere tradicional taiwanés con la del teatro de sombras turco. No lo pude disfrutar en directo, pues actuaron unos días más tarde de mi partida, pero si lo he podido ver en dvd, y la verdad es que me ha gustado mucho. Tuve la ocasión de charlar tanto con Robin como con Wu Shanshan, y me parecieron personas con proyectos francamente interesantes.

Conocí a los directores del Festival Internacional de las Artes de la Marioneta de Québec, Dénise Lavoie, Éric Chalifour y el productor Pierre Saint-Amand, invitados del Festival de Estambul, con los que charlamos largamente sobre las tradiciones titiriteras mediterráneas, tema al que parecen querer dedicar su próximo Festival. La cena en un "bistrot" de Estambul fue muy estimulante, por las largas conversaciones mantenidas.

Especial mención debo hacer sobre el edificio-teatro abierto por Cengiz Ozek llamado Kukla Istanbul, situado en el centro de la ciudad, junto a la Plaza Taksim y a dos pasos del Instituto Cervantes, dedicado a las marionetas y especialmente al teatro de sombras del Karakoz. Consta de una salita maravillosa en la planta baja para unos 50-70 espectadores, un espacio de recepción en el primer piso, un museo de marionetas aún en contrucción en el segundo, un taller en el tercero, y un magnífico salón-oficina-biblioteca en el ático, dónde Cengiz Ozek, director del complejo, ha establecido sus Reales y su eficiente centro de operaciones. El conocido buen gusto de su fundador, el Cengiz Kan de las marionetas turcas como algunos lo llamamos, aparece reflejado en los detalles decorativos de la casa, con magníficos artesonados en los techos, una estupenda escalera de caracol de madera que conecta los diferentes niveles, y un sinfín de elementos que reflejan la condición esteta y el oficio de restaurador de Cengiz. Una iniciativa que merece recibir nuestros más sinceros parabienes.

El viaje estuvo empañado por el estado de salud de Mariona Masgrau, miembro de La Fanfarra e ingresada de nuevo en el Hospital de San Pablo de Barcelona, a causa de una terrible y fulgurante enfermedad que nos tiene a todos en vilo.

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